¡Hola! ¿Qué tal estamos? ¿Todo el mundo preparado para Halloween? Yo ya he conseguido la peluca que quería para disfrazarme. En la web. En la vida real llevo dos años disfrazándome de unicornio y no tengo ninguna intención de que eso cambie este año
¿Disfrutó todo el mundo del C̴͕̜̙̗̜̐̈̌̈͐̇͜ä̵̫͙̟̟͖̩̲͎̎̊̑͛̽̇̋͂͠p̸̯̳͎̫͑̾̽͑͛͛͒̈́̄́̀̐͠í̴̤̝͔͉̭̃͠t̶͇͕̾̎̎ǘ̸̲̰͙̬̯͕̪̥̺̜̅͌̀̇̑̈́̈́͛̎̌͘ḻ̴̡̢̰͈͈̭̣̻̭̼̊͋͠͝ǫ̶̫͚̣̳͔͊̿͛ ̷̨̡͙̻̬̗̣̣͔͍̣͗̎͝¿̵̧̨̧̥̠̖̩̹͓̗͙̩̞͌̄̅̈͠?̸̛͍̆͌͒̊̿́̍͘?̵̨̝̖͇͔͕̿¿̶̱̮̯͓̹̘͍̒̈́́͌͛̈́͛͘̕͜͝͝ ?
Espero que os gustara tanto como me gustó a mí, huehueh. Dije que iba a intentar subir algún dibujo de Shin a modo de referencia y, bien... He tenido 0 tiempos para hacerlo así que he hecho algo en los 15 minutos que paso por casa cuando vuelvo del trabajo antes de irme a la universidad. Apesta un poco pero es lo que hay.
Buegh
Versión sin color porque creo que los ojos me han salido más lindos sin pero se han ido a la porra con el negro
Pues eso es (?
Vamos a ver esos comentarios...
Kadia
Tú ve e investiga esos hilos, ve, seguro que alguna idea perversa se te ocurre (?)
Pues he tenido un pequeño dilema porque ahora no sé si hacer 28 de diciembre con Mario Jacinto o Navidad con muérdago, bueno, ya me decidiré. Bsjbsj había entendido que te habías confundido entre Ez y Hiiro, vaya (? Es verdad que la respuesta de Hiiro es un poco... infantil, pero creo que Nevra tampoco se porta bien, bueno (? Mira, seguro que no has llorado nada de nada, si el capítulo fue súper divertido :D
Pues la fuente es la misma que uso para el resto de capítulos, sólo que tiene mazo mierda encima x) La culpa de que Hiiro esté en Eldarya es suya por tropezarse. En serio, ese círculo de setas ni siquiera era para él, era para Kevin, sólo se cayó dentro porque es torpe, ahora vete a saber dónde está Kevin... Es broma, es broma, Kadia suelta esa tecla de mayúsculas, no-
Puede que Shin sea mayorcito en términos de edad, pero tiene la inocencia de un niño de 9 años. Es mejor que no descubra la verdad sobre las escrituras, créeme. Es hora de que Hiiro abandone sus ambiciones en Eldarya y en el mundo humano y se convierta en amo de casa para el Shinigami (?)
Noooooo, no estaba soltero, ojo cuidao (?) Rompan o no en el futuro, el presente es el presente, aunque sea un flashback e.e La frase de los mitos xDDDDD Lo siento, sólo es una frase profunda de tuenti, no le hagas caso (?
A ver, Hiiro no es tan tonto como para irse sin decir adiós D: Si Hiiro está súper uwu con el shinigami, lo que pasa que el pobre tiene cosas que hacer ahí fuera. Me voy a tomar como un cumplido la comparación con Hydriel x) Cógele cariño que es la intención e.e
Si supiera dibujar bien dibujaría un retrato de Hiiro pero sólo sé dibujar moñecos con ojos espejados y anatomía pocha así que lo siento x) Créeme, a Hiiro le pica más. Los mochis no son para Henry, no, a Henry sólo le hace caso Valkyon una vez al año Y Lance se está muriendo de asco, ¿por qué esta gente no hace caso a sus hermanos muertos?
Oye, lo de borrar memorias sólo lo he hecho tres veces (?) Y una la revertí casi al instante, otra la he revertido y la última da igual porque Henry está muerto (???)
Lo que ha pasado es un flashback. Lo siento si no está muy claro, pero la cosa es así: Hiiro se ha ido a Fenghuang porque está más cerca de Kazorami y tiene mayor conexión con el mundo espiritual y se ha liado a meditar con la intención de contactar con Shin, Shin le ignora, después de dos días de pasividad Hiiro le ofrece al altar la misma ficha de othello que Shin le dio a cambio del mochi, y eso hace que Shin finalmente acceda a contactar con él... Shin y Hiiro se encuentran en ¿algún lugar? a finales de la parte 4, y al encontrarse ambos se abre el flashback. Así que, sí, encontrarse se encuentran (?
Isis
Hola, cuánto tiempo (? Entiendo el efecto bola de nieve que se forma con estas cosas, no te preocupes. No tienes que sentirte forzada a comentar, a mí es que me gusta hablar así que yo siempre escribo mucho texto y puede ser un poco pesado, pero yo con que la gente se pase de cuando en cuando a saludar para no sentirme solo me doy con un canto en los dientes, así que pásate por aquí sólo cuando quieras y puedas ♡
Has tenido no uno sino DOS cameos, vaya, para Isis y para Foxy (? No me atrevo a escribir con OC’s ajenos, pero me hace gracia poder señalar cameos de cuando en cuando uwu Enhorabuena por volver con tu ex, a ver si esta vez os va mejor :D Y eso, eso, que aprendan Hiiro y Nevra e.e
Ay dios volvió la letra naranja...... Seleccionar texto.
Pues hombre, porque Shin es un buen chiquillo, y, bueno, vive ahí, qué te voy a decir (? xd Buena suerte con Bleach que he escuchado que el manga vuelve y le van a sacar un nuevo arco al anime, o algo así (?) Y, sí, por supuesto que el shinigami es guapo. Todos los personajes de esta historia son atractivos salvo Kaira Zaitsev.
