Correspondencia especial
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Otro sobre blanco normal y corriente, que por una cara tiene escrito "Para: Jay" y por la otra  "De: Amn". Dentro contiene:

Un anillo.


El escrito que dice así:

Jay

Te dije que sabrías de mí.

La expresión de mi amigo cuando le pregunté si tenía algo resistente al calor no tuvo precio. Aunque me sorprendió que en cuanto le expliqué el contexto no lo vi predispuesto a oponerse. No me lo dijo ni me atreví a preguntar, pero por el tiempo que lo conozco interpreté que ya te conocía. ¿O quizá estuvo de acuerdo en dártelo por tu ayuda? No lo sé, pero si por casualidad conoces a Oz supongo que sabrás que es difícil saber las intenciones de sus actos.

Es muy probable que te llegue esta carta un poco tarde porque primero tuvo que buscar el artefacto antes de enviártelo. Si no hubiera sido así, te lo hubiera dado personalmente antes de partir.

Tengo intención de volver pero no sabría decirte cuándo. Solo vigila en no disparar a otros mientras tanto, ¿sí?

Amn.

Debajo de sus últimas palabras, yace su firma.

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Kuon - Arata ❙ Abierto ❙ En curso


El gesto del pelirojo sin duda sorprendió a Kuon. Sabía que Arata tenía frío pero no se esperaba que hiciera un movimiento como ese, quizás si hubiera sido en su sudadera, de estar él usándola como otras veces, le habría sorprendido menos. Más el pantalón se sentía más atrevido e intimo. Así pues no pudo evitar sonrojarse ligeramente, aunque suficiente para que fuera notorio, mirando también por un momento a Arata de forma disimulada. Si bien, no hizo nada para apartarlo, pues en realidad no le molestaba, aunque si le parecía algo atrevido. De esta forma, terminó acercándose un poco más a él. Después de todo sentía que si lo que Arata quería era calor entonces estar algo más juntos le ayudaría, además de que sería más cómodo a la hora de caminar, al menos a su entender.


Y así, ambos jóvenes continuaron caminando y conversando.


  - Mmm... no estoy seguro. Lo relacionaban por una antigua historia local. Se decía que un oni rojo vivía en las montañas cercanas, y como nadie sabia quien era mi padre, desde que nací hubo comentarios sobre ello - Y tras una breve pausa añadió   - Mis padres, mis padres adoptivos quiero decir, siempre intentaron evitar que escuchara esos comentarios para que no me hicieran daño, por eso tampoco se todos los detalles.


Y así, tras otra breve pausa, contestó a su otra pregunta.

- Sobre cantar... mmm... creo que no, pero no cantaba para ellos, sino para mi mismo. Salvo una persona, el resto solo me escuchó cantar por casualidad. ¿Tal vez eso influya? - preguntó en voz alta, aunque en realidad era una pregunta que ya se había hecho a si mismo antes varias veces, sin poder tener una respuesta.


Cabe decir que cuando dijo "una persona" se refería a que tras lo sucedido de niño solo había cantado para una persona que en su momento le pidió que lo hiciera, alegando que no tenía porque preocuparse, como una forma para motivarlo a que cantara. Dicha persona previamente le había escuchado cantar por casualidad y considerando que tenía una hermosa voz, siendo además ella también cantante, creía que era un desperdicio que Kuon no aprovecharan su talento. Si bien el pelirosa solo aceptó hacerlo con una condición, y era que en el caso de que enfermara por su culpa, tenía que dejar que la cuidara. La casualidad quiso que una semana después la joven realmente enfermara, aunque no por el canto del pelirosa sino por haberse contagiado de gripe de su hermana, como así se lo hizo saber a Kuon. Por la relación y confianza que se tenían, el pelirosa creyó en su palabra, más aun así decidió no volver a cantar aunque solo fuera por si acaso, e igualmente cuidó de ella.

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Kuon, Arata ❙ Abierto ❙ En curso⌛

No había observado a Kuon cuando adentró sus manos en el bolsillo del pantalón del chico. Aunque podría, no tenía las intenciones de manosearlo, pero sí que acomodó bien la mano allí. Era una zona cálida y agradable, y es que la habría adentrado en el bolsillo de alguna prenda superior del susodicho, mas no poseía uno. Pensar en esto le llamó la atención, por lo que decidió observarlo.

