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Neko pudo escuchar como el joven pelirojo decía la palabra "surreal", más por el tono en el que lo dijo no le dio mayor importancia, considerando que era solo un pensamiento para si mismo, aunque dicho en voz alta.


Sin embargo, cuando posteriormente le escuchó decir, "más 10", su curiosidad regreso. Y es que recordaba que anteriormente ya lo había escuchado decir "más 20" por lo que comenzaba a cuestionarse que significaban realmente esos números, y si quizás eran algún tipo de código secreto que solo Arata entendía. De esta forma, el nekomata ladeo ligeramente la cabeza al tiempo que mostraba momentáneamente una expresión donde se podía notar como parecía estar pensando en algo.


Posteriormente volvió a estar atento a su acompañante, notando así sus miradas, gestos y escuchando sus palabras; todas ellas cosas que hacían que Neko pensara que el joven pelirojo era alguien que le parecía interesante. Al mismo tiempo que seguía preguntándose que era exactamente ese algo familiar que percibía en él.


Y de esta forma, tras dejar que terminase de hablar, pasó a responderle. 


- Depende de ti - dijo con una sonrisa amistosa, y también ligeramente picara debido a la forma en la que había interpretado sus palabras, teniendo en cuenta como antes  le había pedido tocarlo. Y tras una breve pausa añadió - Aunque para darte otro talismán si que las necesitaré. El proceso es el mismo en cada ocasión. Pero lo dejo a tu elección.


Esta era su forma de decirle que si él quería le daría el otro talismán ahora, más si por el contrario decidía que no era necesario en este momento no lo haría. Así pues en el caso de que Arata quisiera, el nekomata volvería a repetir el mismo proceso de antes. Y en el caso de que prefiriera que no por el momento, por el motivo que fuera, Neko no haría nada. Por su parte estaba bien con ambas opciones, por lo que la elección era ahora completamente del joven pelirojo.


Y de esta forma, mientras esperaba, decidió seguir hablando.


- No se si el juego ha acabado, pero tengo otra curiosidad. ¿Que significan esos números que dices a veces? Recuerdo haberte escuchado decir "más 20" y más recientemente "más 10" ¿Es algún tipo de código secreto solo para ti? ¿O es algo que pueda saberse? - le preguntó al tiempo que hacía un leve movimiento con sus orejas notándose así su curiosidad.


Cabe decir que por su parte, así como él recién le había preguntado, también estaba dispuesto a responder alguna otra curiosidad que Arata pudiera tener sobre él.

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Ladeó un poco la cabeza como el nekomata, imitándolo, mas no su expresión. Continuaba analizándolo como si procurara ver en su interior.
A simple vista le parecía alguien inclinado a la transparencia, y ese tipo de personas le agradaban.

La posterior respuesta causó que fuera visible una pequeña sonrisa en las comisuras del modelo. Tal vez no resguardaría las manos en la manta luego de recibir un nuevo talismán de invocación.

—Ok, es tuya de nuevo —le extendió su fina mano, aceptando recibir el otro talismán ahora.

Sus uñas esta vez no se encontraban por completo negras, sino que con un diseño algo marmolado.
Le había extendido la diestra de nuevo, en la cual llevaba un anillo platinado en el índice. Este le quedaba un poco grande, por lo que a veces lo usaba incluso en el pulgar. De habérselo comprado él mismo, no habría tenido dicho problema, mas las manos de su antiguo portador eran más grandes.

—Frío —introdujo frente a las nuevas dudas del pelinegro—. Has elegido el camino largo, señor gato. ¿Lo abandonas? —preguntó, recordándole sus decisión anterior.

Realmente no tenía problema alguno en contar sobre sí mismo dependiendo del desarrollo de la charla, por lo que podría haber más de alguna ocasión en la que incitara a la otra persona a descubrir por sí misma ciertos detalles sobre él. No obstante, el dizque «sistema de puntuación» no entraba en dicha ocasión usualmente y Arata podía llegar a ser bastante impredecible también.