Hiiro y tú podéis compartir el corcho de las preguntas (? Y a mí la filosofía me puede chupar un pie, nunca he entendido por qué tengo que leer lo que dijo otra gente para saber pensar, yo ya sé pensar por mí mismo
Depende de qué manga, hay algunos que empiezan con un monstruo tentaculoso y terminan en un monstruo tentaculoso. N-no hablo por experiencia Por qué nos creemos que le tiene tanto miedo la gente a los gatogarfios (?)
Othello no tiene nada que ver con Tripleté x) Fue Hiiro el que sacó la palabra, cuando recordó ir a ver una representación de Othello al teatro con el instituto, El Titiritero nunca lo mencionó. Pensar en la palabra hizo que se agitaran sus memorias reprimidas por la asociación con el juego de mesa, y ahí lo que pasó, pero Tripleté no tiene nada que ver con ello. Ha pasado mucho tiempo así que normal que ande todo confuso (?
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Hiiro no debería acercarse nunca a una cocina, está claro... Y Henry tampoco, por favor. Hiiro no se ha dado cuenta de que es una continuación de lo del cerezo porque, simplemente, no se le ha venido a la mente, no ha sido capaz de hacer la asociación. No sabía cuánta gente iba a hacerla, la verdad, así que mis enhorabuenas por pensarlo x) Shippeas a Hiiro con todo el mundo porque Hiiro está específicamente hecho para ser shippeado con gente y Shin específicamente creado para ser shippeado con Hiiro.
Hmmm, setas pintoras... Habrá que pensárselo... A mí también me gusta Shin :) Y, sí, ese era el cameo de Foxy, que lleva ahí esperando muuuuucho tiempo D: RIP Foxy, te recordaremos.
Hiiro: Existe*
Cualquier chico en 500 km a la redonda: Por favor te necesito en mi vida pasa el resto de la eternidad conmigo te lo rueg-
Hiiro: Lo siento, mi mamá me ha dicho que tengo que volver pronto a casa :c
No sé cada cuánto veremos a Shin, porque es un personaje un poco... Hmmm, elusivo, pero tendrá sus momentos de relevancia porque es un personaje muy importante. ¡Así que volveremos a verle! Cuando Hiiro se muera de una vez por todas, eso es.
Besitos para ti también y, por supuesto, es un placer verte x)
Gracias por los comentarios ♡
Sobre los capítulos de hoy... Sí, "los" capítulos. Oof.
Como ya dejé explicado en mi post anterior, mi intención en un primer momento era publicar el C̴͕̜̙̗̜̐̈̌̈͐̇͜ä̵̫͙̟̟͖̩̲͎̎̊̑͛̽̇̋͂͠p̸̯̳͎̫͑̾̽͑͛͛͒̈́̄́̀̐͠í̴̤̝͔͉̭̃͠t̶͇͕̾̎̎ǘ̸̲̰͙̬̯͕̪̥̺̜̅͌̀̇̑̈́̈́͛̎̌͘ḻ̴̡̢̰͈͈̭̣̻̭̼̊͋͠͝ǫ̶̫͚̣̳͔͊̿͛ ̷̨̡͙̻̬̗̣̣͔͍̣͗̎͝¿̵̧̨̧̥̠̖̩̹͓̗͙̩̞͌̄̅̈͠?̸̛͍̆͌͒̊̿́̍͘?̵̨̝̖͇͔͕̿¿̶̱̮̯͓̹̘͍̒̈́́͌͛̈́͛͘̕͜͝͝ ? por partes como el Capítulo L, pero como soy tonto al final quise ponerlo tojunto para darle más emoción...
Así que ahora se me ha quedado colgando el final del 23.4, oops. Iba a ir después de la última parte del C̴͕̜̙̗̜̐̈̌̈͐̇͜ä̵̫͙̟̟͖̩̲͎̎̊̑͛̽̇̋͂͠p̸̯̳͎̫͑̾̽͑͛͛͒̈́̄́̀̐͠í̴̤̝͔͉̭̃͠t̶͇͕̾̎̎ǘ̸̲̰͙̬̯͕̪̥̺̜̅͌̀̇̑̈́̈́͛̎̌͘ḻ̴̡̢̰͈͈̭̣̻̭̼̊͋͠͝ǫ̶̫͚̣̳͔͊̿͛ ̷̨̡͙̻̬̗̣̣͔͍̣͗̎͝¿̵̧̨̧̥̠̖̩̹͓̗͙̩̞͌̄̅̈͠?̸̛͍̆͌͒̊̿́̍͘?̵̨̝̖͇͔͕̿¿̶̱̮̯͓̹̘͍̒̈́́͌͛̈́͛͘̕͜͝͝ ?, para seguir con la conversación que estaban teniendo Shin y Hiiro antes del flashback, perooooo... Pues eso que se ha quedado así (?
Así que voy a publicar primero esa última parte porque es muy cortita y luego la parte 5, que y es... Algo más larga, sí... ¡Pero eso no es todo! He tenido un bloqueo enorme con la parte 5, por muchas y variadas razones que quizá explique, o no, y eso me ha llevado a que escribiendo a veces me venían delirios. Cosas para entretenerme a mí mismo que no tienen mucha cabida en la historia porque tienen personajes actuando ooc o porque simplemente no tiene sentido que se incluyan. Así que al final del post dejaré los dos extras súper guays que han resultado de mis delirios para que os echéis unas risas si es que os apetece.
Y hale, eso es todo, mucho texto, vamos allá.
Capítulo 23.4.-
Suspira, parece que muy aburrido conmigo.
-De tal palo, tal astilla… Los dos hermanos sois igual de rebeldes, parece -Eso es lo primero que dice, su queja-. Esto no tendría que estar pasando…
-Lo siento -Me disculpo, pero en su mirada sólo hay reproche.
-No, no lo sientes. Si lo sintieras de verdad, no estarías aquí -Quizá… Pero ahora que recuerdo que existes, no iba a simplemente olvidarte para siempre.