—¿Eres de cuerpo caliente? —preguntó calmo y despreocupado como siempre.

Podría haberlo preguntado después, pero a menudo decía lo que a su mente llegaba sin importarle el orden de lo hablado. Además, esto no afectaba a su concentración.

—No entiendo la relación del rojo con el rosado... Hmp, curioso  —comentó, pareciéndole bobo el cotilleo de los lugareños.

Si su padre era de otro planeta, no descartaba que el de Kuon pudiera ser un oni en caso de existir. Lo que le parecía extraño era la asociación de los colores.

—¿Por qué te harían daño?, ¿te rechazaban?

Enarcó ligeramente la ceja. Había vuelto a observar hacia adelante, pues ya habían llegado a la entrada de la cafetería. Aun si debían pedir tras unos pasos, no quitó la mano del bolsillo ajeno, solo la sacaría si la necesitaba.

—Nunca lo sabrás si no haces nada por descubrirlo —respondió a lo último mientras observaba la comida que estaba en exposición.

No pensaba comer nada, pero le gustaba contemplar los postres.

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Residente:
Amós.

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Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


El repentino comentario sobre su temperatura sorprendió ligeramente al pelirosa. Si bien no porque le extrañase la pregunta, que en cierto modo entendía fuera hecha teniendo en cuenta como cada uno iba abrigado y la diferencia en la sensación de frió que sentían, sino por cambiar de tema digamos tan rápidamente. Aun así no tardo mucho en reaccionar y responder a Arata.

- Mmm... siempre me he considerado en ¿un punto medio? - Y tras una breve pausa continuó - También siento frío, aunque creo que tu eres más sensible a él que yo - añadió en uno de sus característicos tonos amistosos.

Cabe decir que en este momento, seguramente por haber sido un comentario tan repentino, y ser el tema del que estaban hablando serio para él, no interpreto las palabras del pelirojo con ningún tipo de doble sentido, como así se notó por la forma en la que le respondió y las expresiones de su rostro.

Y así, posteriormente continuaron con la conversación que estaban teniendo. Kuon escuchaba con atención la respuesta de Arata, haciendo un leve movimiento con los hombros y la cabeza ante su comentario "No entiendo la relación del rojo con el rosado... Hmp, curioso", como una forma de decir que él tampoco podía decirle mucho más. Y luego respondiendo a su pregunta dijo.

- Era pequeño y no recuerdo bien del todo lo que decían los comentarios, pero se que no eran agradables. Lo que si recuerdo es que me rechazasen por temor a que les hiciera algo a ellos o a sus hijos.

Para entonces habían llegado a la entrada de la cafetería, Kuon pensó por un momento que sería entonces cuando Arata soltara su mano, más éste no lo hizo. Así pues, por el momento simplemente espero. Por su parte no estaba incomodo o le importaba que le vieran, por lo que simplemente supuso que cuando alguno de ellos necesitara usarla se soltarían.

De esta forma se acercaron a la zona donde estaba la comida, siendo entonces cuando Arata le comentó "Nunca lo sabrás si no haces nada por descubrirlo". Kuon sabía que las palabras del pelirojo eran ciertas, más ¿como exactamente podría descubrirlo? La única forma de comprobarlo que se le ocurría era arriesgarse. Es decir, tendría que cantar para alguien y esperar a ver lo que pasaba, más su miedo a hacer daño a otra persona le echaba para atrás. De esta forma le respondió.

- Lo se - dijo en un tono sincero, aunque algo más bajo de en el que había estado hablando.

Y así, al tiempo que veía como Arata observaba los postres, Kuon se quedo un momento pensando en la conversación que recién acababan de tener. Siendo entonces cuando una voz conocida lo saludo, haciendo que detuviera sus pensamientos, para digamos regresar a la realidad.

- Hola Edwin - le saludo de regreso con un tono ligeramente sorprendido pero amigable como era habitual en él.

Y es que no se había dado cuenta de su presencia hasta justo el momento de haber sido saludado.

Por lo demás cabe decir que Kuon no estaba usando ningún perfume. Por lo que si tenía algún olor en él seguramente fuera el del champú que utilizaba. Si bien al pelirosa le gustaba usar productos cuyo olor fuera suave, especialmente aquellos productos que tenían un suave olor floral o frutal, como a cerezo o durazno. 

