E n t r e v i s t a
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꧁   Arata, Midori ❙ Abierto ❙ En curso⌛ ꧂


Arata no sabía cómo tratar a otros animales que no fueran gatos. De hecho, a todos los que conocía los trataba como si fueran unos a menos que ya supiera algo sobre la psicología del animal en cuestión.

Había visto vídeos de aves en alguna que otra red social. Parecía ser que las caricias en la cabeza era un área de agrado para ellas, pero ¿cómo se les pedía permiso?, ¿era este paso previo necesario como en los felinos? No tenía la respuesta y si nada hacía no iba a saberlo, así que acabó por acercar sin prisas el índice al rostro de la avecilla, sin llegar a tocarlo. Luego, cambió de dirección hacia la pequeña cabeza con las intenciones de acariciar dicho lugar de una guisa suave.

Bruma había cerrado los ojos, pero al percibir movimiento por parte de Arata, los abrió con lentitud y miró al ave con soñolencia. No hizo nada más, pero curiosa mantuvo la mirada en lo que el modelo hacía o intentaba hacer por lo menos.

—Acá lo común es tener documentos o papeles que demuestren tu edad, experiencia y conocimientos para un trabajo —dijo sin apartar la mirada de Shima, aunque intentaba no verlo directo a los ojos para no intimidarlo, o al menos eso pensaba.

—Una banda me ha contactado para ser la portada de su segundo single. Es probable que estemos apegados y con poca ropa. La sesión será en un bosque —hizo una pausa, pensando en cómo explicarle lo que ganaría por ello, pero ¿tal vez ya manejaba la moneda humana? —¿Sabes sobre el valor del dinero humano? El pago sería de diez de los billetes con mayor valor.

Al finalizar sus palabras, dirigió finalmente las pupilas hacia el peliverde.

１. I n i c i o : Mi llegada a IRO

１. I n i c i o : Mi llegada a IRO.

Relato:

La revuelta había terminado. A ratos le resultaba difícil de creer, pero era cierto. Todo había terminado. Mary cerró los ojos, recargándose en el hombro de Amalia. Una lagrima escurrió por su mejilla. Pronto ella también le seguiría en la muerte, pues en la pequeña nave a la deriva, nadie la rescataría.

Tal vez era mejor así, de atraparla algo peor que la muerte le esperaría.

Cerró los ojos y se dejó sumir en la oscuridad, deseando que no doliera, pero cuando volvió a abrirlos se dio cuenta que no estaba más en el espacio. La pequeña nave al parecer había aterrizado en lo que parecía un llano.

No tenía sentido. Debía de haber muerto en el aterrizaje ya que después de todo poco o nada se le podía llamar de esa forma. Pero estaba viva, completa, aunque un poco adolorida. Abrió la compuerta, echando una última mirada a Amalia antes de partir con un suave gracias.

Probablemente Amalia habría hecho lo mismo y ese fue su consuelo, pues en el breve tiempo que se habían conocido habían hecho un pacto de sangre: pisotearían a cualquiera que se metiera en su camino y vivirían para hablar del mañana.

«Un muerto no siente», razonó, y con eso echo la culpa a un lado.

Caminó.

Caminó y caminó hasta que sus pies dolieron. Dos días, una noche, y finalmente llegó a la ciudad.

Mentira sería decir que no tenía miedo. Temía verse impresentable, volver a ser señalada y ser apuntada al planeta de las perras por segunda ocasión. Sabía, con la reciente revuelta, el sistema de seguridad debía de haber sido reforzado y los rebeldes ejecutados. Pero no fue señalada, nadie llamó a seguridad. Y sí, era cierto que la evitaban pero había notado algo impresionante: las mujeres no estaban encerradas sino que caminaban libremente. No daban pasos cortos ni tenían el pelo largo recogido en un moño, no se movían como muñecas ni lucían capas de maquillaje que cubrían cada imperfección de su rostro.

