C h i s p a   c o n e x a
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꧁ Amn & Arata ❙ Cerrado ❙ En curso⌛ ꧂


Le parecía extraña, mas no imposible la explicación ajena. Haberlo visto cariñoso con las pequeñas aves le indicaba al modelo que en efecto no tenía intenciones densas a menos que toda aquella escena hubiese sido solo un teatro. Sin embargo, no le dio muchas vueltas al asunto, sino que primero puso el foco en revisar al ave antes de ascender las pupilas hacia los ojos del moreno. No era usual que Arata moviera la cabeza en la misma dirección que sus ojos a menos que fuera necesario.

—Mm, de esa manera suena más sospechoso.

No lo decía en serio, mas no daba pistas de esto.

Notó que ahora era observado de manera directa por el joven, así que aprovecha de hacer un movimiento breve de cabeza, invitándole a seguirlo. Luego, procede a caminar, guiando al corcel con ayuda de la rienda aunque casi no era necesario. Nada más quería tener el control en caso de que por algún motivo el caballo se asustara. Y en cuanto a su botella, la llevaba colgando desde el meñique: ahora sostenía al polluelo con solo una mano.

—¿Llevas un disfraz? —preguntó al segundo después.

Podría haber pensado que las líneas en el rostro del chico era maquillaje, pero no era posible hacer que este brillara y se moviera como la lava.

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—Mm, para tu fortuna o desgracia, no tengo esposas... aquí —dijo tras haber visto el gesto con las manos del rojizo.

Se quedó contemplándolo un poco más. Al imaginarlo con las esposas puestas, encontraba que le quedaban bastante bien. Además, ya le parecía atractivo, así que se fue fantaseando un poco tras haber regresado la vista al frente.

La duda que posteriormente expresó el chico, hizo que Arata elevara un poco una de sus finas cejas y que, por ende, regresara la mirada hacia él. No pretendía girarse, pero ya que el susodicho le había preguntado cómo se veía, acabó por incluso detenerse y aprovechar de mirarlo de abajo hacia arriba con lentitud.

—Mm... Gira —indicó cuando se reencontró con sus ojos, esperando que lo hiciera antes de dar su veredicto.

Habría caminado alrededor del moreno, pero al tener a Spirit junto a él, era más sencillo que lo hiciera él.

Acontecimiento:
Reformas en la granja
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A raíz del reclamo recibido (Animales de la granja y Animales de la granja: actualización), al día siguiente se vio a Dai junto a Aki con unos sujetos vestidos de negro con azul. Ambos administradores les daban indicaciones sobre ubicaciones propicias para cámaras de seguridad y el equipo técnico les daba sugerencias. Ambas partes intercambiaban información y puntos de vista hasta llegar a un acuerdo.

La administración había llegado a la conclusión de que instalar cámaras en la granja era la manera más objetiva y rápida de gestionar y evitar situaciones como las relatadas por el residente Jay.

Acontecimiento:
Reformas en la biblioteca
══════ ⋆★⋆ ══════

A raíz del reclamo recibido (Incidente en la biblioteca) y la respuesta de Dai entregada, la administración se pone manos a la obra el día posterior. Por ende, el mensaje por los altavoces dado por Aki sucede al día siguiente.

El director llama a una reunión extraordinaria para recordar y recalcar los procedimientos del lugar (aunque algunos trabajadores lo sintieron como un regaño). Luego llama a dar sugerencias a pesar de ya tener un plan en mente, pero eran un equipo y no estaba solo.

Tras la reunión se comienza a llevar a cabo todo. Mientras que el personal se encontraba realizando pegatinas y carteles en los cuales se les indica claramente a los residentes cómo ubicar y dónde dejar los libros, Dai se encuentra solo en la biblioteca. Además de esto, habría dos personas más patrullando en la biblioteca para que todo estuviera en orden.

No había usado su magia con los muebles, pero como elegir, encargar y traer unos nuevos le tomaría más tiempo, prefirió usar sus poderes para reemplazarlos por unos nuevos, pero idénticos. Lo que notarían los residentes al verlos solo sería que estaban todavía más limpios de lo usual.

Quienes poseían sensibilidad con la magia, probablemente sentirían una breve vibración.

Lo que mal empieza, mal termina... o no


Kuon & Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


A las palabras de Edwin, - "Eres la segunda persona que me lo dice. Debería esforzarme para ser digno de esa idea", Kuon no dijo nada. Si bien, si que afirmó con la cabeza en señal de estar escuchándolo con atención, y sonrió de forma amistosa, en cierto modo como una forma de darle ánimos con sus esfuerzos.


