ID

Carta enviada por Aki tras revisar cuidadosamente la solicitud de ingreso recibida. La carta es acompañada por un pequeño paquete meticulosamente envuelto, el cual posee el logo de la residencia. También se ha enviado una copia de la carta a través del correo de los nuevos residentes.



Recuerda que las encuestas y narrativas se dejan enlazadas en la misma ficha. Ya puedes responder también las narrativas disponibles.
¡Bienvenido! ♡

D e  n u e v o  e n  l a  C a f e t e r í a 


Kuon - Jay  ❙ Abierto ❙ En curso


Y así, puesto que ha Jay le pareció bien que lo acompañara, ambos jóvenes se dirigieron al cuarto número 12.

Al llegar a la puerta, y mientras Jay buscaba sus llaves, Kuon no pude evitar sino sentir que ya había estado en esa zona de los cuartos antes. Para ser más precisos, y si no estaba equivocado por recordarlo mal, el cuarto de Arata se encontraba justo al lado.

Esto le trajo recuerdos de su encuentro con él y con Bruma, a quienes aun no había tenido la oportunidad de volver a ver desde entonces, pues aunque tenía el número de teléfono de Arata y sabía cual era su cuarto, no había querido molestarlo y de alguna forma estaba esperando a que la casualidad quisiera que volvieran a encontrarse.

Y así, mientras recordaba, no pudo evitar pensar y decir en voz baja más bien para si mismo.


- Que casualidad, también modelo - comentó, dejando salir una leve risa mientras lo pensaba, teniendo una expresión alegre en su rostro.

Encuesta exprés 1

¿Ya has conocido a alguno de tus vecinos?, ¿qué opinión tienes sobre ellos y cómo te sientes? Puedes contarnos lo que guste.

No he conocido a ninguno, y la tranquilidad del lugar me hace dudar si hay alguno.

P.D. Emkwg vw sjlw ugflwehgjáfwg. Vwfljg vw uafug vísk. Uafug q ewvas vw ds lsjvw.

Mi cartón ganador

Oihan-Beikian | Cerrado | En curso

—Seguro, no parece un mal plan.—Respondió levantándose de su cama para empezar a alistarse—¿A dónde deseas ir? Por mi parte me interesa el parque de diversiones.

Se dirigió al baño para cepillarse los dientes cuando el sonido de una notificación le interrumpió.

—¡Beikian, ha llegado una nueva carta!—anunció la IA.

—Acabo de notarlo, veamos qué dice…

Leyó detenidamente el contenido del mensaje, quedando bastante satisfecho con la respuesta obtenida.

—¿Contento de que los reclamos valieron la pena?

—Mucho, creo que esto definitivamente hace que el día mejore.

Supuso que su compañero no estaba al tanto de las quejas en su nombre, por lo cual se cercioró de que no escuchase la conversación con el holograma. Al finalizar, regresó al espacio compartido que servía de dormitorio, dispuesto a escuchar los planes ideados por Oihan para ambos.

D e  n u e v o  e n  l a  C a f e t e r í a 


Kuon - Jay & Arata ❙ Abierto ❙ En curso


Mientras estaban frente a la puerta del cuarto de Jay fue el momento en el que Kuon sintió como alguien tocaba su antebrazo y posteriormente su espalda. En un primer instante se sorprendió, pues no se había dado cuenta de que otro inquilino había estado caminando tras ellos. Si bien en cuanto giro el rostro en su dirección y vio que se trataba de Arata, una sonrisa se dibujo en su rostro. Aun si su cuarto estaba justo al lado, no dejaba de ser una casualidad que se encontrasen, y puesto que justo acababa de recordarlo, de alguna forma le había hecho feliz volver a verlo, más aun si cabe cuando notó que a su lado se encontraba Bruma, a quien es su mente había apodado cariñosamente "tenshi". 


Por otra parte, el saludo de Arata no le sorprendió, al menos en lo referente a él, sino que solo hizo que su sonrisa aumentase. Después fue que Arata le recordó su deuda con él, a lo que Kuon le respondió con aun su sonrisa en el rostro.