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Residente:
Kuon

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Residente

Lucy

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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

—Mmm... ¿No traes  nada en tu mochila para abrigarte?

Observó un momento la mochila del chico. Si sentía frío, lo razonable para el modelo era abrigarse a menos que no hubiera forma de hacerlo en el momento. Por otro lado, se preguntaba qué hacía con una mochila, aunque tampoco era información que no lo dejara tranquilo, por ello no preguntó nada más al respecto de momento.

Concentró, entonces, sus pensamientos en la conversación que sostenían desde su encuentro. Parecía ser algo que había marcado la vida del pelirosa hasta el día de hoy, un tema delicado. Arata no tenía la costumbre de dar consejos que no le  pedían, y aun si  su anteriores palabras, nunca lo sabrás si no haces nada por descubrirlo, parecían serlo, solo había sido un comentario.

Con la respuesta de Kuon frente a dichas palabras, pudo deducir que el chico se estaba mordiendo su propia cola. Cualquier palabra sentía que sería inútil, así que no dijo nada. Si el chico no estaba dispuesto a indagar más allá y aprovechar esa curiosidad para conocerse mejor así mismo, Arata menos.

Su respuesta, en breve, fue encogerse de hombros y continuar curioseando y admirando los postres en la vitrina. Le había restado importancia al asunto, consciente de que era algo delicado para Kuon, pero si este estaba dispuesto a explorarlo, Arata también lo estaría.

—Quiero un capuchino con leche de soja —dijo de repente, teniendo los ojos en un postre en particular: un bombón.

Para entonces, ya había oído la voz que saludó a Kuon, y por la cual se volteó al minuto después de decir qué café querría.

No respondió al saludo enseguida, sino que se quedó analizando el rostro del chico en primera instancia. Después, hizo un recorrido de cuerpo completo hasta terminar en lo que parecían ser orejas.

—¿Perro? —preguntó manteniendo la mirada en el mismo lugar.

No le agradaban los perros en general, mas no estaba seguro si eran orejas de un can u otro animal.

A r r e n d a j o
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Tian Rue & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso

El zorro no solía ser una persona especialmente pegajosa; evitaba invadir el espacio personal de los demás y esperaba lo mismo a cambio. Por lo tanto, mantenía su distancia a menos que fuera necesario acercarse. En esta ocasión, aunque el joven pelinegro afirmaba estar herido, no observaba ninguna lesión evidente a simple vista. No obstante, tomaba en serio las palabras del chico y su principal preocupación era llevarlo cuanto antes a la enfermería para que los médicos lo examinaran.

Era cauteloso, si, pero no sentía desprecio ni temor hacia Tian Rue.

—Entiendo, caminaremos, entonces— Expresó ante la respuesta del pelinegro. No iba a negar que habría preferido utilizar el capullo para ahorrar tiempo, pero si el chico no se sentía cómodo con ello respetaría su decisión. Al fin y al cabo, en ese momento, la prioridad era el bienestar de Tian Rue.

La respuesta del joven dejó al peliblanco momentáneamente reflexivo, aunque su rostro no mostró señales evidentes de sus pensamientos. Hubo un breve instante en el cual se mantuvo en silencio, examinando minuciosamente las facciones y expresiones del chico. Durante ese pequeño lapso de tiempo, las orejas del peliblanco se movieron ligeramente, respondiendo involuntariamente a su concentración. Había sido una pausa breve en la cual había evaluado la petición del joven.

—Claro, lo que necesite— Respondió finalmente, dando unos pasos que lo acercaron aún más al joven. Sin embargo, no se precipitó en tomar la iniciativa de cargarlo, a pesar de que la postura de Tian Rue indicara aquello. Había interpretado las palabras del chico con atención, y bien podría existir la posibilidad de que se refería a requerir asistencia para caminar en lugar de ser alzado en brazos. En ese caso, solo necesitaría apoyarse en su hombro o brazo para mantener su equilibrio.

—¿Prefiere que lo ayude a caminar, o requiere que lo cargue?— Consultó, con una expresión serena en su rostro y manteniendo su postura tranquila. Esperaría a que el joven aclarara sus necesidades específicas antes de tomar cualquier medida, atento a cualquier señal o indicación que le diera a entender cuál era la forma más adecuada de ayudar en ese momento.