Una mujer se acercó cuando Mary estaba en el parque y le ofreció un espacio en el albergue de la ciudad. Un privilegio que de donde venía solo estaba disponible para los hombres. Una mujer sin techo solo tenía lugar en prisión.

Tuvo dudas, pero aceptó.

Las mujeres sin hogar le dieron la bienvenida y pronto formó parte de una pequeña y vulnerable comunidad.

—¿Alguna vez vas a hablar de tu pasado? —preguntó Herta, que cortaba un par de zanahorias para la sopa de verduras.

Mary siguió limpiando el pollo como si no hubiera escuchado nada.

—Eres joven, ¿no piensas que desperdicias tu vida aquí?

Mary negó con la cabeza. La verdad era que sí lo pensaba, de hecho constantemente. Todos los días recordaba a sus padres y se preguntaba si estarían bien. Si habían escapado del país. Un nudo se formaba en su estómago y entonces divagaba.

«Este no es mi mundo».

—Me gusta aquí —respondió Mary sonriente. No era mentira.

—¿No tienes metas?

Mary titubeó y por un breve instante se detuvo de cortar la carne antes de seguir como si nada. Era ahora o nunca, y la verdad es que Herta le daba confianza. Era como la madre y hermana de cada mujer del albergue.

Tragó saliva.

«Ahora o nunca, Mary. Ve al vacío, un salto de fe.»

—Mis... padres —comenzó. Su labio inferior tembló, su voz quebrándose. Tuvo que detenerse para inhalar profundamente y calmarse—. No... sé donde están —balbuceó.

Herta limpió sus manos en su delantal antes de abrazarla. Quiso ser fuerte, pero al final más lágrimas escurrieron por las mejillas de Mary que correspondió el abrazo.

—Está bien, querida. ¿Has tenido noticias de ellos?

Hasta aquí puedo ser honesta, decidió Mary. Si algo le había enseñado su mundo era jamás poner todas las cartas en la mesa.

Mary negó con la cabeza.

—Cerraron el caso —comenzó a hilar. Las palabras salían solas como un chorro de agua a través de una grieta—. Escuché que aquí fue el último lugar donde los vieron —siguió, soltando finalmente a Herta. Las lágrimas de Mary siempre duraban bastante poco—, pero nadie vio nada y se cree que no fue aquí su última parada. Yo... —negó con la cabeza—. No sabía qué hacer, necesito buscarlos.

Herta asintió, cruzándose de brazos.

—¿Has escuchado de IRO? —preguntó Herta. Mary la miró sin entender y Herta siguió—. Es una residencia, es relativamente fácil entrar. Lo importante no es eso, sino la gente que hay ahí. He escuchado hay personas que pueden incluso hablar con los espíritus. No estoy diciendo que estén muertos —se apresuró Herta—. Es solo que... si vas ahí y encuentras a la persona correcta, tal vez esa persona podría ayudarte con un método desconocido para nosotras.

Mary asintió, comenzando a ver una nueva luz al final del camino. ¿Tal cosa sería cierta? No, bueno, dudar sería grosero, después de todo este mundo ni siquiera era el de Mary. Si tal era el caso, era plausible que la magia conviviera con la ciencia y la lógica.

Había un problema sin embargo.

—Pero te piden papeles, ¿no? No... no los tengo conmigo —Peligro, peligro. Mary no existía en este mundo, era un fantasma, un ser de otro mundo—. No puedo —Negó con la cabeza—. Si de alguna manera quienes atacaron a mis padres saben de mí... no sé lo que pasaría.

Herta asintió, sin embargo estaba sonriendo.

—Creo puedo ocuparme de eso.

Los ojos de Mary brillaron con alegría, una sonrisa instalándose en su rostro. Lo había escuchado de Miriam antes, Herta le había ayudado a conseguirse papeles falsos y una nueva identidad. Justo lo que Mary necesitaba. Tal vez conservaría el nombre, amaba su nombre.