- No lo he olvidado..


Y fue cuando iba a añadir algo más que también escucho las palabras dirigidas a Jay, que hicieron que se sorprendiera y dejara de hablar.


- "Parece que tienes una audición aguda, ¿mm? No prestes demasiada atención... O puedes acabar excitado"


Kuon pensó que sin duda Arata siempre tenía el don de decir algo que pudiera sorprenderlo, lo cual en realidad era algo que le agradaba. Aunque en este caso en particular también hizo que una serie de pensamientos pasaran por su mente, y que sin pretenderlo, sus mejillas se sonrojaran ligeramente al pensar en ellos, si bien fue solo cosa de un instante. Es decir, Arata era un adulto, y como tal, era perfectamente normal que tuviera una vida activa, por así decirlo, al menos eso era lo que Kuon pensaba. Si bien no dejaba de tener también cierta curiosidad por como sería la pareja de Arata, pues al menos en su mente, esas palabras de alguna forma significaban que tenía pareja. Aunque no necesariamente tenía que ser algo formal, pues Kuon era de mentalidad abierta y conocía y respetaba los deferentes tipos de relaciones que podían darse entre las personas.

En cualquier caso, estos pensamientos fueron cosa de un momento, pues en cuanto se fijo de nuevo en Bruma, una vez más, así como cuando la había conocido, quedo cautivado por ella. El que pareciera contenta de verlos solo hizo que Kuon la mirara con ternura, para posteriormente volver  a mirar a Arata, fijándose esta vez más en sus ropas. Éstas eran diferentes de las de la vez pasada, si bien, seguía pensando que le sentaban bien, e incluso más quizás en esta ocasión, le hacían ver más atractivo. Aunque por otra parte, y a su gusto, se veía mejor con el maquillaje más ligero que estaba usando el día que se conocieron.

Y así, tras observarlo unos momentos, y antes de que Arata entrara a su cuarto, Kuon continuó hablando con lo que iba a decirle antes.


- No siempre estoy, pero eres bienvenido a buscarme a mi cuarto cuando te parezca buen momento - le dijo con una de sus habituales sonrisas amigables.


Kuon sentía que seguramente Arata estaba más ocupado que él, por lo que prefería que fuera Arata quien decidiera cuando le venía bien para poder pagarle la deuda. Aunque para él no era realmente una deuda, sino una oportunidad para poder volver a encontrarse. También, pensó por un momento en darle su número de teléfono así como Arata había hecho en su primer encuentro con él, pero le dio la sensación de que en esta ocasión estaba algo cansado, y no quería entretenerlo de más o molestarlo.

La rosa de cinco espinas (I)

Oz ❙ Copartícipes: Dai ❙ Abierto ❙ En curso

Poco se le veía por las estancias de la residencia. Era más probable ver al joven ejecutivo pulular de aquí para allá, al menos si no le importaba que lo viesen. Por lo tanto, era toda una novedad y origen del nerviosismo en los trabajadores el verlo adentrarse en la biblioteca.

Uno de los bibliotecarios de turno con rapidez se observó en un pequeño espejo y arregló el único mechón que tenía desacomodado; una de las chicas se sacudió la ropa y preguntó si todo en ella estaba «en su sitio». Entre todos se ayudaron con discreción y deprisa aunque poco le importaban esos detalles al director. A él le interesaba principalmente que hicieran bien su trabajo y fueran respetuosos en este.

De improviso paseaba para ver con sus propios ojos las estancias y esta vez le había tocado a la biblioteca. Todo estaba en orden a simple vista, muy tranquilo e impecable, tanto que los objetos que visitaban el suelo parecían huir de sus responsables, sobre todo si poseían superficies lisas.

«¿Será un problema?», se preguntó desde el día uno, mas ningún reclamo ni comentario sobre ello había llegado, pero Dai se lo continuaba cuestionando.

«No es resbaloso como para caer...»