El dia de la foto

Identificación visual: El día de la foto

Ese día habia recibido la notificación desde la IA, de que estarían tomando la foto para la identificación de residente. Para la vez que Jay fue, no había tanta gente como en días anteriores, en dónde la fila era extensa.
Ha tenido que esperar unos cuántos turnos más, antes del suyo propio. Previamente, había dejado sus datos personales con el encargado del trámite, solo era cosa de esperar. Mientras tanto, la fila se movía increíblemente rápido; el personal era realmente eficiente, logrando que fuese todo expedito.

Aquello ponía al pelirosa realmente feliz, pues no tendría que esperar tanto.
Y de hecho así fue, cuando oyó su nombre, desde la estancia determinada a la captura de las fotos.
Así pues, el elfo caminó con paso tranquilo hacia allá.
Lo esperaba una chica de estatura promedio, piel parcialmente morena y cabello castaño, el cuál iba sujeto en una especie de bollo.
Vestía el uniforme de IRO

—Jay, ¿verdad? Adelante, ponte cómodo. Mi nombre es Sam, y soy la encargada de tomar las fotos el día de hoy—Ha dicho aquello, a la vez que cerraba la puerta de la habitación, tras de ella.

—Es un placer, Sam

En el trayecto a un tipo de banquillo, el cuál de fondo tenía un mural de color anaranjado, la chica le ha preguntado cuestiones básicas como, si tenía fotosensibilidad a la luz, o si sufría alguna enfermedad epiléptica. A lo que el chico de ojos azules ha contestado que no.

—Excelente, perdón por el interrogatorio, pero es parte del protocolo, no queremos accidentados, ni lesionados— Dijo, casi en un susurro, esbozando una sonrisa, cualquiera pensaría que le estaba coqueteando.

—Descuida, lo entiendo—dejó salir una pequeña risa.

Una vez allí, Sam agregó:

—Si quieres puedes sentarte o por el contrario, estar de pie, durante la captura. La foto es totalmente personalizada, así que puedes posar como tú quieras, ¿ok?

—Entiendo—Dicho aquello, la chica tomó su puesto tras la cámara, mientras hacía un gesto de aprobación a un segundo que estaba allí, a cargo de la previsualizacion digital en una computadora.
Jay decidió tomar asiento en el banquillo, con las piernas flexionadas hacia los costados.

A Jay, esto de las cámaras no le incomodaba, pues siempre ha tenido un gran carisma. Aunque claro, sus primeras sesiones habían sido algo difíciles, puesto a que le costaba fluir con las emociones. Y tras varios intentos, había superado esa pequeña etapa, volviéndose mucho más fotogénico.
Había asistido a otros detrás de las cámaras, e igualmente lo encontraba divertido, pero no tanto como estar frente a los flashes.

Tras unas señales, Jay ha sonreído y la foto fue tomada. Un momento les ha tomado a los encargados, revisar la foto y mostrársela, al joven modelo:

—Si no es de tu agrado, siempre podemos sacar otra—dijo, con tono amistoso.

—No, no, está muy bien así. Si es de mi agrado—dijo finalmente.

—Genial, la mandamos entonces a recepción, y allá podrás retirar tu ID—Explicó—Por cierto, tienes una sonrisa muy bonita♡

El pelirosa enarcó una ceja, antes de sonreír y agradecer la atención. Se despidió de ambos empleados y salió de la estancia.

—¿No te pareció que era muy guapo?—Seguía comentando con su compañero.

Por otro lado, Jay seguía su camino a recepción.

La identificación estaba lista

Encuesta 6

E n c u e s t a   a c t u a l

1. ¿Has hecho amigos o conocido a residentes de tu agrado?

Si, entre ellos Kuon, Amn, Aysha y... Sumire

2. ¿Has conocido a residentes de tu desagrado?

A unos cuántos, pero supongo que es lo normal.  Digo, no todo el mundo debe caerte bien

3. ¿Cómo te sientes con la comunidad de IRO?