-El sello se rompió -Indico-. Eso no fue culpa mía. Sé que querías que te olvidara, pero…
-De primeras, no "se rompió", fui yo el que te lo quitó -La confesión me sorprende-. El energúmeno que estaba intentando quitártelo forzó demasiado maana sobre tu cuerpo y eso casi te mata. Y, una vez más, si murieses por eso habría sido culpa mía y yo no puedo intervenir en el ciclo de vida de los mortales, así que…
-... Te viste forzado a quitármelo -Asiente-. Gracias. Sé que la persona que intentaba quitarlo no lo hacía con mala intención…
-Las intenciones no importan si se hacen desde la ignorancia -Parece irritado por todo el asunto-. Bueno. Aquí me tienes. Enhorabuena. Acabas de romper tabúes que tengo autoimpuestos desde hace cien años, espero que estés contento, porque desde luego yo no lo estoy. ¿Qué quieres de mí exactamente que tan desesperado estás por verme?
Le miro fijamente. Sus ojos oscuros me devuelven la mirada, cada vez menos enfadados.
Intento ofrecerle mi mejor sonrisa.
-Hola, Shin.
El sonido que escapa de sus labios no sé si es una risa o un bufido.
-¿Todo esto para decir hola?
-Sí. Hola.
Sus ojos me juzgan de nuevo, aunque esta vez… Sin enfado, simplemente curiosidad. Entretenimiento. Y un poco de cariño tal vez.
-Hola, Hiiro -Al final, cede-. ¿Por qué tienes que hacer esto…?
-Ahora que he recordado, no puedes hacerme olvidar… No hay nada que puedas hacer para impedir que te dé la lata -Aunque intente hacerse el enfadado, juraría que es incapaz de odiarme del todo por esto-. Así que, quiero hablar contigo. Mantener el contacto. Hacerte algo de compañía, aunque sea muy de cuando en cuando…
-¿Qué te hace pensar que tengo el tiempo suficiente como para perderlo en esto?
-¿No lo tienes?
Unos instantes de silencio en los que no se atreve a replicar. Si algo le sobra es tiempo, desde luego.
-Eres demasiado impertinente para lo bajito que eres...
-Ya estamos con mi altura…
-Pero no has crecido nada desde la última vez que te vi.
-¡Han pasado dos meses, la gente no crece tan rápido! -Me mira poco impresionado conmigo, como el adulto que mira al niño que intenta calzarle una trola.
-Quizá si comieras mejor… -Parece hasta decepcionado- Y si dejases de desangrarte con tanta frecuencia… Te dije que no quería verte hasta dentro de muchos años, pero estuvimos a punto de encontrarnos hace no tanto tiempo. Teniendo en cuenta la cantidad de veces que eso ha ocurrido, empiezo a pensar que es que la muerte te quiere para sí…
-¿Podrías no decir esas cosas, por favor? -Es un poco siniestro… Aunque viendo cómo me mira, casi sorprendido, asumo que no se ha dado cuenta de lo tétrico de sus palabras- Bueno… Quiero hablar de ese incidente contigo, si fuera posible.
-Así que sí me buscabas por un motivo.
-En parte sí -Y me siento algo culpable por ello-, pero la razón principal es que quería verte. No me gustó nuestra despedida.
-Hm -Le veo jugar con ese mechón de pelo que tiene más largo-. Siendo tú, me lo creo. Sé que quizá debería estar más enfadado por toda la situación, pero viendo tu inocencia, me cuesta estarlo… -Suspira, como si estuviera muy cansado- Sea, pregúntame lo que quieras. Total, no vas a dejarme en paz hasta que lo hagas.
Sé que no debe de parecérselo, pero… me siento mal por eso. Sé que le estoy haciendo romper muchas reglas… Pero esto es importante. Muy, muy importante.
-La última vez que casi me muero -Empiezo-, el que me salvó de la muerte fue un hombre peculiar. Uno de sus ojos es negro como los tuyos, pero sin iris, y está cruzado por la marca de una cicatriz. Tiene la habilidad de crear hilos de la nada y manejarlos como le plazca… y es capaz de tomar almas del más allá, encerrarlas en marionetas y esclavizarlas, como hizo con mi hermano. Se hace llamar El T-
>>iritero…
Cuando termino la frase, me doy cuenta de que no veo nada. Y de que siento el suelo debajo de mí, y la brisa nocturna, y escucho el ruido de la fiesta a lo lejos…
Abro los ojos y me veo de nuevo en los jardines del templo Feng Huang. ¿Qué…? ¿P-por qué…? ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha fallado?
… ¿Me ha echado?
Vuelvo a cerrar los ojos e intento concentrarme en la meditación de nuevo. Me cuesta ahora un poco más, porque esto me ha dejado un poco agitado, pero… De ninguna manera consigo volver a contactar con él, por mucho que le llamo, por mucho que lo intento.
Nada de nada. Qué…
…
No quiere hablar conmigo. De acuerdo. Es en parte culpa mía por haberle sacado ese tema… Pero por la reacción, no cabe duda de que evidentemente, tiene que saber algo sobre El Titiritero.
Le he dado muchas vueltas a eso. Cuando estuvo a punto de matarme, El Titiritero dijo “Saluda al robaalmas de mi parte”... Ese tiene que ser él, Shin. Sus poderes… tienen que tener algo que ver con el más allá… Y Shin tiene que saber que existe, por narices. Si está sacando almas del otro lado, es imposible que no se haya dado cuenta… Aunque sea por Henry. Y el hecho de que en cuanto le haya mencionado me haya echado… Confirma que efectivamente sabe algo, pero no quiere hablar conmigo de ello.
Suelto aire. De acuerdo. Lo entiendo.
Me acerco al altar una vez más. La ficha de othello sigue ahí… no se la ha llevado. Coloco una mano sobre ella.
-Lo siento -Musito-. No te molestaré más.
Recojo la ficha y me la guardo en el bolsillo, finalmente abandonando el altar y el jardín.