De un momento a otro sus ojos regresaron a la cola de Neko.

—¿Por qué la tienes dividida? —preguntó, observando aún la extensión del cuerpo ajeno. Tras sus palabras, la apuntó con un breve movimiento de cabeza.

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Neko continuaba atento a Arata, como ya era costumbre, por lo que pudo ver cuando la expresión de éste cambio ligeramente haciendo una pequeña sonrisa, algo que hizo que sus orejas se movieran por un instante.


- << Mmm... algo nuevo. Le queda bien. Debería sonreír más, pero supongo que así es más valioso cuando lo hace >> - pensó al tiempo que sonreía internamente al haberle parecido un gesto lindo por parte del pelirojo.


Tras esto Arata aceptó recibir el otro talismán ahora, por lo que el nekomata volvería a repetir el mismo proceso de antes.


- Bien - le dijo en señal de que iba a comenzar.


Si bien en esta ocasión, aprovechando que a su acompañante ya no le sorprendería lo que iba a hacer, se tomo su tiempo para fijarse un poco más en algunos detalles como en las uñas del joven pelirojo.


- << Mmm... bonitas. ¿Serán naturales? ¿Pintadas? >> - pensó al verlas.


Por su parte él llevaba las suyas en el color natural de un humano, sin pintar. Siendo de un largo, ni muy corto ni tampoco largo propiamente dicho, sino un termino medio. Si bien, si así lo deseaba podía hacer que fueran más largas y filosas, lo que en caso de necesidad le podía servir como defensa.


Por otra parte también se fijo en el anillo que llevaba.


- << Como la luna >> - pensó entonces al ver que era de color plateado, aunque el diseño en si no tuviera relación propiamente con dicho astro. Más su mero color en si ya hacía que fuera de su agrado al recordárselo.


De esta forma, finalmente Neko terminó una vez más el proceso del talismán, diciendo nuevamente con una sonrisa:


- Listo.


Tras esto se quedo un breve momento pensando en las siguientes palabras del joven pelirojo, siendo consciente esta vez si de como le había llamado.


- << Señor gato >> - repitió en su mente. - << Nunca me habían llamado así >> - pensó al tiempo que sonreía, si bien era más una sonrisa para si mismo pues le agradaba aquel apodo.


- Mmm... no. Es divertido de esta forma también - le respondió finalmente de forma sincera y con una expresión amigable.


Después de todo, y así como anteriormente, Neko no tenía prisa. Además de que en esta ocasión, si todo iba como esperaba, el nekomata contaba con que volverían a encontrarse, por lo que pensaba que aun si quizás en esta ocasión no llegaba a resolver su curiosidad, quizás en un futuro encuentro si pudiera.




Posteriormente Neko pudo darse cuanta con facilidad de como su cola estaba siendo observada, motivo por el cual la siguiente pregunta del joven pelirojo no le sorprendió.


  - Es un rasgo característico de lo que soy. Todos los nekomata la tenemos dividida. Aunque al comienzo es solo un poco, y con los años se va bifurcando más hasta que finalmente de divide en dos colas - le respondió al tiempo que hizo un movimiento intencional con su cola para que así, si Arata quería, pudiera verla mejor. De esta forma, si se fijaba bien, le sería posible notar que la del pelinegro no estaba aun dividida del todo, más si bastante.

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Asintió, tomando el nuevo papel para que el pelinegro lo imbuyera de magia. No le molestaba ver de nuevo el proceso; le parecía cautivador. Sin embargo, esta vez quiso ver el rostro del chico también; después de todo, realizar magia requería concentración, pero parecía no estarlo del todo. Notó que los ojos de Neko no se encontraban del todo en el papel.

—Mm, gracias.

Asintió y procedió a guardar de la misma forma el talisman: doblándolo a la mitad para luego almacenarlo dentro de la funda del celular.