En general, me he sentido muy cómodo, casi puedo llamarle mi segundo hogar. Además la administración hace un buen trabajo, en lo que a gestión se refiere

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Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


- Mmm... no. Cuando salí de la habitación sentí que el día era caluroso y no pensé en llevar algo de abrigo - le respondió dejando salir una de sus pequeñas risas amistosas al final como si con ella quisiera decirle que ahora se daba cuenta que había sido un fallo. Y tras unos momentos prosiguió hablando - Luego cuando estaba de camino de regreso a la habitación me di cuenta que había perdido mi cuaderno y como me puse a buscarlo por todas partes se me quito el frío. Supongo que al estar ahora más tranquilo es cuando vuelvo a notarlo.

Cabe decir que en la mochila Kuon apenas llevaba lo esencial, se podría decir. Su móvil, su cartera, el cuaderno que había guardado después de que Arata se lo devolviera y antes de haber comenzado a caminar mientras aun estaban hablando quietos, un estuche con lápices de dibujo, una botella de agua, su ID y poco más.

Por otra parte, y con respecto a su conversación, Kuon sentía que de alguna forma ésta parecía haber terminado, o al menos, por el momento. Durante ella había sentido como Arata le había estado prestado atención y de alguna forma estaba agradecido de haber podido hablar con él. Pues aun si no era un tema alegre, para el pelirosa era también una forma de conocerse, y de saber al mismo tiempo lo que el pelirojo podría llegar a pensar de él. Si bien por otra parte, si se diera la ocasión también le gusta poder llegar a conocer más de Arata. Aunque como era costumbre en él, para ciertos temas, esperaría a que fuera el contrario quien los sacara en lugar de directamente preguntar él. Después de todo Kuon era de natural prudente, y no le gustaba incomodar a otros, por lo que prefería esperar a menos que ya tuviera mucha confianza con la otra persona. 

Posteriormente fue cuando Arata hizo su pedido, mientras que Edwin le comentó a Kuon: "Menuda oportunidad de dejarte ver, pese a vivir en la misma residencia no coincidimos demasiado"

- Cierto - le respondió con una de sus características sonrisas amigables.

Tras esto fue cuando Arata dejo la palabra "perro" y la respuesta al respecto por parte de Edwin, incluyendo su movimiento de orejas. Lo que hizo que Kuon recordara su primer encuentro con él, y como éste había dejado que las tocara. Ésto, unido a la forma en la que el pelinegro había respondido hizo que una sonrisa se formara en el rostro del pelirosa. Después de todo, sentía que la forma de decirlo de Arata quizás había sido algo directa, aunque por otra parte no le sorprendía, pues sentía que esa era una de las características y cualidades del pelirojo. Si bien al mismo tiempo pensaba que quizás esa forma de decir las cosas tal vez pudiera molestar a algunas personas, por lo que se alegraba de ver como Edwin se lo había tomado con buen humor.

Así pues, y puesto que el camarero aun esperaba por cual sería la orden del resto de los chicos, Kuon aprovecho el momento para hacer su pedido.

- Yo quisiera un mocachino también con leche de soja. Doble y mitad, como siempre, por favor - Y tras mirar por un momento a la sección de postres añadió - Y una mini tartaleta de chocolate y frambuesa - No había comido nada dulce como postre durante su cena, por lo que ahora le apetecía.

Cabe decir que no era la primera vez que Kuon pedía esta bebida, ni a este camarero, por lo que al decir "doble y mitad" éste ya sabía a lo que el pelirosa se refería. Y es que a Kuon solo le gustaba el café muy suave por lo que tras haber hablado en alguna que otra ocasión con alguno de los camareros sobre esto, había logrado encontrar una bebida de café que le gustaba. Esta consistía en un mocachino, pero ligeramente modificado. Por una parte porque el chocolate era natural y no sirope, y por otra porque la variante del pelirosa llevaba el doble de chocolate y la mitad de café que un mocachino habitual. Se podría decir que en relación a las bebidas de café quizás Kuon era algo exigente. Más por suerte, en la residencia no parecían tener problema en preparárselo a su gusto.

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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

—Mm, entiendo —respondió, mirándolo brevemente.

Era un problema común que le permitió conocer un poco más al pelirosa. Si juntaba la odisea con aquella vez en la cafetería cuando lo conoció por primera vez, podría deducir que el chico tendía a ser un poco torpe, pero por ahora le parecía algo adorable. Todavía no le daban ganas de golpearlo.

Cuando el  pelinegro, que ahora parecía acompañarlos, le respondió con una pregunta, el modelo asintió con un ligero movimiento de cabeza. Ahora  pudo confirmar que en efecto se trataba de las orejas de un can y que al parecer no eran falsas.