Es que a quién se le ocurre, Hiiro. Por supuesto que se va a enfadar si mencionas a otro chico mientras estás hablando con él :/
Bueno, parte 5 (?
Capítulo 23.5.-
(Narra Leiftan)
A la mañana del día siguiente, no tengo muy claro qué es lo que quiero hacer con mi vida.
Quizá sería más fácil, no sé… Simplemente… Intentar dominar el mundo o algo. ¿Qué tan difícil debe ser eso? No mucho para un daemon, ¿no? Lo malo que si lo hago a lo mejor viene un dragón a preguntarme que qué estoy haciendo… Pero el lado bueno es que si tuviera el control absoluto sobre Eldarya, no podría oponerse nadie cuando decidiera tener a Erika y a Ezarel para mí.
Anoche fue… Anoche estuvo muy bien. Me lo pasé bien. Bailé con Erika, y nos reímos y bromeamos, y… Y eché mucho de menos poner tener el derecho a abrazarla con ternura, a poder besarla cuando quiera, a mirar fijamente a sus ojos y perderme en ellos sin hacer que las cosas se pongan incómodas… Ahora mismo, no puedo hacer eso, porque perdí todo eso cuando decidí romper con ella.
He intentado reflexionar sobre qué es lo que quiero hacer con esta situación. La conversación que tuve ayer con Erika me ha estado rondando la mente desde entonces, y el tiempo que he pasado con ella durante la fiesta sólo ha hecho que mis dudas se acentúen.
Debería… ¿debería volver a intentar algo con ella? Hasta ahora lo he evitado por… Ezarel. Parte de ello porque un lado de mí inocentemente piensa que quizá sea capaz de seducirle algún día (a pesar de que es muy claro que él jamás podrá corresponder mis sentimientos, por varios motivos), pero la mayor razón es por… Porque posiblemente ellos dos juntos puedan ser más felices que conmigo. Pero…
Quizá ella quiera estar conmigo, y no con Ezarel. Si… si de verdad quiere eso, entonces… debería… ¿h-hacerlo? Si de verdad va a ser feliz conmigo… Porque Ezarel… Sé que está un poco feo decir esto, pero ya ha tenido su oportunidad. Y yo la he tenido también, eso es cierto, pero…
Pero, ¿por qué tengo que esperar a que él se decida a si quiere hacer algo o no? Si de verdad la quiero, lo que debería hacer es demostrárselo, o…
No sé.
Lanzo un suspiro muy, muy largo. Me acabo de despertar y ya estoy cansado.
Me levanto para ir a desayunar al comedor. La verdad es que me gusta bastante más el ambiente que hay aquí que el que hay en la cantina de la Guardia, pero sé que Karuto me mataría si lo dijera en voz alta, aunque el asunto no tenga nada que ver con él. Simplemente, creo que me gusta más la estancia… Las habitaciones aquí son más grandes y tienen mucha luz natural, lo cual se agradece, y como aquí hay más manos en la cocina, es más fácil que te atiendan. Ahora que lo pienso, no sé cómo se las apaña Karuto para tenernos alimentados a todos él solo… Quizá habría que buscar más personal para la cocina… Aunque ya puedo escuchar la risa de Miiko cuando se lo proponga.
Igual que ayer, mientras estoy desayunando, me encuentro con Hiiro que debe ser que se levanta a las mismas horas que yo. Saludo con cortesía, y él hace lo mismo y cuando tiene su desayuno viene a sentarse conmigo… Posiblemente más bien por educación que porque seamos cercanos, porque la verdad es que tampoco tengo mucho trato personal con él.
-Buenos días, Hiiro. ¿Has pasado una buena noche?
-Eh… sí -Dice eso, pero por la cara que tiene no es difícil saber que eso es mentira-. ¿Qué tal tú?
-Creo que igual que tú… -Me he pasado la noche dándole vueltas al tema de Erika, a fin de cuentas- ¿Tienes pensado seguir hoy con tu meditación? Me gustaría acompañarte hoy también con eso, si fuera posible… Mi mente lo agradecerá.
-No… sé si voy a hacer eso hoy… Em… -Parece un poco confundido… Pobre, debe seguir medio dormido todavía- Creo que voy a intentar… Pasear por ahí. Disfrutar de los alrededores. A ser posible, sin que Eweleïn me ponga una correa o Valkyon se pegue a mí como si fuera mi guardaespaldas.
-Sabes que lo hacen con buena intención… -Pobre, está un poco cansado de eso, parece- Pero eso no lo excusa, cierto. Um… Creo que Eweleïn sigue ocupada con su amigo, Feng Long… -O al menos, lo último que recuerdo de ellos anoche es a Feng Long queriendo compartir habitación con Eweleïn “por los viejos tiempos”, ella negándose rotundamente, Huang Hua invitándola a pasar la noche en su cuarto si Feng Long insistía en quedarse en su habitación y Ezarel riéndose de todo el asunto a carcajada limpia- Y Valkyon… No tengo muy claro dónde está, la verdad, pero seguro que si se lo explicas te dejará un rato a solas.
-Hm… -La galleta mojada que estaba por comerse se rompe de repente, cayendo sobre la taza y salpicando alrededor- Ah, frick...
-Bueno, en cualquier caso, si decides dedicar otro rato a la meditación, te agradecería si me avisaras para unirme a ti…
-Este… No lo digo con ofensa, Leiftan… -Veo que me hace una mueca- Pero a decir verdad, creo que prefiero hacerlo por mi cuenta.
-Oh -Me siento un poco mal de repente… Es cierto que me he autoinvitado un poco a sus sesiones de meditación-. No pasa nada, lo comprendo…
-Pero nada te detiene de poder hacerlo por tu cuenta tú también.