Posteriormente el pelinegro aceptó probar de los platos de Kuon, pasando él también a ofrecerle de su hamburguesa, algo que el pelirosa aceptó igualmente, afirmando con la cabeza antes de tomar uno de los trozos.


Kuon dejo salir entonces una suave risa tras escuchar el comentario de Edwin, - "Me recuerdas a alguien que conozco, con la única diferencia de que ella habría pedido mi ración antes de darme la suya"


- En mi caso creo se podría decir que es ya una costumbre en cierto modo. Cuando se trata de este tipo de comida creo que es agradable poder compartirla con las personas con las que comes y probar así un poco de todo - dijo con su habitual expresión amigable, pasando posteriormente a probar del trozo de la hamburguesa que el pelinegro le había ofrecido.


- Rica - dijo para si mismo en voz baja.


Kuon no solía comer hamburguesa con tanta frecuencia, a pesar de ser un plato muy conocido, por lo que le resultaba agradable haber tenido la oportunidad de probarla también.


Tras esto fue cuando Edwin le preguntó:

- "¿Tienes a alguien cercano, Kuon? ¿Un amigo o pareja que haya sido tu apoyo antes de vivir en la residencia, tal vez?"


Al escuchar la pregunta lo primero que Kuon pensó es que quizás para el pelinegro la joven que anteriormente le había mencionado pudiera ser esa persona para él. Kuon paso entonces a dejar de comer por un momento para responderle.


- Mis personas más cercanas son mis padres, aunque en estos momentos viven algo lejos, pero siempre puedo contar con su apoyo - dijo en un tono en el cual se podía notar el gran cariño que les tenía. Y tras una breve pausa, y beber un trago de su zumo añadió - A parte de ellos, en estos momentos no tengo pareja, pero están los chicos de la banda con la que toco. Son todos muy agradables, en especial la cantante, y se que si necesito algo puedo contar con ellos. También tengo otras amistades, pero como suelo viajar bastante al resto los veo con muy poca frecuencia, aunque siempre los recuerdo - dijo con total sinceridad y igualmente un tono cálido al hablar - ¿Y tu, Edwin? ¿Quizás la persona que me comentabas antes? - añadió tras otra breve pausa.


Y así, mientras esperaba por la respuesta del pelinegro, prosiguió comiendo.

Carta para Oz
Sobre la medicina
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Buenos días,
Lamento sinceramente mi error de no haber realizado un estudio físico de su persona antes de realizar la medicina y haberlo preocupado por ello. No obstante, puedo asegurarle que el cicatrizado no atentará contra su vida, ya que el objetivo de la medicina es tratar sus dolencias, no causarle daño. Al encontrarse la medicina con tal dilema, tomará el mejor camino por su bienestar. Todo esto puede sonar como si esta tuviera vida y autonomía, y en cierto modo así es, ya que posee un pequeño egregor creado a partir de generaciones.

Le he regresado las medicinas junto a esta carta, pero hágame saber si de todas formas desea cancelar la bendición.
Su bienestar es primordial.

— Atentamente, Dai
Director de IRO.

Carta para Oz
Sobre Admodeus
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Buenos días,
Aprovecho este tiempo extraordinario para responder su duda.

Asmodeus es conocido como un demonio entre los humanos. Dependiendo de la cultura, se define tal como usted lo ha hecho o como un demonio de la lujuria o príncipe.
Los humanos suelen abrir portales y en más de una ocasión, me temo, sin saber lo que están haciendo. Usualmente aprenden cómo abrirlos, mas no cómo cerrarlos. Es de esperarse que en más de una ocasión logre percibir alguna vibra densa, pero son situaciones muy puntuales y que por lo usual se llevan a cabo alejados de otros. Por fortuna no es muy recurrente.

En más de alguna ocasión entidades han logrado corromper al humano, mas no prevalecen mucho tiempo en él, ya que el cuerpo no los tolera ni soporta. Demasiado no pueden hacer antes de que el humano fallezca.

Solo puedo decirle que hay organizaciones a cargo de evitar tragedias de tal tipo.
La residencia cuenta con su propia protección frente a males como aquel.
Ante algún intento de un demonio por crear caos, será neutralizado.
Su inquilino no ha sido afectado debido a usted.