—Ok —respondió con un movimiento leve de hombros.

No le importaba si Neko abandonaba el camino largo, pero el hecho de tener que él pensar y analizarlo con mayor detenimiento, le parecía de todas formas interesante. Además, el susodicho pensaba que era divertido, así que lo dejaría ser.

La posterior respuesta recibida lo dejó bastante insatisfecho.

—Mm... «Porque sí» —resumió las palabras de su compañía.

Sentía que no le había dado la respuesta, pero a su vez comprendía si el yōkai desconocía mayores detalles de su especie; pues al fin y al cabo, siquiera un humano sabía todo sobre sí.

De pronto suspiró por la nariz. Comenzaba a sentir mayor cansancio y sus ojos se estaban volviendo poco a poco más cristalinos.

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Al escuchar como Arata decía las palabras "porque sí" después de que él respondiera a su pregunta, Neko interpretó que de alguna forma quizás no era el tipo de explicación que el pelirojo esperaba, más por su parte poco más podía decirle pues para él realmente era un poco porque sí. Es decir, nunca se había preguntado si había una razón más profunda, solo sabía que al convertirse en nekomata la cola comenzaba a dividirse, y que cuantos más años se tuviera y más poderoso se fuera la cola pasaría a bifurcarse hasta convertirse en dos. Así pues comentó.


- Mmm... supongo que se puede decir así. La verdad es que desconozco si hay algún motivo en especial, solo se que ocurre.


Tras esto, al mirar a su acompañante, Neko pudo notar como, a su entender, éste no parecía estar sintiéndose del todo bien.


- ¿Te encuentras mal? - le preguntó en un tono que si bien no es que reflejara propiamente preocupación, si que lo decía con interés y sinceridad - Conozco magia curativa. Quizás pueda ayudarte si es el caso, siempre que estés de acuerdo.

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—Mmm... Parece una señal de madurez —dedujo a raíz de la información recibida.

No iba a insistir en el asunto de la cola con más preguntas, puesto que Neko ya le había dejado claro que desconocía más al respecto, así que no le encontraba sentido extender el tema.

Posteriormente, supuso que su estado era más notable a raíz de la pregunta recibida, pero no le importó demasiado, ya que tampoco intentaba ocultar nada.

— ¿Qué harías?

Presentía que la magia del chico no sería del todo útil en su caso por un par de hipótesis que tenía en mente... a menos que dicha magia involucrara las sábanas, ¿pero quién sabe? Curioso dejó las pupilas clavadas en la mirada del joven yōkai mientras volvía a ocultarse de mejor forma en la manta.

Por otro lado, no había olvidado que dependía de él tener las manos dentro o afuera, por lo que prácticamente estaba decidiendo qué más podría tocar a la par que tomaba calor aunque su cuerpo no lo necesitara: fiebre.

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A las palabras "parece una señal de madurez", el nekomata simplemente afirmo ligeramente con la cabeza, pues al menos eso si podía confirmarlo.


Así pues posteriormente paso a responder a la pregunta de Arata.


- Mmm... depende un poco de cual sea la causa de tu malestar. Conozco un hechizo curativo general, pero también otros más específicos. Cada uno es algo diferente - Y tras una breve pausa añadió - Si supiera que es lo que te ocurre exactamente podría saber cual usar para ayudarte mejor - dijo al tiempo que lo observaba, no solo fijándose en sus gestos sino también casi como si intentara averiguar cual era el origen de su mal.

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«¿Oh?»

Le había llamado la atención que el chico asintiera. ¿Qué tipo de madurez sería?, ¿por cuál fase estaría el nekomata? No la tenía por completo dividida y quizá era más joven de lo que demostraba. Aun así, prefirió averiguarlo con el paso del tiempo  en vez de preguntarle directamente sus nuevas interrogantes.

—Estrés —respondió, regresando la mirada al rostro del chico, pues antes la tenía en la cola.