Ya había visto al chico en más de alguna ocasión por la residencia, mas no de tan cerca como lo tenía ahora en la cafetería. En  esta oportunidad, pudo asegurarse a sí mismo que en  realidad sí le parecía guapo.

—Mm, eres guapo de  cerca también —comentó de pronto.

Esperaba que Kuon se acercara e hiciera  los pedidos en el mesón, así que le llamó la atención a qué persona le pidió la orden. Siquiera elegían una mesa aún, por lo que ahora el pelirosa se robó  la atención de sus ambarinos iris. No comprendió muy bien lo que pasaba, pero prefirió solo contemplar cómo el chico se desenvolvía. Sentía curiosidad, no  parecía acostumbrar a llevar las riendas.

Como  los postres eran  algo que solo debían servir y la  preparación de los  cafés era  rápida, no tardaron en tener  lista la bandeja con sus órdenes.  Lo normal era que se pagara primero lo pedido.

Cabe decir que Arata aún no apartaba la mano del interior del bolsillo de Kuon.

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Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Puesto que Kuon estaba haciendo su pedido, y aunque también podía escuchar lo que sus acompañantes estaba diciendo, no dijo nada en relación a sus comentarios. Simplemente si se fijaban para él, podrían ver alguna que otra sonrisa como respuesta a lo que escuchaba. Casi como si fuera un reflejo de sus pensamientos internos de que estaba de acuerdo con lo que decían.


De esta forma, la bandeja con el pedido no tardó en estar lista. Y así, con el pedido preparado era el momento de pagar. Si bien, para ello, Kuon necesitaba su mano “ocupada” pues tenía la cartera en la mochila, por lo que dirigió su mirada de forma amistosa a Arata como una señal, coincidiendo que justo en el momento en el que iba a hablar, Edwin le ofreció su ayuda, por lo que dirigió entonces su mirada al pelinegro.


- Gracias. Mmm... tengo la cartera en la mochila - le dijo en su característico tono amigable - No quisiera molestarte demasiado - Y tras esto, volvió a mirar a Arata por un momento.


Lo que quería decir con ello era que si Edwin quería ayudarlo necesitaría que primero le ayudase a pagar y luego a llevar la bandeja o con la silla al sentarse. No se lo pedía como tal para no molestarlo en demasía, si bien aceptaba con gusto su ayuda, pero lo dejaba a su decisión. Y por otra parte, la mirada a Arata era como un breve recordatorio de que en algún momento necesitaría de regreso su mano, aun si por el momento estaba cómodo con ella así. Esto era lo que reflejaba la forma de hablar y de mirar de Kuon.


Y de esta forma el pelirosa esperó la reacción/respuesta de sus acompañantes.

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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

Había observado al pelinegro con atención. Ver variación en su rostro le agradó aun si no pretendía lograr aquello con sus palabras.  Más que un cumplido per se, solo se trataba de lo que realmente pensaba.
Le dio la impresión de que no era un comentario común  para el chico vista las palabras recibidas. Pensar  esto le despertó la curiosidad sobre el tipo de ambiente en el cual el pelinegro se desenvolvía, pero no tenía prisas.

—No suele ser  algo que digas, ¿o me equivoco? —preguntó tras recibir lo que parecía ser un cumplido por parte del susodicho.

Le había llamado la atención la forma en la que fue halagado, por ello también ladeó solo un poco la cabeza. Le pareció peculiar y hasta cierto punto le rememoró la forma de hablar de Oz.

Se quedó  pensando en ello hasta sentir la mirada de  Kuon, cuyo rostro decidió observar. Fue entonces  que tendría que exponer su mano al frío exterior, pero no quería y por ello no lo hizo de inmediato, pero al recibir una nueva mirada...

—Tsk —se quejó y decidió finalmente soltar al pelirosa.

No lo hizo de una manera brusca, sino que tranquila, deslizando con suavidad su extremidad cual serpiente. Tampoco hubo deje de molestia en su rostro.

Mientras Kuon pagaba, optó por darle la espalda al pelinegro, tomar la bandeja  con ambas manos y dedicarle un gesto con la cabeza al chico antes de caminar hacia la mesa del rincón. El gesto era a modo de invitación para que lo acompañara.

Tenía curiosidades que saciar.