Ciertamente se podía caminar sin problemas, sin embargo, solo faltaba un intencional impulso para llegar a cualquier extremo deslizándose. Pensando en esto fue que de soslayo vio un libro aproximarse. Sin dudar se detuvo y se puso de cuclillas con calma y curiosidad para tomarlo como si fuese el objeto más frágil del mundo. En el acto algunos de sus lacios mechones se inclinaron hacia adelante, mas no le incomodaron ni hubo necesidad de manipularlos para dejarlos en su sitio, pues solos se acomodaron cuando se levantó.

Apenas estuvo en sus manos el libro, deslizó una de sus manos en él para quitarle alguna partícula de polvo y leyó la portada antes de alzar la vista hacia lo que deducía sería el origen del recorrido.

No hubo ni una pizca de disgusto en el director. A simple vista le pareció un accidente y no se tomaría las molestias de averiguar lo sucedido aunque sentía curiosidad. El libro estaba en buenas condiciones de todas formas y no había alboroto alguno en la biblioteca, solo un pelinegro de pies, llamando la atención de algunas personas sin querer, o eso le pareció.

Sin duda algunas comenzó a caminar hacia la persona del parche con una mirada neutral, y como había tanto silencio, la suela de sus zapatos resonaba en cada paso que daba.

—¿A usted se le ha caído? —preguntó, mirando el ojo del pelinegro.

Dai respetaba los turnos de diálogos, por lo que se limitó a realizar una sola pregunta aunque también le gustaría saber si lo continuaría ocupando de ser, en efecto, a él a quien se le cayó. Por otra parte, se encontraba a una distancia prudente del residente, respetando ambos espacios personales.

D e  n u e v o  e n  l a  C a f e t e r í a 


Kuon - Jay & Arata ❙ Abierto ❙ En curso


Kuon escucho atentamente tanto la respuesta de Arata a sus palabras, como la interacción de este con Jay, notándose en su rostro varios pequeños cambios de expresiones a consecuencia de tales palabras, si bien no llegó a darle tiempo a responder nada antes de que Arata entrara a su cuarto.


Como ya parecía ser costumbre, las palabras de Arata hicieron de nuevo pensar a Kuon. En su mente había llegado a varias conclusiones, si bien no podía estar seguro del todo pues aunque Arata siempre le sonaba directo y sincero, Kuon, en temas como el que parecían estar tratando, siempre prefería estar completamente seguro antes de poder malinterpretar algo y como consecuencia hacer o decir algo que pudiera molestar a la otra persona. Aun así, las conclusiones a las que llegó, si es que resultaban ser ciertas, no eran en absoluto de su desagrado.


Por su parte, y aunque a su parecer aun era demasiado pronto para comenzar ese tipo de relación, pensando en la respuesta que Arata le había dado, pues personalmente le gustaba poder conocer algo más a la otra persona, en realidad no era algo que rechazara, al menos no con algo más de tiempo. Pero en cualquier caso, en este momento, y precisamente por pensar en el tema, no le había dado tiempo a responder nada. Y en cierto modo, casi que se sentía algo aliviado por ello, pues no tenía del todo claro que responderle, si bien era posible que aun así Arata hubiera notado algo, ya que se había sonrojado ligeramente al oír sus palabras.


Pero volviendo al tema de sus pensamientos, y de las conclusiones a las que llegó, Kuon tenía una mentalidad abierta en la que básicamente le gustaba o se sentía bien adaptándose a su pareja. Es decir, que no le importaba ser él el que tomase la iniciativa o quien se dejase llevar, por así decirlo. Si la otra persona era de su gusto, se sentía igualmente bien de ambas formas, y lo que mas priorizaba era precisamente eso, que tanto él como su pareja se sintieran bien.


Y así, Kuon se quedó un pequeño momento perdido en sus pensamientos.

Mi cartón ganador

Oihan-Beikian | Cerrado | En curso

Para Beikian estaba claro que, siendo ellos, era inevitable discutir en algún momento; aunque esperaba que no ocurriese tan pronto aquel día.