¿Cómo sería esa residencia? No podía esperar para poner un pie en ella.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori ❙ Abierto ❙ En curso


Shima pudo percibir como el joven pelirojo parecía querer acariciarlo, aunque también sentía como si dudase un poco, por lo que al ver como éste acercaba su dedo índice a su cabeza hizo un leve movimiento con esta hacia adelante, como si con ello le estuviera diciendo que estaba bien para él ser acariciado. Y es que después de todo, los movimientos de Arata habían sido suaves y lentos, y la minina parecía estar, aunque atenta, en calma también, por lo que la pequeña ave se sentía lo suficientemente tranquilo como para dejar que el pelirojo lo acariciara si así éste quería.


A Shima le gustaba cuando Midori acariciaba su cabeza, siendo su parte favorita los mofletes. Pequeñas y suaves caricias en esa zona de su cabeza le tranquilizaban y eran especialmente agradables para él. Si bien estaba más acostumbrado a que aquellos desconocidos que querían acariciarlo lo hicieran en la parte alta de su cabeza, siendo ésta una zona que también le gustaba.


Cabe decir que mientras Shima estaba con Arata, Midori, aunque atento a su conversación con el pelirojo, también estaba pendiente de su interacción. Alegrándose así en su interior por el hecho de que su pequeño amigo poco a poco ya se fuera sintiendo más cómodo en compañía de los recién conocidos.


De esta forma, tras escuchar hablar con atención a Arata el peliverde le respondió.


- Comprendo - Y tras una breve pausa añadió - ¿Significa entonces que aunque no tengo esos documentos puedo realizar el trabajo? - preguntó como una forma de confirmación, pues aunque entendía que la respuesta sería si dada la siguiente explicación del modelo, no quería dar nada por hecho. Y tras otra breve pausa continuó hablando 
- Sobre los datos que me has dicho, estoy bien con ello. Me gusta estar en la naturaleza - al decir ésto en su expresión pudo notarse como se alegraba de que el lugar fuera ese en lugar de algún tipo de estudio como hasta donde sabía a veces se realizaban las sesiones, aunque de haber sido el caso tampoco le habría importado, más un ambiente más natural siempre era más de su agrado - y no tengo problema con el contacto físico o con tener que usar poco ropa. Tengo conocimientos sobre vuestro dinero, aunque aun debo aprender mejor que tanto es su valor cuando son cantidades muy altas. El pago me parece bien ... No esperaba que fuera tanto - no pudo evitar añadir al final con sinceridad, si bien era posible que si Arata se había fijado justo al mirarlo cuando había terminado de hablar antes, hubiera podido notar una ligera expresión de sorpresa en Midori al escucharlo decir la cantidad. Por lo demás, el tono de voz del peliverde durante todo el tiempo había sido como hasta entonces, sincero, tranquilo y educado; al tiempo que también miraba a Arata. Si bien de vez en cuando desviaba la mirada por un momento para mirar a su pequeño amigo, estando así pendiente de él y de que estuviera bien.


Cabe decir que a los ojos del peliverde la cantidad mencionada era mucho mayor de lo que había llegado a imaginar pudiera ganar con, a su parecer, un trabajo que parecía bastante sencillo. Y es que Midori tenía conocimientos de en que consistía el trabajo de modelo, pero no conocía en absoluto la cantidad de dinero que éstos pudieran llegar a ganar.

ID

ID

Recepcionista y guía

Cartas enviadas por Dekiru tras revisar cuidadosamente las solicitudes de ingreso llegadas al buzón físico. Las cartas son acompañadas por un pequeño paquete meticulosamente envuelto, el cual posee el logo de la residencia. También se ha enviado una copia de las cartas a través del correo de los nuevos residentes.

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@Midori,
¡Todo está en orden!

✉ Invitación enviada exitosamente ✉
✔

—IA de la residencia.

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Pin enviado exitosamente ✔️

¡Ya puedes disfrutar de los beneficios de residente!


@Chiuutan
¡Por haber realizado al menos una encuesta o narrativa, has recibido la stamp de la residencia!