Había otra causa de la cual no era del todo consciente, y al ser desconocida, solo podía deducir que haberse llenado de trabajo (él mismo), le había generado estrés y que debido a este, por ende, sus defensas disminuyeran.

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Al escuchar su respuesta Neko se quedo un momento pensando, y es que si bien sabía como ayudar a su ama (la bruja con la cual había hecho el pacto) cuando a ésta le ocurría, haciendo así cosas que la relajasen, el nekomata consideraba que cada persona era un mundo en ese aspecto. Además de que en términos de magia no conocía una en especifico para ello. Si bien si conocía varias formas de relajación.


- Entiendo - le respondió brevemente antes de pasar a quedarse un momento pensando, para proseguir hablando al poco tiempo - Mmm... creo que entonces más que algún tipo de magia lo mejor sería hacer algo que te relaje. Ahora entiendo que quizás viniste hasta éste lugar para ello. Me disculpo si mi presencia te esta molestando - le dijo de forma sincera. Y tras una breve pausa continuó - A ella se como ayudarla, pero no se que tipo de cosas puedan relajarte a ti - dijo refiriéndose con "ella" a la bruja con la cual había hecho el pacto - Quizás... ¿te gustaría acariciarme en mi forma original? - añadió al recordar que era una de las cosas que a ella más le ayudaban - Con respecto a la magia, no conozco un hechizo para ello, pero si algunas que podrían ayudarte en parte. Como lo que en mi mundo conocemos como magia de sanación del alma. Ayuda a sentirse tranquilo y que el cuerpo descanse. O quizás solo magia curativa general. Alivia los síntomas de cansancio y pequeñas fiebres.


De esta forma, tras darle varias opciones, Neko se quedo mirando a Arata en espera de una respuesta.

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Era cierto que aunque no tuviera problema en dormirse en cualquier lugar ni que lo vieran dormir, no lo haría frente a Neko al no tener la confianza suficiente con él. Se podría decir que era un buen avance y voto de confianza que Arata decidiera hacerlo en presencia de alguien.

De todas maneras no estaba molesto con el joven yōkai. Para su fortuna, el modelo no se encontraba tan susceptible ni sensible aún: unas de las consecuencias en su humor cuando se enfermaba. Además, de momento parecía transmitir honestidad.

Por otro lado, pudo deducir a quién se refería con «ella», pero como usualmente sucedía...

—¿Quién es ella?

Su pregunta fue exteriorizada un par de segundos tras las palabras del pelinegro. Ya luego se quedó pensando en las opciones brindadas por él y fue haciendo un descarte mental minucioso mientras intercalaba su mirada entre un punto ignoto de la granja y el chico.

—Mmm... Quiero tu forma original —respondió finalmente, manteniendo los ojos en los azulados.

Here

¿A los patos les gustan las coles?

Participantes: Tian Rue-Boris-Aysha ❙ Abierto ❙ En Curso

—Entonces, con tu permiso—

Levantar a Aysha no resulta ser una problema para Boris, siendo tan liviana y pequeña, sin embargo y con diferencia de Tian tuvo un cuidado mayor para no tocarla de un modo que pudiera incomodarle.

—Te ves linda así— Intenta halagarla con un comentario amigable —Si no eres una heroína bien puedes ser una princesa—

Cuando llegan junto a Tian no baja a Aysha de inmediato; pensando una parte en el comentario de él como cayendo en cuenta de la hora por los colores en el cielo, era un buen momento para hacer un ultimo recuerdo antes que cada quién optase por regresar a su habitación.

—No había pensado en esa posibilidad— Refiriéndose al comentario de Tian sobre colgarse como un koala se pone de espaldas a él —Podemos hacerlo hasta la entrada de la residencia porque no creo que podamos entrar así, pero te lo advierto, le voy a dar prioridad a ella, agárrate bien—.

