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꧁ A R A T A ' S J O U R N E Y ꧂
C u a r t o 1 4
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S • O • U • L • M • A • T • E
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C u a r t o 1 4
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Off: pantalonesD e s l i z
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꧁ Oz ft. Arata ❙ Cerrado ❙ En curso ⌛ ꧂
Ya habían transcurrido treinta minutos desde que almorzó. Se encontraba sin la felina, caminando descalzo con las zapatillas en la mano diestra en dirección a la arboleda de la residencia. En la granja y el huerto ya había árboles, pero a unos cuantos metros más comenzaba lo que sería la zona más boscosa.
Sentía estrés, ansiedad. Bruma le ayudaba bastante, pero le hacía falta su dosis de grounding y conexión más estrecha y física con la naturaleza para desintoxicarse. Kalam, o «David» como lo llamaba Arata, se las había arreglado para poder darle días libres al pelirrojo, así que el «mañana» ya no le taladraba la mente.
Se encontraba casi por completo de negro con una sudadera con cierre cuyo gorro lo llevaba puesto, una musculosa debajo y unos pantalones tipo harem. Solamente las zapatillas que llevaba en la mano tenían algo de blanco.
Sintió un gran escalofrío cuando sintió el césped, pues además de ser sensible al frío, la hierba se encontraba bastante helada, pero continuó sin detenerse ni un segundo hasta llegar a un árbol que le gustara, lejos de las personas.
—¿Puedo subirme? —preguntó en voz baja, esperando alguna señal por parte del árbol—. Gracias.
Pese a tener una mano ocupada, pudo subir con facilidad y agilidad hasta un grueso y firme tronco horizontal, en el cual procedió a ponerse cómodo. Posó la espalda en el tronco base, las zapatillas las dejó colgando de los cordones en una rama, se cruzó de piernas y guardó las manos en los bolsillos de la prenda superior.
No pretendía dormirse en la meditación, pero ocurrió.
Qué tranquilo e inocente lucía dormido. Los suaves rayos del astro rey que lograban colarse entre las ramas y hojas iluminaban parte de su rostro, en especial sus cobrizas pestañas. Gentilmente la brisa mecía su lacio cabello, su ropa; el árbol parecía arrullarlo con su suave movimiento... uno que iba deslizando sus auriculares negros desde los bolsillos del pantalón hacia el exterior. Poco a poco iban cediendo hasta que se desprendieron por completo y cayeron a una delgada rama, y en esta lo mismo ocurrió hasta que hacia el fértil suelo se dirigieron.
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