¡Que tengan una linda tarde! ✧

A r r e n d a j o
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Tian Rue, Sirena, Oz, Dai+Aki & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso

En aquel momento, se encontraba trabajando en la oficina del director, hojeando un par de papeles pendientes e informes de todo tipo. De vez en cuando, dirigía su vista a la ventana más cercana, pensativo. Usualmente, aquel no sería su lugar de trabajo, pero esta era una ocasión bastante especial. Dai había optado por tenerlo cerca para mantenerlo informado sobre la situación entre ciertos residentes que parecían haber perturbado la tranquilidad de la residencia.

Abandonó los documentos en los que estaba inmerso y se levantó de su asiento cuando la voz del director resonó en la oficina, indicándole con sus palabras que era el momento de intervenir. Ya sabía que debía hacer, pues habían planeado la intervención en caso de que sucediera. Se limitó a asentir con la cabeza y seguir al ojiazul, manteniendo una distancia prudente y caminando levemente por detrás de él.

A la par que el peliblanco pronunciaba aquel encanto de "invisibilidad", el zorro hacía lo mismo con el suyo propio, pero en un tono de voz mucho más bajo al del director, casi como un susurro.

"Tejido en sombras, disuelve miradas indiscretas, revelando susurros de misterio."

Dai sabía de aquella habilidad suya para ocultar auras y presencias, pues lo había mencionado, entre otras cosas, en la entrevista de trabajo. Y si bien el director ya se había tomado el trabajo de disminuir la presencia de ambos, consideraba que no les vendría mal un pequeño refuerzo para pasar desapercibidos por completo.
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Dejó de prestarle demasiada atención al camino, principalmente por qué se concentraba más en reforzar la desaparición de sus auras, por lo que se estaba dejando guiar por el moreno. No hubiese hecho aquello si se tratara de cualquier otra persona, pero el director era alguien en quien podía depositar su confianza.

Supo que habían llegado a destino una vez pudo sentir a Aki cerca. Aparte de poder ocultar auras, podía sentir con mayor facilidad la presencia de las personas a su alrededor.

—Buenos días, Tian Rue— Saludó al joven pelinegro una vez estuvo a su lado. Procuró mantener cierta distancia por precaución, mas no podía alejarse demasiado. Necesitaba quedarse cerca para que las raíces los transportaran a ambos. Si todo salía bien, aparecerían en uno de los cuartos de la enfermería, separados del resto de los involucrados.

Volteó levemente por un momento para hacerle un pequeño gesto con la cabeza a Dai, a modo de darle a entender que todo estaba en orden. Solo tras eso, regresó su vista al chico que tenía a un costado.

E n t r e v i s t a
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꧁   Arata, Midori ❙ Abierto ❙ En curso⌛ ꧂


—...

Estuvo sin palabras frente a lo adorable que le había parecido el gesto del ave, evidenciándole así que estaba bien tocar su cabecita. Por supuesto, Arata siguió adelante y comenzó a acariciarlo con suavidad y delicadeza. El pelaje era demasiado agradable, y aun si no era la primera vez que tocaba a un ave, se estaba convirtiendo en toda una experiencia para él.

No solo quería disfrutar del tacto, sino que descubrir qué otro lugar era agradable para Shima en caso de haber otro u otros, por ello dejó un momento el dedo quieto con la esperanza de que el ave se frotara contra este, como usualmente lo hacían los felinos. Se trataba de un ensayo y error; tal vez Shima siquiera interpretaría aquello de la manera en que Arata esperaba, pues no era un gato.

—Mm —asintió en respuesta a la pregunta.

—¿Eres alérgico a algo? —preguntó segundos después, atento a Shima aún.

Iban a maquillarlos y el vestuario que usarían sería a elección del encargado de ello. Era importante saber si Midori poseía alguna alergia, ya sea hacia algún producto, alguna tela e incluso alguna comida, pues era usual que hubiera picadillos.

—Ok. Estás dentro entonces. ¿Tienes alguna cuenta donde te puedan depositar el dinero? —preguntó mirando al chico esta vez.