Confiado en su fuerza espera por el chico para encaminarse los tres de regreso a las estancias internas de IRO, a menos que alguno de los presentes se oponga, no le importa servir de transporte, no es como si fuera la primera vez que lo hace ni seguramente la última.—

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Ante la pregunta de Arata, "¿Quién es ella?", Neko le respondió.


- Oh, cuando dije "ella" me refería a la bruja con la que hice el pacto - dijo en un tono que dejaba ver que era alguien a quien le tenía cariño.


Posteriormente, y habiendo escuchado que opción era la que el pelirojo había escogido añadió:


- De acuerdo.


De esta forma el nekomata pasó a transformarse, levántandose primero del suelo, y dando un paso hacia atrás para tener algo más de espacio, y de paso que así su acompañante pudiera verlo mejor si así quería. Durante el proceso un leve brillo azulado lo envolvió, para momentos después estar ya en su forma original. En ésta, su aspecto era prácticamente igual a la de un gato, si bien uno de un tamaño más bien grande, pero no dejaba de ser un gato. La única gran diferencia notoria con respecto a un minino era su cola, la cual podía apreciarse mucho mejor en esta forma. Además de sus ojos, los cuales parecían ser dos pequeños faroles con un par de pequeñas llamas azuladas sobre un fondo de color cerceta. Y es que si bien en su forma de humano su brillo azulado ya era destacable, en su forma original llamaba aun más la atención para aquellos que no estuvieran acostumbrados a verlo. Por lo demás, su pelaje era completamente negro, salvo por una pequeña mancha de color blanco en su pata delantera izquierda. Además de esto, señalar que su pelaje era realmente suave y agradable al tacto, después de todo Neko se cuidaba bien. Por lo demás, conservaba aun ese fino y ligero olor floral que tenía también en su forma de humano.


Y así, una vez transformado, Neko movió ligeramente sus orejas, al tiempo que su cola estaba en una actitud amistosa. Quedándose por el momento a cuatro patas, a la espera de ver que reacción tendría Arata hacia con él, antes de pasar a sentarse a su lado.

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Tal como lo había deducido, se trataba de la bruja que había mencionado antes el chico. Ante la confirmación, se limitó a asentir emitiendo un «mm». A su vez, se preguntó si había algún inconveniente con que la mencionara con su nombre, mas no depositó demasiado interés en ello, así que no dijo nada al respecto... por ahora al menos.

Cuando lo vio de pies, comenzó a calcular la altura aproximada que el chico pudiera tener, ya que hasta el momento, solo lo había visto sentado. Por aquel movimiento, sus pupilas fueron en ascenso hasta que el chico estuvo por completo erguido.

No dijo nada y se dedicó a observar, pero en el momento en el cual apareció el brillo, entrecerró un poco los ojos para poder enfocar mejor su vista. Al mismo tiempo, su corazón comenzó a latir algo rápido por la nueva experiencia, no por susto. De pronto, también se preguntaba si la fiebre había aumentado y se encontraba meramente alucinando o teniendo un curioso sueño.

«Nekomón», pensó al asociar el cambio con una digievolución.

Su conocimiento sobre los nekomata, más allá de la apariencia, era bastante nula, ergo saber que se podían transformar en felinos era bastante nuevo para él... O más bien, convertirse en humanos. Por ello hizo un pequeño cortocircuito y se quedó procesando unos segundos en silencio: podía volverse un tanto lento para pensar cuando no se encontraba muy bien.

—Mhmp... Bonito —comentó, observando principalmente los ojos de Neko.

Posteriormente, su mirada se dirigió a ver a más detalle el cuerpo de su compañía, ergo notó la mancha que tenía en la pata, una que le pareció adorable... Aunque tratándose de un gato, ¿habría algo que no le parecería lindo?

Acabó removiéndose en la manta para abrirla, invitándolo a acurrucarse dentro.

—Ven.

Arata tenía las piernas cruzadas.

