Anécdota II: LGBTIQ+
Relato:
Esto ocurrió hace ya algún tiempo, cuando Kuon era aun un estudiante de preparatoria, más concretamente cuando estaba en su segundo año. Por ese entonces, un chico recién acababa de mudarse y había sido transferido a su clase. El chico en cuestión era algo más alto que Kuon, de semblante serio y más bien introvertido. Y si bien no solía hablar mucho con los demás, era fruto de su timidez; pero una vez que hablabas con él, siempre era amable y educado.
Así pues, notando como el recién llegado no se relacionaba demasiado con nadie, y conociendo el sentimiento de no tener nadie cercano con quien hablar en las clases, algo que Kuon había experimentado de pequeño, el pelirosa no dudo en acercarse a él y presentarse. Y de esta forma, poco a poco, y en gran medida gracias a la personalidad de Kuon, ambos jóvenes comenzaron a conocerse y se fueron haciendo amigos. Cabe decir que Kuon se sentía realmente cómodo estando con él, y por su parte el otro chico también disfrutaba de la compañía del pelirosa gustándole especialmente cuando éste tocaba la guitarra para él.
Así el tiempo fue pasando, hasta que finalmente llegó el verano. Más precisamente, el día en el que se celebraba el festival principal de fuegos artificiales del lugar donde vivían. Ambos jóvenes habían quedado en reunirse para verlos juntos, así como con algunos otros de sus compañeros, el pequeño grupo de amigos de Kuon, del cual ahora el recién llegado también formaba parte a raíz de haber comenzado a relacionarse con el pelirosa.
Para la ocasión Kuon vestía un yukata de color azul, mientras que por su parte el chico iba vestido de forma más occidental.
Durante el festival, la casualidad quiso que llegado el momento justo en el que comenzaban los fuegos artificiales, ambos jóvenes estuvieran algo separados del resto del grupo, por lo que para evitar perdérselos, decidieron quedarse en el lugar donde estaban en lugar de buscar al resto del grupo.
- Hermoso - dijo Kuon con una sonrisa radiante y feliz en el rostro mientras miraba el cielo. Y es que después de todo contemplar los fuegos artificiales era algo que al pelirosa le encantaba.
- Lo es - respondió su acompañante en voz baja, si bien él no miraba tanto al cielo como si a Kuon.
- Podemos ir a ver los de la ciudad vecina si quieres la próxima semana - comentó Kuon al saber que al chico también era algo que le gustaba. Si bien cuando se giro para mirarlo pudo notar como era a él y no al cielo lo que su acompañante estaba mirando quedándose así algo confuso.
- No me refería a los fuegos - dijo su acompañante al tiempo que sus mejillas comenzaban a sonrojarse. Si bien, al ser de noche y estar su tono de piel un poco más morena por haber tomado el sol, no era algo apreciable a simple vista.
- ¿Qué quieres decir? - le pregunto Kuon con total inocencia y algo confuso.
Al escuchar esto, y comprender que su forma sutil de decirlo no había sido entendida, su acompañante se quedo un momento callado, pues no era capaz de decirlo de una forma mas directa. De forma que tras respirar profundamente por un momento, el chico se acerco a Kuon y lo beso. El beso en si fue breve, mas con él trataba de demostrarle que era lo que había querido decir y como se sentía.
Tras esto, el chico se separo del pelirosa, recuperando así su posición inicial, notándosele ahora si como sus mejillas estaban sonrojadas. Mientras, por su parte, Kuon se quedo completamente inmóvil, como si se hubiera convertido en piedra.
- ¿M-me odias ahora? - le pregunto el chico.
Sin embargo, Kuon permanecía sin moverse, solo estaba ahí parado sin decir nada. Y así, creyendo que tras lo que había hecho había perdido su amistad con él, el chico se disculpo.
- Lo siento - dijo en voz baja y algo apenada, al tiempo que comenzaba a girarse para irse del lugar sintiéndose avergonzado.
Y fue justamente estas palabras y este gesto lo que hicieron que Kuon reaccionase.
- Espera... por favor - dijo al tiempo que sujetaba su mano para que no se fuera.
Y es que si bien éste no había sido el primer beso de Kuon, si que había sido su primer beso con un chico. Pero más allá de eso, su reacción o falta de ella más bien, era debida a que la situación le había pillado desprevenido. Por su parte él nunca se había planteado si aquel chico le gustaba o no, al menos en términos románticos. Solo sabía que para él era un buen amigo, y que le gustaba pasar tiempo juntos ya fuera con otros de sus amigos, o estando solos. Más Kuon tampoco tenía tanta experiencia en el terreno amoroso. Y de hecho la poca que tenía había sido con una chica, con la cual finalmente se habían dado cuenta de que más que sentimientos de pareja, se sentían como buenos amigos. Por ello en un primer momento no había sabido que pensar. Si bien el hecho de que fuera un chico no era algo que le preocupase, tan solo no quería volver a confundir el sentimiento y como consecuencia, quizás en esta ocasión lastimar a la otra persona. Pero ahora, y para en parte su sorpresa, durante el tiempo que había permanecido cual piedra, el pelirosa se había dado cuenta de que aquel beso le había hecho sentir algo que no había sentido antes. Una sensación cálida y feliz que no había experimentado y que le gustaba.
- Yo... mmm... - continuó hablando, más Kuon no encontraba las palabras para poder describir como se sentía. De forma que finalmente, y tras mirar a su acompañante a los ojos y estar él también ahora algo sonrojado, se acercó al chico, siendo ahora él el que lo besaba.
Nuevamente el beso fue breve, más una vez más también con él era ahora el pelirosa quien trataba de transmitir como se sentía. Y así, tras algunos segundos, se separo de su acompañante y le dijo con una cálida sonrisa en el rostro.
- Esta bien... ¿verdad?
Como respuesta su acompañante se quedo mudo, si bien no era necesario que dijera nada, pues su rostro lo decía todo, siendo ahora su sonrojo tan notable que hizo que Kuon riera de forma tierna al verlo. El chico no era capaz de mirarlo siquiera debido a su vergüenza, algo que Kuon también sentía, pues también estaba sonrojado, mas el sentimiento feliz que sentía era mayor a su vergüenza.
Y de esta forma, mientras aun estaban de la mano, los jóvenes continuaron viendo los fuegos artificiales, siendo éste el primer día de su noviazgo.
Como era costumbre en su cultura las muestras de afecto entre ambos eran discretas en publico, más los jóvenes contaban con el apoyo de su grupo de amigos, a los cuales se lo dijeron. Y por otra parte, Kuon también se lo dejo a sus padres, los cuales al principio se sorprendieron un poco, ya que pensaban que a su hijo le gustaban las chicas, debido a cuando éste les había hablado y presentado a su primera novia. Más esto no dejaba de ser cierto, solo se trataba de que Kuon era bisexual. Si bien, sabiendo que su hijo era feliz, no dudaron en mostrarle todo su apoyo, tal y como habían hecho siempre durante toda su vida.