Le gustó poder presenciar una nueva emoción en el peliverde; le parecía lindo. Además, tenía un compañero adorable.

—Mm, más 25.

Arata solía ganar más dinero del mencionado, pero rebajaba sus tarifas cuando se trataba de un pequeño emprendimiento o grupos que recién comenzaban. Aun si ahora conseguirían una buena suma ambos, al modelo le parecía adecuada a tratarse del rostro de ambos, pues este quedaría por siempre plasmado en la portada.

Bruma, por su lado, cambió de posición y se recostó de lado, pero manteniendo las patas delantera bajo su torso: tenía sueño.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori ❙ Abierto ❙ En curso


Shima se dejo acariciar con gusto, resultándole agradable la forma en la que el joven pelirojo lo hacia con delicadeza y suavidad. Y aunque no era la misma sensación que ser acariciado por Midori, no se arrepentía de haberse acercado hasta el modelo, como así pudo notarse al no hacer ningún movimiento por apartarse o por rechazar las caricias. De esta forma al rato pudo notar como el dedo del pelirojo se detenía, si bien interpretó que quizás los mimos ya habían terminado, aun así hizo un último movimiento siendo él el que se acercaba de nuevo rozándose suavemente no solo la parte de arriba de la cabeza sino también por un momento los mofletes. Algo que hizo como una especia de despedida, pues posteriormente voló de regreso para posarse más cerca de Midori.

Por su parte el joven peliverde permanecía atento tanto a la conversación como a su pequeño amigo, sonriéndole a éste cuando vio que regresaba con él, sintiendo que la experiencia recién vivida le había sido agradable a la pequeña ave.

De esta forma, posteriormente paso a responder a Arata.

- Gracias - dijo en tono bajo de forma breve y sincera tras la afirmación del pelirojo. Y es que entendía que le estaba dando una oportunidad que quizás otro no se la hubiera dado - No que yo sepa. Aunque no se si he llegado a probarme todas las telas que existen en este mundo - Y tras una breve pausa, y pensar en sobre a que más cosas se podría estar refiriendo a que fuera alérgico añadió - Nunca he usado maquillaje, solo productos de limpieza de higiene ... Pero podía usar sobre mi algún tipo de magia curativa para prevenir si hiciera falta, solo por si acaso. También... no es alergia, pero no como alimentos que no sean vegetales. O más bien, alimentos en los que haya habido que matar o hacer daño a algún animal. Creo que en este mundo se llama ser ¿vegetarano? Aunque no se si también me preguntabas por la comida - añadió como un comentario final, pensando que hasta donde sabía los modelos no tenían porque comer en las sesiones de fotos, pero como consideraba que la comida si entraba dentro del tema de las alergias, solo por si acaso, había preferido comentarlo.

Y así, siguió respondiendo al modelo.

- Gracias por la oportunidad - repitió agradeciendo nuevamente, si bien ahora en su tono de voz normal - Tengo una. La anciana que me enseño sobre este mundo la creo para mi por si la necesitaba en un futuro, pero no me se los datos de memoria, están apuntados en una libreta que tengo en mi habitación.

Y de esta forma terminó por responderle sintiendo que todo parecía haber salido bien. Si bien, cuando le escuchó decir "más 25" no pudo evitar que una expresión confusa se mostrara en su rostro.

- ¿"Mas 25"? - repitió inconscientemente en voz baja sin entender a que se estaba refiriendo el modelo. ¿Tenía algo que ver con el dinero?, o tal vez ¿con alguna otra cosa que hubieran hablado? Midori no lo comprendía en absoluto, el comentario le había parecido muy repentino, y así se reflejaba en su rostro - Disculpa, creo que no entiendo lo que quieres decir con más 25 - le preguntó entonces.

Después de todo, no es que Midori fuera especialmente curioso, aunque si que le gustaba aprender cosas nuevas. Sin embargo, su motivo para preguntar era por si tuviera que ver con algo relacionado a lo que habían estado hablando.