— Atentamente, Dai
Director de IRO.

Cartas enviadas el mismo día en el cual se le fue regresada la medicina. El escrito de la segunda carta está camuflado con el mismo método discreto empleado por Oz.

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.
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@LiaJay, @Reinelle y @Kuru,
Por haber realizado al menos una narrativa, una encuesta o algún rol con Aysha, Lot, Saraneira y Amn, han recibido la stamp de la residencia.
¡Felicidades!




Temas abiertos disponibles:
▸ Lo que mal empieza, mal termina... o no by @Chiuutan e @Izula.

▸ ¿A los patos les gustan las coles? by @Septiane.

Temas cerrados en curso:
▸ Chispa conexa by @Kuru & @Thane.

Solicitudes para abrir temas abiertos: no disponible ❌
Checar los temas abiertos llevándose a cabo :>

Solicitudes para abrir temas cerrados: disponible ✅

Correspondencia especial.
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✉

Se trata de un estrecho sobre blanco, con el nombre de "Jay" escrito a mano.

Parece contener algo que ejerce un poco de peso. Así pues, en su interior puede encontrarse lo siguiente:

- Dos marcapáginas idénticos. Tienen un patrón floral de tonos morados, con un marco dorado. Además, es decorado por una cuerda violeta que une el marcapáginas con una flor de sumire hecha de latón.


- Una breve nota, también escrita a mano. Dice así:

Para vuestro reencuentro

No parece tener el nombre del remitente por ninguna parte.

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꧁ Amn & Arata ❙ Cerrado ❙ En curso⌛ ꧂

Parecían no estar hablando del mismo tipo de disfraz y Arata ya lo estaba sospechando.
Que estuviera haciendo cosplay de un personaje en demasía conocido y no lo hubiera reconocido era una posibilidad muy poco probable, mas esto no detuvo a sus ambarinos ojos. Luego continuaría analizando el asunto.

Sus pupilas viajaron de abajo hacia arriba nuevamente, pero por la parte de atrás del chico. Siquiera comenzó desde las rodillas, sino pies. Después se detuvo en el trasero del rojizo, ¿por qué no? Por desgracia la ropa no dejaba ver mucho, pero a simple vista parecía faltarle trabajo: normal.  Posteriormente, vio la espalda del susodicho. No era una parte del cuerpo que él destacara en cuanto a preferencias aunque sí le gustaba llegar a arañarlas si se trataba de su mismo sexo.

Para cuando el moreno acabó su giro de 360 grados, Arata había regresado a su trasero. Aunque pudiera ser descubierto con facilidad, no le importó, siquiera hacía el intento de ser discreto, mas tuvo que retornar la vista a la cara del chico: no le interesaba su entrepierna.

—Mm, más 25 —dio como dizque veredicto aunque no era lo que se le había preguntado exactamente.

—Me gustas —introdujo, mirando los ojos de su acompañante—. Te queda el estilo callejero —agregó tras haberle echado un vistazo rápido y general—, ¿pero de qué estás disfrazado?

Observó al muchacho un momento más y retomó el camino. Al llegar a su altura, dirigió las pupilas hacia el frente una vez más. Spirit ya se estaba quejando porque no avanzaban, soplando y bufando.

Lo que mal empieza, mal termina... o no


Kuon & Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Mientras continuaba comiendo Kuon estaba igualmente atento a las palabras y los gestos de su acompañante, afirmando con la cabeza a los comentarios del pelinegro en señal de estar prestandole atención.


- Entiendo. Pienso que siempre es bueno tener a alguien cercano, sea quien sea - dijo con total sinceridad como respuesta a las palabras de Edwin.


Kuon no pretendía entrar en temas demasiado personales que quizás pudieran incomodar al pelinegro, por lo que prefirió no preguntar al respecto sobre su familia.


Sin embargo el siguiente comentario de Edwin lo dejo ligeramente confuso, algo que pudo notarse en su rostro. Y es que el pelirosa no estaba seguro de a que se refería exactamente con sus palabras, pero igualmente dedujo que era algo bueno, por lo que solo sonrió como respuesta.


Tras esto, se fijo en como las orejitas caninas del pelinegro se movían al tiempo que éste miraba en dirección hacia una de las esquinas del restaurante. Kuon por su parte no se había dado cuenta de que parecía que iba a comenzar un espectáculo de música en vivo, más en realidad lo que más llamó su atención fue ese movimiento de orejas que pudo notar en su acompañante.