La idea de visitar el parque de diversiones le resultaba más atractiva, pero las preferencias de cada uno son precisamente subjetivas, y por lo tanto no planeaba iniciar un argumento de qué lugar sería mejor. Plantear los pros y los contras gozaría de mayor imparcialidad; no obstante, intuía que de hacerlo sería el inicio de una eterna e infantil pelea.

—Bien, veamos cómo llegar a un acuerdo…—pensó en voz alta caminando por el dormitorio—Tengo una idea: podemos escribir en varios papelitos nuestras opciones, quizás entre cinco o seis estaría bien; luego las mezclamos para que no podamos reconocerlas y uno de nosotros elige una al azar. ¿Qué te parece?

Antes de poder escuchar la respuesta de su compañero corrió en busca de dos hojas en blanco, entregándole una a Oihan. Escribió un total de cinco veces «parque de diversiones», tomándose su tiempo para rasgar el papel y presionarlo hasta convertirlo en una bolita.

En su escritorio se hallaba una pequeña caja de madera, la cual el pelirrojo atesoraba por guardar allí las fotos de su familia. Sin embargo, en esa ocasión la usaría para otra finalidad. Retiró momentáneamente el contenido, depositándolo en la mesa, y colocó sus papelitos en la caja invitando a su compañero a hacer lo mismo.

Beikian sabía que no podía obligar a Oihan a aceptar su propuesta, pero esperaba que aceptase, ya que lo consideraba como una alternativa más eficiente que ponerse a discutir por tal nimiedad.

La rosa de cinco espinas (I)

Oz ❙ Copartícipes: Dai ❙ Abierto ❙ En curso

Habría examinado un poco más el libro en busca de algún daño que a simple vista no hubiera notado, mas no le agradaba dejar con la mano estirada a las personas, por ende, procedió a hacerle entrega del libro. De todas formas, los hechos no habrían cambiado demasiado.

—Descuide, no hay necesidad de cargar con la responsabilidad al tratarse de un accidente —respondió, haciendo un leve y cordial asentimiento.

En efecto el arquitecto, como era apodado por unos pocos, no tenía problema alguno en hacerse cargo de los daños. Tampoco habría ninguna clase de represalias en caso de que así fuera, pues como había dicho Oz, había sido un accidente. Tampoco se preocupaba si se tratara de una mentira, ya que de las consecuencias de una dejaba que la vida se encargase.

—Mi nombre es Dai, un gusto.

Hizo una respetuosa y leve reverencia acompañando su presentación. Si bien su cara estaba en el hall de la residencia junto al resto de administradores, Dai no asumía que era conocido por todos los residentes. Además, él conocía el nombre y la cara de cada uno de ellos, por lo que consideraba pertinente una presentación por su parte.

De reojo había notado que en la mesa en la cual se situaba Oz, se encontraban una serie de libros, pero no quiso abordar el tema aún. El arquitecto se trataba de alguien que prefería ir paso por paso, poco a poco.

D e  n u e v o  e n  l a  C a f e t e r í a 


Kuon - Jay & Arata ❙ Abierto ❙ En curso


Las palabras de Jay, "Kuon, ¿te encuentras bien? No has dicho palabra desde hace un rato...", hicieron reaccionar a Kuon.


- Disculpa, me quede distraído con mis propios pensamientos - le respondió dejando salir una de sus características risas amigables en señal de que no tenía que preocuparse, pues realmente estaba bien.


Aunque ahora lamentaba haberlo preocupado por estar distraído, y también agradecía que Jay fuera tan amable. Sin duda según lo iba conociendo más pensaba que era una persona agradable y amistosa.


Por otra parte, Jay no había mencionado nada con respecto a las palabras o el encuentro con Arata, por lo que Kuon no estaba seguro de si decir algo al respecto, o mejor hablar sobre otro tema. Y así, por si acaso mencionar algo sobre el encuentro pudiera resultarle incomodo, y tras una breve pausa, y mientras continuaban caminando, decidió hablar de otra cosa, más concretamente sobre el lugar al cual se dirigían.


- ¿Y sueles ir con frecuencia al gimnasio? - le preguntó de forma casual.