Por su parte para este momento Shima, que había estado atento a la minina, además de al par de chicos, viendo como ésta parecía estar realmente tranquila, decidió darle una oportunidad. De esta forma, volvió a levantar el vuelo, acercándose con cuidado a ésta, posándose a una distancia algo prudencial, pero se podría decir que cerca de ella. Cabe decir que la pequeña ave estaba atenta en todo momento a los posibles movimientos que la minina hiciera, más quería comprobar si está realmente lo atacaría o como le había dicho Midori, tan solo tenía curiosidad por él. Así pues esperaría por su reacción, y si bien no era que tuviera intención de jugar con ella, aun en el mejor de los casos. Si todo iba bien, podría interpretarlo como que estar cerca de la minina no era peligroso y que podía moverse con tranquilidad en su presencia.

A r r e n d a j o
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Tian Rue, Sirena, Oz, Dai+Aki & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso


Si algo había sorprendido al peliblanco era la forma en la cual Tian Rue había reaccionado. Se esperaba alguna queja por su parte, o incluso un comentario sarcástico, pero no tal acción. Si bien en la cultura del zorro, se acostumbraba a llamar a la gente por su nombre completo, no esperaba que ser llamado por solo uno de ellos pudiese generar tanto descontento. Aún así, se mantuvo en silencio, escuchando atentamente lo que el chico tenía para decir. No lo juzgaba.

—Tian Rue, no creo que el director haya tenido la intención de ofenderlo— expresó en un tono de voz bajo, aún audible para el pelinegro debido a la cercanía y el reducido espacio en el que estaban.

En ningún momento lo miro con ojos de desprecio, pues incluso si había optado por tomar cierta distancia en un comienzo, era meramente por respetar su espacio personal, y el suyo propio. Dekiru no era alguien que juzgara a las personas por adelantado, por lo que no tenía ningún tipo de prejuicio sobre el chico. Sin mencionar que no veía a Tian Rue como un monstruo, ni como alguien que debía ser castigado, más bien, a sus ojos parecía un niño asustado.

Por otro lado, no era la primera vez que presenciaba una transformación de aquel tipo, por lo que no podía verse ni una pizca de sorpresa o algún otro tipo de emoción similar en su rostro. Simplemente una mirada que intentaba comprenderlo.

Las raíces todavía se encontraban en movimiento; el capullo no se terminaba de cerrar del todo aun. Fue principalmente por eso que Tian Rue tuvo la oportunidad de destruirlo antes de que fuesen teletransportados.
Si las raíces se hubiesen juntado, y el capullo cerrado, sería solo cuestión de segundos para que aparecieran en algún cuarto de la enfermería.

No hizo caso omiso a sus palabras, por lo que acabó dando un pequeño paso hacia atrás, apegándose a la pared de raíces que los envolvía. Aquella advertencia fue la confirmación a sus pensamientos; Tian Rue no buscaba herirlo. No le hubiese advertido si fuese el caso. Podría haberse quedado en su lugar, pues no sentía miedo ante su presencia, mas prefería hacerle caso y evitar alimentar su ira. Si se lo había mencionado por algo era.

—Tian Rue— llamó nuevamente. —No eres el culpable de nada.

No tuvo tiempo de decir mucho más. Las raíces comenzaban a ceder ante el "don" del joven demonio, regresando a la tierra a medida que la putrefacción avanzaba, hasta desaparecer por completo. Seguían en el bosque. Se había mantenido en su misma posición tras haber dado aquel pequeño paso dentro del capullo, por lo que aún se encontraba cerca de Tian Rue.

E n t r e v i s t a
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꧁   Arata, Midori ❙ Abierto ❙ En curso⌛ ꧂


Al ver a Shima aproximarse a su dedo y la forma en la que lo hizo, sintió una chispa de ternura que le impidió prestar atención a todo lo que no se tratara del ave. Le parecía tan adorable que sentía querer secuestrarlo, pero de momento se conformó con acariciarle el moflete como había interpretado su cercanía. No obstante, se sintió algo confundido cuando decidió volver con Midori.