Supongo que no…
Una vez termino mi desayuno, me despido de Hiiro y le dejo atrás, pensando en qué voy a invertir mi día. Viendo la ausencia de terremotos, estoy casi seguro de que el ritual de la flauta tuvo que salir bien, así que si todo sigue así… Mañana o pasado volveremos a Eel, depende de qué tan larga sea la fiesta de esta noche y la resaca que tengamos a la mañana siguiente. Más o menos se han limpiado ya todos los bloques de escombro y poco queda por hacer… Empezar las reconstrucciones, ya, pero ese no es nuestro trabajo. Ya tuvimos conversaciones con Huang Hua al respecto, con unas estimaciones de qué es lo que pueden necesitar para reparar los daños, y la segunda parte de eso será cuando lleguemos a Eel y podamos empezar a gestionar qué recursos vamos a mandar. Incluso con nuestros problemas de presupuesto y la tacañería de Miiko, sé que no va a dudar en solo segundo en invertir todos los recursos posibles en el templo. Huang Hua y ella son muy cercanas… Miiko lo daría todo por ella, y viceversa.
Así que con eso, y teniendo en cuenta que no queda mucho por limpiar, erm…
Pues no tengo mucho que hacer.
Me quedo plantado en mitad del patio interior del centro, algo patidifuso. No sé en qué podría invertir mi tiempo. Hmmm, quizá… Quizá debiera ir a la biblioteca para buscar información sobre daemon de nuevo, o quizá, uh… ¿pueda dar un paseo? O meditar, o… Hacer cualquier cosa…
… O ir a buscar a Erika para tener la conversación que le debo.
Suspiro para mis adentros, sabiéndome cobarde por no querer encarar las consecuencias de mis acciones. Esto es culpa mía, así que no tengo derecho a quejarme… Bueno… pues a buscar a Erika, supongo. Con lo difícil que es eso, que siempre está corriendo por todos lados sin quedarse quieta...---
(Narra Erika)
-¿¡Hasta los fideos son de arroz!? -Karuto asiente muy formalmente ante mi sorpresa- ¿¡Por qué esta gente usa el arroz para todo!?
-Porque, para una cosa que pueden cultivar, cómo no van a usarla -Aún así…
-Pero se supone que no es nutritivo, ¿no? -Sigo haciéndome preguntas- ¿Por qué tanto arroz entonces?
Cuando esta mañana me he metido a la cocina para intentar ver qué se cocía por ahí (huehueh) y aprender los secretos de la cocina Feng Huang, he visto que la tensión estaba… Un poco alta. A los cocineros de por aquí no parece caerles muy bien Karuto, vete a saber por qué, y el sentimiento parece ser recíproco. He querido intentar calmar un poco el asunto, pero entonces la furia de Karuto se ha vuelto en mi contra… Hasta que de repente Feng Zifu se ha materializado en la cocina, casi rodeado de un halo de luz, con las palabras mágicas de: “Karuto, apenas he tenido oportunidad de conversar contigo, ¿sería posible que me concedieras algo de tu tiempo?”.
Así que ahora estamos los tres a orillas del Gran Río… Conversando. Que qué hago yo aquí es una buena pregunta, pero ha sido Karuto el que, en un ataque de nervios, me ha forzado a unirme a su conversación tranquila, y aquí estoy.
Huang Hua ya me ha explicado qué es lo que está pasando entre estos dos… ¡Ahora lo entiendo un poco mejor! Aunque no tenía ni idea de que Karuto… Bueno… No es especialmente obvio, si ni siquiera mi instinto femenino ha sabido verlo. Pero bueno, que me da igual, que ahora mismo me siento como la niña de todas las pelis de comedia romántica que está intentando que su padre divorciado y/o viudo encuentre de nuevo el amor a base de juntarle con la señoritaa----EL CABALLERO que ha aparecido de repente en su vida y ha revolucionado su mundo y-
-A pesar de que nuestros cultivos no son nutritivos, hay aún muchas poblaciones que practican la agricultura -Feng Zifu me saca de mis fantasías al hablar-. Aún se puede dar uso a multitud de especies nativas de Eldarya… Para la alquimia o para la producción de telas, pero también para la cocina. Especias y edulcorantes, fruta para la producción de alcohol, y otros tipos de alimentos… Nuestro arroz, por ejemplo. Incluso si no aporta ningún valor nutritivo, muchos de nuestros platos lo utilizan a modo de acompañamiento junto con otros alimentos más saludables, y está ya embebido en nuestra tradición gastronómica. Además de ello, es una forma para llenar el estómago en épocas en los que la comida es más escasa, para reducir la sensación de hambre; y fuera de ello lo podemos usar para multitud de dulces y aperitivos que no requerimos que aporten valor nutricional. Más allá de eso, sus propiedades ayudan al cuidado y mantenimiento de la piel, lo que hace que su consumo sea apreciado más allá de la nutrición.
Anda… Pues sí que le dan uso, sí. Y esta conversación me hace pensar en que tiene que dar mucho miedo jugar al trivial contra Feng Zifu.
-C-como siempre, sus conocimientos no tienen límites, Feng Zifu… -Karuto le mira con una sonrisa tonta.
-Para alguien que vive aquí, conocer esa información no es algo tan inusual. Habría que ser un ignorante para no saberlo… -100% segura de que si yo viviera aquí no me enteraría de la misa la media.
-¡P-por supuesto! Aún así, usted es…
Karuto se interrumpe cuando Feng Zifu mira súbitamente en alguna dirección hacia el templo, como si algo hubiera llamado su atención. Sigo la línea de su mirada y me encuentro con que está mirando fijamente a Leiftan, que en algún momento ha debido de vernos y se está acercando a nosotros… A-ah, oh, Leift. Hmmm, sí.
Ayer durante la fiesta… Ignoré lo que había pasado entre nosotros. Disfruté bailando con él, riendo, bromeando, haciendo el tonto… Y una parte de mí esperaba que él fuera a armarse de valor, besarme y que así se solucionara todo… Mientras que otra parte, la misma que me hizo lanzarle miradas de reojo a Ezarel durante toda la noche para ver si nos estaba prestando atención, temía precisamente que hiciera eso.
Y… al final no hizo nada. Y yo tampoco. Y simplemente bailamos y reímos.
Y nada más.