- Son reales - dijo inconscientemente en voz baja para mi mismo.


Y es que el pelirosa en un primer momento había pensado que eran más bien un articulo de adorno, algo así como una diadema super bien hecha que combinaba a la perfección con el cabello del chico. Cabía señalar pues que es que Kuon no estaba acostumbrado a ver personas con este tipo de características, y simplemente había pensado que era algo que Edwin usaba por moda así como había pensado lo mismo con respecto a su bozal.


Y de esta forma mientras aun continuaba comiendo, si bien ya se había terminado el trozo de la hamburguesa y ahora comenzaba pues a comer el tamago sando, Kuon estaba más atento a su acompañante que a la música que parecía estaba por comenzar a sonar.

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꧁ Amn & Arata ❙ Cerrado ❙ En curso⌛ ꧂

Las dudas sin preguntas permanecían en dudas cuando se trataba con el modelo. No era usual que aclarara algo que no se le era preguntado, así que nada dijo frente a los sonidillos del rojizo, solo contempló de reojo sus expresiones. Le gustaba ver diferentes gestos en las personas o, más bien, cómo lucían. Encontraba que había personas que lucían mejor sin una sonrisa inclusive, pero al chico a su lado le quedaba bien la que alcanzó a ver.

Que también le agradara a su acompañante, no fue realmente algo novedoso para el modelo. No obstante, tras cierto encuentro con el «hombre de negro», era agradable de oír fuese mentira o no. Y su respuesta a ello fue una mirada un tanto furtiva.

Las siguientes palabras del aparente joven le hicieron recordar y retomar la idea de comparar a la residencia con un cuento de hadas o circo. Ya no le cabía dudas de que los residentes no eran como cualquier persona que él considerara «normal» o un ser humano promedio, al menos físicamente.

Si no fuera por su padre y madre, sobre todo padre, las palabras del chico habrían tenido un gran impacto para él.

—Imagino que ya habrás visto a muchos humanos con líneas que brillan en el rostro y un color de piel similar, ¿no? —cuestionó con su impasible forma de siempre—. Habrás visto a muchos con tu cabello también, ¿mm?

Aquello último lo dijo mirando un mechoncito de cabello que se escapaba de la capucha... Si es que se podía considerar así.

Si bien su padre no era humano, Arata había crecido como uno aunque fuera un mestizo, así que su cuerpo se puso en modo alerta de todas formas, mas no de una forma exagerada como podría haber sucedido con un humano promedio.

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Las palabras del chico le recordaron «cosas de dudosa procedencia» que también había visto aunque muy probablemente no en el mismo sentido ni contexto. Sintió un abrupto escalofrío que se visualizó en su piel al erizarse: no era el tipo de escalofríos que le gustaban.

Por otra parte, parecían continuar en sintonías diferentes, ya que Arata se refería a humanos con características como él, no a otros de su especie. Le pareció haber sido bastante claro con sus palabras, así que no se molestó en aclarar nada. Cabía la posibilidad de que el rojizo quisiera desviar la atención o el punto del asunto también: el modelo era desconfiado pese a todo.

No deja de caminar mientras oye a su acompañante, pero al llegar donde quería, de pronto se detiene, se acuclilla y deja ir al polluelo con el resto de sus hermanos e incluso la mamá que estaba cerca también. El pequeño corre a toda velocidad, emocionado, y de repente tropieza, pero pronto prosigue.

«...»

Procede a ponerse de pies y mira al chico, específicamente las líneas en su rostro.

—¿Qué eres? —pregunta, comenzando a retomar el camino, pero a pasos un poco más rápidos.
Parecía no haberle puesto atención al moreno, pero no era el caso. Tenía presente sus palabras.

Por otra parte, no quería aburrir a Spirit.

Lo que mal empieza, mal termina... o no


Kuon & Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Al escuchar el comentario de Edwin fue cuando Kuon se hizo consciente de que había dicho su pensamiento en voz alta, algo que por otra parte era un habito que a veces tenía sin darse cuenta.


- ¿De verdad? - dijo con un tono entre sorpresa e ilusión, al tiempo que un pequeño brillo se vio en sus ojos.


Y es que no podía negar que ahora que sabía que eran reales, la oportunidad de poder tocar esas orejitas era algo que le gustaría hacer. Si bien nunca se habría atrevido a preguntarle al pelinegro pues consideraba que quizás era algo demasiado personal, por no hablar del hecho de que pudiera molestarlo. Pero ahora, siendo éste el que se lo ofrecía, era indudable para Kuon que no iba a desaprovechar la oportunidad.