—¿Hice algo mal? —preguntó, mirando ahora al peliverde.

Cuando Shima había volado, Bruma abrió de repente los ojos al sentir el aleteo y lo siguió con la mirada: más no hizo. Solo había sentido curiosidad por el repentino movimiento percibido y pronto tuvo de nueva cuenta los ojos cerrados, especialmente porque el modelo había dirigido la mano izquierda hacia ella, con la cual le había comenzado a acariciar la cabeza y mejillas.

Posteriormente, se limitó a sentir frente a las palabras del peliverde, dando a conocer que lo oía y le prestaba atención, pues tras acariciar un poco a Bruma, extrajo su móvil para escribir algunos apuntes sobre el susodicho. Usaba ambas manos para escribir, pero la correa la seguía sosteniendo, solo que desde la muñeca cual pulsera.

—Mm... Si te quieres encasillar en una etiqueta, serías considerado vegano. Por lo demás, está bien; preguntaba por alergias en general—dijo mientras anotaba una que otra cosa—. Dame algún medio de contacto para que me envíes los datos de tu cuenta o anota mi número de celular.

Pretendía extenderle su celular para que anotara su número en caso de que tuviera uno. Por otro lado, era agradable para el modelo saber que el chico no comía, aparentemente, nada de origen animal. Le agradaba salir a comer con personas así, puesto que comer era algo que Arata disfrutaba bastante.

—Ah, puntos que has ganado —respondió en cuanto a sus particulares puntos.

—¿Tienes fobias o algo que te dé miedo? —soltó de repente, mirando al joven.

Para el pelirrojo, el orden no alteraba el producto en la entrevista.

Como Shima se encontraba dentro del campo de visión del modelo, fue evidente notar de reojo su movimiento. Lo siguió, entonces, con las pupilas hasta que tuvo que girar solo un poco la cabeza.

Bruma, por su parte, emitió un breve y adorable «¿brrr?» al darse cuenta de la repentina cercanía del ave. Aunque enseguida quiso oler a Shima, no hizo movimientos abruptos, sino que solo comenzó a acercar meramente la cabeza hacia él.

—¿Oh? Eres un ave valiente, ¿hm? —hizo una breve pausa—. Hmp, ¿serás el reflejo de tu kahu?

Solo tras terminar su pregunta, observó nuevamente a Midori.

１. I n i c i o : Mi llegada a IRO.

Relato:

Lucy suspiro y recogio su ID recien etregado del mostrador, dio las gracias y comenzo a caminar por el pasillo en dirección a su habitación. Se moria de ganas de encontrar a Ban, su novio, a quien no habia visto en todo el dia, sin embargo, cuando estaba de camino no pudo evitar picarle la curiosidad. A pesar de haberse inscrito en la residencia, y a pesar de saber que iba a pasar un buen tiempo alli,e incluso de que su seguridad dependia de ello,nunca la habia visto, ni sabia como era por dentro.Era raro, sobretodo para alguien que buscaba un lugar seguro para esconderse, y quiza hasta podia considerarse algo sumamente imprudente, inscribirse en un sitio desconocido, sin embargo, ella habia llegado ahi por recomendación de su novio, quien si sabia un poco mas y habia sido el de la idea. Lucy sabia que podia confiar completamente y sin ninguna duda en el, por lo que no vacilo cuando el se lo dijo y se habian apresurado a irse lo mas pronto posible.Asi que,a pesar de lo cansada que estaba y de las ganas que tenia de ver a Ban, decidio olvidarse momentaneamente de su objetivo y comenzo a explorar la residencia.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori ❙ Abierto ❙ En curso


- ... - el peliverde se quedó un momento pensando sobre a que se refería exactamente Arata con "mal", pues para él el comportamiento de Shima había sido el habitual en estos casos cuando conocía a alguien nuevo - No - respondió finalmente - Ha pensado que ya no ibas a darle más caricias y se ha despedido. Normalmente es lo que hace cuando conoce a alguien nuevo. Pero le has agradado - Y tras una breve pausa añadió - Es algo dormilón, pero cuando esta despierto le gusta moverse y ser activo.