Y tenemos una conversación pendiente que no estoy muy segura de querer tener porque-ohdiosmío, ¿y si me dice que deje de ser tan estúpidamente egocéntrica de pensar que cualquier chico puede sentirse atraído hacia mí y de qué voy confundiéndole y que qué me creo que soy y que pos no estoy tan buena?
-¡Pfté…! -Karuto arruga la cara al ver a Leiftan acercarse- Ya ha venido el cachorro abandonado… Erika, no sé cómo te puede gustar ese tipo.
-¡O-oye! -Con las mejillas rojas, me quejo- Leift es muy buen chico… Y los abdominales -Pone los ojos en blanco-. ¿Qué es eso de “cachorro abandonado”?
-Cada vez que entra a una habitación, lo primero que hace es buscar con la mirada a ver si tú estás en ella -Lo dice como si nada-. Si resulta que estás, sonríe; y si no, pone esa cara de cachorro abandonado, como la que tiene ahora.
-A-ah… -¿E-es eso verdad?- B-bueno, entonces ahora no tendría que tener esa cara, ¿no?
-No, ahora la tiene porque evidentemente ha metido la pata contigo y viene a disculparse por lo que sea que ha hecho -Lo dice con toda la naturalidad del mundo. Feng Zifu le mira levantando las cejas, dando un sorbo de su té… Sí, se ha traído el juego de té. ¿Por qué todo el mundo aquí está sorbiendo té constantemente, qué es esta obsesión?
-Quizá debieras encontrarte con él a medio camino -Propone, una vez traga su té-. Si es que quieres arreglar las cosas, por supuesto.
-No es que… -Empiezo a jugar con un mechón de pelo- No es que tenga que… Bueno, no estamos peleados, es, eh, ummm… -Empiezo a ponerme nerviosa- S-si un chico rompe contigo, y-y luego dice que te sigue queriendo y que había roto contigo porque pensaba que es que a ti te gustaba otro chico y-
-Para, para, para… -Karuto me detiene rápidamente, suspirando- No.
-¿No? -Le miro algo cortada-
-No -Frunce el ceño-. No vas a ir corriendo a sus brazos como si nada… ¡ha sido él el que ha roto contigo! ¡Y por una razón estúpida, además! -Eso es… cuestionable- ¿Pensaba que es que te gustaba otro? ¡Bah! ¡Eso no lo sabe de ti! No tienes que estar ahí para él si resulta que tiene problemas de autoestima y eso se mete entre vosotros.
-E-eso es lo que yo estoy diciendo… -Que, independientemente de mi relación con Ezarel… Yo estaba muy feliz con Leift. Y quería seguir con él- Pero no es tan sencillo tampoco…
-Ni se te ocurra aceptarle de vuelta a menos que se ponga de rodillas y te ruegue que vuelvas con él -Habla en tono severo-. Te mereces más que un tipo que no es capaz de ir en serio contigo y que a cualquier tontería se asusta y se echa hacia atrás.
Ahá… Entiendo un poco qué es lo que quiere decirme, pero tampoco creo que tenga razón del todo. No es… así, simplemente. Es verdad que lo que Leift hizo estuvo mal, pero después de la bronca que le eché el otro día, diría que ha reflexionado sobre ello y ahora se arrepiente un poco… Aunque creo que sigue con la idea estúpida en la cabeza de que, como Ezarel existe, soy incapaz de quererle a él.
Lo cual es… difícil por su parte, también. Mis sentimientos hacia los dos chicos son complicados… Especialmente después de Memoria y mi decisión de quedarme en Eldarya. Y por mucho que le diga a Leift que no tiene que pensar en Ezarel y que no me atribuya sentimientos que no sabe si tengo o no… Es cierto que siento algo por Ezarel. Pero también lo siento por Leift y… ¡¡Aghh!! ¿En qué momento me he convertido en la protagonista tonta de una novela de romance cutre? Lo mucho que me quejé con mis amigas de que Bella era tonta y se tenía que haber quedado con Jacob y ahora estoy en estas… Entre un hombre al que le brilla la piel cuando se cura al sol y otro al que le gusta ir (casi) sin camiseta por ahí.
-¿Quieres arreglar las cosas con él? -Ignorando lo que ha dicho Karuto, Feng Zifu hace la pregunta. Aunque un poco cohibida, yo simplemente asiento- Entonces, ve a encontrarle a medio camino.
Hnnn… De… De acuerdo.
Me levanto y me voy en dirección hacia Leift. Karuto se queja de algo entre gruñidos, pero Feng Zifu le dice que guarde silencio y así hace de inmediato.
Camino con los pasos más firmes que puedo, incluso si me siento algo insegura de mí misma. Tranquilidad, Erika, tranquilidad.
Poco a poco se acorta la distancia entre nosotros, hasta que quedamos cara a cara en mitad de la llanura. Miro fijamente a Leift, y él me devuelve la mirada, parece que con el mismo nerviosismo que yo.
-H-hola -Saluda.
-Hola -Respondo.
-¿Estás… libre para hablar?
Asiento.
-Bien. Hm.
Parece quedarse bloqueado durante unos instantes. Quizá no tenga muy bien planeado cómo hacer esto… No le culpo porque la verdad es que casi ni estoy segura de qué es de lo que estamos hablando.
-Continuando con la conversación de ayer… -Carraspea- Um… Yo… Quería dejar claro lo primero y antes de nada… -Extiende una mano en mi dirección, para atrapar la mía- Quiero que sepas que mis sentimientos hacia ti... No han cambiado. Te sigo amando, Erika. Sigo enamorado de ti.
Mi pulso rápidamente aumenta. Me parece increíble que sea capaz de decir algo así como si nada, con tanta seguridad en sus palabras y sin pestañear apenas. Su pulgar traza caricias suaves en mi mano con actitud relajante, lo que me cautiva, y ahora de repente me siento una chica muy estúpida por estar enfadada con él.
Pero sé que esto no es estúpido. Sé que esto es algo de lo que tenemos que hablar. Y no voy a echarme atrás con respecto a lo que tengo que decir.