Así pues, y tras dejar de comer por un momento, lo primero que hizo fue asegurarse de limpiarse bien las manos con la servilleta.


- Entonces... con permiso - dijo al tiempo que una sonrisa ilusionada y sincera se veía en su rostro.


Tras esto, estiró su brazo derecho en dirección hacia la cabeza de Edwin, tocando así con su mano y con sumo cuidado las orejitas caninas de este. La sensación le resultaba realmente agradable, y era algo que sin duda se podía apreciar en su rostro. Si por el fuera seguramente se hubiera quedado así un buen rato más, pero estaban en un restaurante, un lugar público, y tampoco quería excederse.


- Gracias - dijo con total sinceridad y una cálida sonrisa tras dejar de acariciarlas, ya habiendo retomado su postura anterior y de nuevo estar bien sentado en la silla - Son realmente suaves, son geniales - añadió en tono alegre y manteniendo su sonrisa.


Era la primera vez que Kuon tenía la oportunidad de hacer algo así, y era indudable que al menos por su parte la experiencia le había resultado muy agradable.

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Su acompañante le estaba pareciendo bastante expresivo; captaban su atención ese tipo de personas. Se preguntaba si podrían llegar a ser igual de transparente frente a sentimientos llamados usualmente «negativos», especialmente el rojizo al estar imbuido, por así decirlo, por el elemento fuego. O si tal vez era una mera fachada como había presenciado en más de una ocasión. Fuera o no humano o mitad humano el susodicho, cada ser poseía su propia personalidad.

Si no fuera porque podría tropezar, no hubiera apartado sus ojos del chico. Cada expresión la observaba detenidamente, por ello también en más de una ocasión sus pupilas viajaron a los labios ajenos, en especial cuando mostró su lengua.

—¿No consideras al humano un alma consciente? ¿O te refieres a una como un ser sin un cuerpo?

Le había llamado la atención que pareciera separarlos, pero también comprendía que pudiera deberse a que un alma consciente no poseyera un cuerpo o recipiente más bien físico: era una posibilidad. De todas formas prefirió preguntar.

Haber visto la llama fue sin duda alguna una novedad. Recordaba haber visto a su padre realizar cosas increíbles, mas no aparentemente con algún elemento. Por otro lado, se comenzó a cuestionar si su madre podría considerarse una genasi: sin dudas le comentaría sobre ello. ¿Qué podría esperarse de una bruja?

Tema aparte, lejos de encontrarlo engreído, le parecía atrayente que el rojizo tuviera esa confianza en sí mismo.

Le iba a decir algo más, pero entonces es distraído por el corcel, quien se pone a juguetear con la capucha del modelo. En consecuencia, esta acaba deslizándose por su cabello, dejándolo visible.

—Tsk... —se queja un poco, mirando al caballo con el ojo diestro medio cerrado al tenerlo tan cerca de ese lado, jugueteando con su cabello. Esto probablemente debido al aroma frutal que tenía.

¿A los patos les gustan las coles?

Participantes: Tian Rue-Boris-Aysha ❙ Abierto ❙ En Curso

Que Tian se colgara de su brazo no le molestó, contestando tanto a la acción y la broma de Aysha con una sonrisita divertida.

—Hay cosas realmente peores—

Comienza su andar una vez que todos aceptan regresar a Col a la granja, permitiendo que la joven tome primero la palabra ante la pregunta de Tian. Su mano se posiciona como una visera para taparse la cara del sol.

Concuerda con la mayor parte de lo dicho por ella, sin embargo se da la libertad de añadir su propia opinión

—Pero si puede corromperte— Su mirada baja por primera vez hacia el suelo —Ni siquiera los corazones puros son inmunes a los sentimientos negativos, ni a los tipos de magia para los que no están preparados—

Piensa un poco en sus propias experiencias más no con el fin de preocupar a los otros dos con sus palabras, razón inmediata para darles una mirada tranquila como de costumbre.

—Solo hay que ser cuidadoso. Incluso la curiosidad es buena si planean aprender con ella, espero que sea el caso de ustedes— palmea gentilmente la cabeza de ambos como muestra de afecto.

Era decisión de cada uno tomarse aquel comentario con seriedad o pura vacilación.