Posteriormente Midori pudo ver como ahora era Bruma la que recibía los mimos del modelo, pareciéndole que la relación entre ambos en cierto modo le recordaba a la suya con Shima, algo que hizo que el peliverde sonriera internamente por ello.

De esta forma luego ambos jóvenes siguieron con su conversación, durante la cual el pelirojo parecía anotar algunas cosas en su móvil al tiempo que escuchaba con atención a Midori.

- << Vegano >> - repitió en su mente tras escuchar decir la palabra con la intención de aprender como se decía - Entiendo - dijo ante su explicación - Claro - añadió para pasar a sacar su móvil de uno de los bolsillos de su pantalón - ¿Prefieres anotar mi número o que yo anote el tuyo? - dijo con su teléfono ya en la mano.

Fuera cual fuera la respuesta del modelo, Midori estaba bien con ambas opciones, por lo que lo que le resultara más cómodo a Arata estaba bien para él. Además, puesto que no estaba acostumbrado a dar su número, en realidad no se lo había aprendido, por lo que necesitaría mirar su teléfono donde lo tenía apuntado para poder dárselo en caso de que el pelirojo prefiera la primera opción.

Tras esto, al escuchar como le respondía "Ah, puntos que has ganado", Midori aun continuaba algo confuso. Sin embargo, interpretó que quizás era alguna forma de calificar de Arata, algo relacionado con la entrevista, y pensando en que era un "más" consideró que debía de ser algo positivo. Por otra parte, le daba la impresión de que el modelo no parecía darle mucha importancia, sino que había sido más como un comentario para si mismo, por lo que el peliverde decidió no darle mas importancia, afirmando únicamente y ligeramente con la cabeza en señal de respuesta sin decir nada más.

Y así pasó luego a seguir escuchando la repentina pregunta del pelirojo.

- ... Que a Shima pueda pasarle algo malo y yo no pueda ayudarlo - respondió con seriedad y total sinceridad tras pensarlo por un momento, mirando luego a su pequeño amigo con cariño.

Cabe decir que el peliverde no estaba seguro de a que clase de miedo se refería Arata, pero aun así, Midori no recordaba tenerle miedo a nada más en particular. Y en el caso de que hubiera algo, en este momento no lo recordaba.

De esta forma, ambos jóvenes, cada uno quizás por un motivo diferente, se encontraban ahora observando a la pequeña ave, la cual se movía aun de forma prudente en dirección hacia la minina. Ésta al darse cuenta de ello  había emitido un breve y adorable «¿brrr?» lo que hizo que instintivamente Shima también emitiera uno de sus suaves sonidos. Visto desde afuera podía parecer casi como si le estuviera hablando. Y así, poco a poco, pasito a pasito la pequeña ave decidió acercarse a Bruma, pues no le parecía que tuviera intención de atacarlo, por lo que por el momento se acercaría un poco más. Quizás, si todo iba bien, para saludarla, por así decirlo. A no ser que la minina hiciera algún movimiento que él considerase peligroso, en cuyo caso alzaría el vuelo. 

Fue entonces que Midori escuchó el comentario de Arata. El peliverde no entendió la palabra "kahu" que el pelirojo había dicho. Sin embargo, dada la situación y viendo que lo había mirado a él tras terminar de hablar, interpretó que "kahu" debía de significar amigo o algo parecido.

- Nunca he pensado en él como valiente o cobarde. Sabe ser prudente cuando es necesario y cuando siente que es un mejor momento. Pero le dije que no me parecía que Bruma quisiera hacerle daño, como los otros gatos que le había atacado. - Y tras una breve pausa añadió - La palabra "kahu" que has dicho, ¿que significa? - le preguntó como una forma de confirmarse a si mismo si era lo que él pensaba, pero también con la intención de aprenderla.