-Yo también siento algo por ti, Leift -Respondo, tratando de sonar lo más serena posible-, y deberías saberlo ya. Dicho eso, me hizo mucho daño que decidieras romper conmigo. Eso es algo que no puedo pasar por alto, especialmente teniendo en cuenta la razón. Si... Si tienes dudas, Leift, no creo que podamos estar juntos de ninguna manera.
Abre mucho los ojos cuando me escucha decir eso, como si no se lo esperara. Bueno. Sí. Puedes decirme que me quieres, y aunque sea verdad... Eso no es suficiente. No ahora mismo. Y, sí, a mí también me encantaría poder volver con él, y ser felices y comer perdices, pero eso no va a pasar si dentro de dos meses va a romper conmigo de nuevo en cuanto intercambie un par de frases con Ezarel.
-Mi relación con Ezarel... -Pienso en cómo plantear esto- Independientemente de mis sentimientos hacia él, no debería ser relevante. Jamás te traicionaría. Nunca. Y, si en algún momento dudase de mis sentimientos, procuraría hablarlo contigo antes de tomar cualquier decisión drástica...
-No quería decir que...
-Me da igual -Le corto-. Sé... sé que es difícil. Y, si no puedes con ello, entonces no te voy a forzar a aceptarlo, igual que tampoco voy a aceptar que subestimes nuestra propia relación. Eso debería ser lo único que debería importante... Pero ya sé que eso es más fácil decirlo que hacerlo. Leift, yo... De verdad, de verdad, quiero estar contigo. Pero si vamos a hacerlo, entonces necesito que creas en mí y que no tengas dudas sobre nosotros.
Revierto el gesto de antes, ahora cogiéndole yo a él su mano, con intensidad, apretando ligeramente para transmitirle mi casi desesperación.
-Te quiero. Y quiero hacer esto. Juntos podemos hacerlo, Leift, somos fuertes. Estoy dispuesta a intentarlo de nuevo. ¿Qué hay de ti?
Me mira fijamente. Ha enmudecido, incapaz de decir nada, y juraría que está hasta pálido. Aunque ha sido él el que ha venido a hablar, al final he sido yo la que le he soltado todo el discurso... Pero era necesario. ES necesario.
Y sé que lo es por la cara que está poniendo.
Dejo ir su mano, y él no vuelve a cogerla. Aún me mira fijamente, mudo. Y, ahora, veo miedo en sus ojos.
Leift...
-Ojalá pudiera decirte que sí -Cuando habla, le tiembla el labio. A mí se me quiebra el corazón, y simplemente retrocedo un paso, decepcionada-. Pero...
-¿¡Pero qué!? -Ya irritada, exploto. Es siempre “pero”, pero no me dice cuál es el pero- ¿Qué, Leift, qué? ¿Qué es lo que ocurre? ¡Dímelo claramente, porque si no lo sé, no puedo arreglarlo!
-No es algo que puedas “arreglar”... Yo... -Su cara se arruga con una mueca que no sé qué quiere decirme- Lo siento, Erika...
-¿Qué es lo que te detiene? -No lo entiendo. Simplemente, no lo entiendo- ¿Por qué? ¿De verdad es por Ezarel?
Sus ojos me miran con... Casi, derrota. Y eso me confunde.
-Sí. Sí, Erika, es... es por Ezarel.
Frustrada, aparto la mirada de él. No me apetece verle la cara ahora mismo. Si no... Si no va a hacerlo, entonces...
Entonces, nada, simplemente. Ya estoy cansada de esperar cosas de gente que sé que no va a dármelas. Pensé que Leift era distinto, que él sí que tenía las cosas lo suficientemente claras, pero... ya veo que no.
-Erika... -Escucho su voz y por la entonación sé lo que va a decir, así que rápidamente le corto.
-No me digas que lo sientes, no me digas lo mucho que me quieres, ¡no me digas nada! Si no estás dispuesto a hacer esto, ¡entonces no tienes derecho a ser amable conmigo! ¡Deja de tratarme así si no vas a querer nada conmigo!
-No es que no quiera...
-No te entiendo, Leiftan -Empiezo a retroceder, notando cómo los ojos empiezan a llenárseme de lágrimas. No quiero llorar delante de él-. Y creo que tú tampoco. Yo sé lo que quiero, pero está claro que tú no, por mucho que jures que sí que lo haces. Así que deja de mentirme y, si no tienes nada que ofrecerme, entonces deja de darme esperanzas en vano.
Antes de que pueda decirme cualquier otra cosa, simplemente me doy la vuelta y me voy. No quiero que me cuente milongas, que me diga lo mucho que lo siente, lo mucho que me quiere... Puede decir todas las palabras que quiera, al final sólo son palabras y esas se las lleva el viento, y no quiero... No... ¡Gh!
Vuelvo con Karuto y Feng Zifu, luchando por contener las lágrimas y seguramente haciendo pucheros. Frustrada e irritada, me siento con mucho enfado donde estaba antes, agarro la taza de té más cercana que pillo y me la bebo toda de un trago. Me quemo la lengua, y a eso le echo la culpa mentalmente cuando se me saltan las lágrimas.
-Erika, quizá debieras... -Feng Zifu habla con duda, sin saber cómo reaccionar ante esto- Tomar un tiempo para... calmarte...
-Los hombres son todos unos cerdos -Karuto simplemente suspira.
-¡LO SON!
Karuto me da palmaditas en la espalda. Feng Zifu, parece que incómodo con la situación, simplemente me acerca la bandeja de galletas para que pueda roerlas a dos carrillos, a falta de helado.
Saben saladas, justo como mis lágrimas.---
(Narra Ezarel)
-Eres.
Miga de pan a la frente.
-Un.
Miga de pan a la frente.
-Pringado.
Intercepto la miga de pan antes de que llegue a golpearme, y se la devuelvo al primate con el triple de fuerza con la que me la ha lanzado él, haciendo que aulle en dolor con el impacto.