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Neko estaba atento al joven pelirojo, notando así como éste se fijaba en él durante su cambio. Al tiempo, tenía la sensación de que seguramente era la primera vez que su acompañante veía una transformación de este tipo. De esta forma, también escuchó con claridad cuando Arata dijo "Mhmp... Bonito", momento en el que si aun estuviera en su forma de humano se le habría podido ver sonreír, más en esta forma era posible que la expresión pasara algo más desapercibida, aunque igualmente hizo el gesto por un momento cual minino, como si estuviera así agradeciéndole sus palabras.


Tras esto, pudo notar como estaba siendo observado a detalle, más era algo que se esperaba, por lo que no le sorprendió, y tan solo continuó esperando tranquilo y de forma amistosa. Siendo entonces cuando Arata movió su manta y le dijo "Ven", haciendo así que Neko finalmente caminara en su dirección.


- Gracias - le dijo poco antes de sentarse a su lado, pues si bien se supone que era él quien tenía la intención de hacer sentir mejor al joven pelirojo, Neko estaba agradecido de que éste le dejara acurrucarse dentro de la manta con él, en lugar de quedarse fuera a su lado.


De esta forma el nekomata se colocó en el medio de sus piernas, aprovechando el hueco que Arata le había dejado, con la cabeza mirando a un lado y la cola hacia el otro, en una postura que si bien estaba dándole la espalda, Neko pensó que le resultaría más cómoda al pelirojo, por si éste quería acariciarlo. Al tiempo que también le permitía a él poder girar su cabeza con facilidad para verlo si así quería. Por lo demás el nekomata estaba relajado, si bien esperaba no resultarle demasiado pesado o molesto a su acompañante al colocarse de esa manera.


Así pues una vez se hubo terminado de colocar dijo:


- Mmm... ¿te molesto así? - le preguntó. Y posteriormente añadió - Puedes acariciarme si quieres - al tiempo que levantó la mirada en su dirección e hizo un leve movimiento con sus orejas como invitándolo a ello.


Dicho así, tal parecía que era él quien le estaba pidiendo mimos. Algo que por otra parte, lo cierto es que no se negaba a recibir, pues de ser así, no le habría propuesto esta opción. Pero más allá de eso, su intención era realmente sincera al querer ayudarlo.

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Lo único que podía asegurar era que Kalam era más alto que Neko. No obstante, la altura no era algo que sumara o restara puntos para el modelo, pero de todas formas, por su trabajo y otros detalles, solía fijarse en la altura.

Notó un gesto en particular en su compañía tras haberle hecho un «cumplido», aunque en realidad no fuera uno per se, sino solo lo que pensaba.

Haberlo oído hablar tan de repente lo descolocó  internamente, pues no era algo que realmente había pensado que pudiera continuar haciendo. Además, estaba más curioso por saber qué había pasado con la ropa del chico.

—Ah, hablas.

Le resultaba algo complejo asociar al felino frente a él con el chico semihumano de hace unos segundos: el cambio era bastante considerable. Lo único que se mantenía igual era la cola y el bonito color de sus ojos.

Lo vio en todo momento; desde que se acercó hasta que acabó por acomodarse. Nunca había tenido contacto con un gato de ese tamaño, mas no se quejaba para nada. Pudo sentir de inmediato la clásica calidez de un felino y luego la extrema suavidad de su pelaje cuando deslizó las yemas desde la cabeza de Neko hasta la mitad de su columna.

—No me molestas —dijo mientras lo observaba.

Después, procedió a cobijarse de nueva cuenta en la manta, pero esta vez procurando cubrir a Neko. Esta era amplia, por lo que aquello no fue un problema.

Si bien los gatos gustaban del calor, como el joven yōkai no sentía frío antes, tal vez para él sería demasiada la calidez de la manta de gravedad más la del cuerpo del modelo. Por lo tanto, Arata dejó una abertura en su cabeza, de modo que entrara algo de aire.

«Suave...», dijo en sus adentros tras comenzar a acariciar la mejilla de Neko. Este probablemente podría percibir un aroma suave y equilibradamente dulce provenir del modelo debido a su perfume y cabello.

—¿Dónde quedó tu ropa? —preguntó en voz baja, ya que podía ser perfectamente oído dada la cercanía.

Gossip: Museo II

—¡Oí que vieron al director en el museo con el tipo de parche y ropa negra, y parecían cada vez más apartarse de todos...

P i n   d e   a c c e s o   :   Discord

✩ Nombre:
Amn

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Al escuchar decir a Arata, "Ah, hablas", Neko se dio cuenta de que era algo que éste no se esperaba. Si bien para él y en su mundo, poder hablar estuviera en la forma que estuviera era algo normal. Después de todo, ya no era un gato, sino un nekomata, y era algo que todos podían hacer.


- Mmm... si. Aunque ya no esté en forma humana, puedo hablar igualmente - le respondió, si bien pensaba que seguramente decir eso ahora no era que sirviera de mucho.


Por otra parte, Neko permanecía atento a su acompañante, notando así como estaba siendo observado por éste. Y posteriormente sintiendo de forma agradable cuando el joven pelirojo lo acariciaba, pareciendo hacerlo, al menos para él, con sumo cuidado y cariño. Fue entonces, al encontrarse así, que se dio cuenta de que era algo que echaba de menos. Y es que desde que su ama había sufrido la maldición hacía ya algunos meses, nadie lo había acariciado de esa forma, y ahora se daba cuenta de lo mucho que realmente le gustaba ser acariciado por ella. Por otra parte, no era que el tacto de Arata fuera el mismo, pues su mano era algo más grande que el de la joven, además de estar un poco más fría, pero igualmente le transmitía ese sentimiento de hacerle sentir bien, unido al hecho de que su compañía le agradaba.


- Me alegro - le respondió, sintiéndose así aliviado de no ser el único que al menos tal y como él lo entendía estaba cómodo.


Tras esto el joven pelirojo volvió a cubrirse con la manta, tapando también a Neko, si bien tuvo el detalle de dejarle una abertura, algo que el nekomata agradeció con un leve movimiento de orejas, como si le estuviera diciendo gracias. Y es que si bien él no tenía problemas con el calor, igualmente de esta forma le resultaba más cómodo poder respirar algo de aire fresco.


Y así, Arata continuó acariciando a Neko, el cual no podía evitar disfrutar de los mimos. Aun si el objetivo principal no era este, pero al menos tenía la sensación de que para el joven pelirojo también estaba siendo una experiencia agradable. Por otra parte, el nekomata pudo percibir un suave aroma dulce proveniente de su acompañante. Aroma que ya había tenido oportunidad de notar con anterioridad cuando había estado también cerca de él, pero que aprovechó este momento para concentrarse un poco más en él de forma más relajada.


Cabe decir que Neko estaba más acostumbrado a los aromas florales o de las plantas en general, más el olor de Arata igualmente también era de su agrado.


Fue entonces cuando el joven pelirojo le pregunto: "¿dónde quedó tu ropa?".


- Oh, solo la uso en mi forma humana. En ésta no me parece necesaria, así que hago que desaparezca al transformarme - Y tras una breve pausa añadió - Pero si preguntas donde está de una forma más literal... mmm... se podría decir que ahora está en una especie de espacio interdimensional. Es como una especie de armario mágico donde poder guardar todo tipo de cosas. Luego solo tengo que materializarlas cuando quiero usarlas - le respondió en un tono igualmente bajo pero audible, así como Arata le había hablado, esperando que no se hubiera explicado de una forma demasiado extraña.


Por lo demás, cabe decir que Neko se encontraba realmente cómodo tal y como estaban ambos ahora, rodeados además por la naturaleza. De forma que quizás si por él fuera, solo cambiaría que fuera de noche, para poder contemplar así la luna.