El ruido queda de todas formas ahogado por el jaleo del comedor. Es el último día de celebraciones, así que la noche de hoy promete. La fiesta ha empezado bastante antes hoy que otros días, cuando el cielo aún estaba anaranjado, y llevamos ya varias horas de jolgorio. La gente ya se ha llenado de comida y bebida, y Huang Hua y un par de doncellas de su corte han ofrecido un espectáculo de danza y música como agradecimiento a ¿algo, alguien, no me he enterado y me da igual a qué se supone que esta gente venera? por haber hecho que los temblores cesen. Cada uno es feliz como quiere, supongo.
Después de todo eso, bueno, más fiesta y más risas y más todo. Más gente. Mientras que los dos anteriores días de celebración han sido también agitados, es hoy cuando ha venido todo el mundo y su madre, y la sala está bastante... Llena. Lo cual a mí no me hace particular gracia. La cantidad de gente, el ruido constante por todos sitios, el ambiente agobiante y asfixiante... Todo ello me está tocando un poco la moral.
Pero nada de ello como el estúpido mono que tengo delante de mí en mi mesa. Eweleïn, que lleva un par de bebidas ya encima (ah, yo no puedo beber pero ELLA SÍ), nos mira a uno y a otro con una sonrisa en la cara, muy entretenida.
-¿¡Por qué no invitas a la chica a bailar!? -Feero levanta la voz, sacudiéndole un porrazo a la mesa que hace que la vajilla en ella tintinee- ¡Mírala, a la pobre! ¡Está más sola que la una, está deseando que alguien la saque a bailar!
Bufo y bebo de mi zumo sano sin alcohol, con toda la intención de ignorarle. Aún así, mis ojos vuelan por la habitación hasta la mencionada humana, que... Efectivamente, está sola.
Lo cual es raro.
Echo otro vistazo para intentar averiguar dónde está el otro. En la otra esquina de la habitación, conversando con el viejales, Valkyon y un humano que tiene más cara de asco que yo, lo cual me sorprende un poco pero tampoco es mi problema. Ayer se pasó toda la noche pegado a Erika como una lapa, ¿qué le pasa hoy que no se la acerca?
-Esta puede ser tu oportunidad, Ezarel -Eweleïn me mira con ojos brillantes por la bebida-. Ve y confiesa tus sentimientos a Leiftan. Aquí, delante de todo el mundo. Con la pasión de la fiesta, seguro que te acepta entre sus brazos -No respondo, meramente le hago una peineta mientras bebo más de mi zumo sano sin alcohol.
-No la hagas caso, elfo, que no te intimide la gente... Mira a esos dos de ahí -Señala en alguna dirección con su codo, y yo no miro pero veo a Eweleïn poner cara curiosa-. Precisamente porque hay tanta peña aquí dentro puedes hacer prácticamente de todo y no le importa a nadie.
-¿Qué es lo que están...? Oh -Eweleïn abre mucho los ojos-. Oh. Oh, sí, están... Eso no parece buena idea... ¿Cómo se supone que va a...? Oh, vale, sí ha podido...
-Poco mundo, Ewe, poco mundo... -Él parece poco impresionado- Bueno pues, ¿sabes qué te digo, amigo?
-No somos amigos.
-Lo que te digo -Me ignora, apurando su bebida poco sana y alcohólica que él sí puede beber (lo que tiene prohibido aparentemente es mencionar la palabra “hierba”) antes de ponerse de pie-, es que puede que tú seas lo suficiente descorazonado como para ignorar a una chica guapa cuando está triste, pero yo no. Así que mientras vosotros dos estáis aquí sin comeros una rosca -Y se dirige a Ewe-, porque tú también eres una pringada y si yo tuviera a la fénix haciéndome ojitos no me lo hubiera pensado dos veces antes de estamparla contra la pared -En respuesta, ella pone los ojos en blanco-; yo me voy a disfrutar de mi vida. Haber estado muerto durante años te hace apreciar los pequeños placeres, ¿sabéis?
-Siempre he sabido que eras un fantasma, de todas formas -Eso es todo lo que digo, y él finge que el comentario le hiere por un segundo.
-No hagas cosas estúpidas -Avisa Eweleïn-. Es una buena chica.
-Y es una adulta responsable, y pienso tratarla como ambas cosas.
Con ese comentario, y guiñando un ojo, Feero desaparece en la multitud en dirección a la humana. Les veo a lo lejos, y por unos instantes presto atención. Él se agacha a la altura de ella, sorprendiéndola, y ella parece por un segundo algo cortada, especialmente cuando él la agarra de la mano y tira de ella para ponerla en pie. El ruido de la multitud es demasiado y soy incapaz de centrarme en su conversación, así que no entiendo nada de lo que pasa cuando él coloca un mano en su cadera y con un tirón la arrastra hacia el rincón de la sala donde están el resto de personas bailando, lo que hace que yo pierda contacto visual con ellos.
El silencio se instala entre mi compañera de mesa y yo. En qué está pensando ella, no lo sé, pero yo desde luego no estoy pensando en nada salvo en el calor que tengo.
Hasta que Eweleïn abre la boca.
-¿Crees que deber-
-Sí, Eweleïn, sí -Pongo los ojos en blanco y me giro hacia ella-. No seas tonta -Va a abrir la boca pero yo la corto-. No me va a pasar nada por quedarme solo. De hecho, no me gusta esta fiesta así que me voy a ir a dormir en cuanto termine mi zumo sano no alcohólico. Así que hazme un favor y no me uses como excusa sólo porque te da miedo.
Se queda unos segundos mirándome fijamente, sin nada que decir. Yo le devuelvo la mirada.
-Buenas noches, Ezarel -Eso dice, levantándose lentamente antes de empezar a andar hacia la mesa en la que está la fénix.
-Diviértete -Levanto mi vaso a su salud, como última despedida.
La veo acercarse a la fénix, que en cuanto la ve llegar sonríe ampliamente y en seguida le hace un hueco a su lado para que se siente, no tardando un segundo en entrelazar su brazo con el de ella. Una vez más, hay demasiado ruido ambiente como para poder escuchar qué es lo que se dicen.
Mis ojos siguen escrutando la sala. Por allí anda también Nevra, a lo lejos, conociendo gente nueva o haciendo amigos, con un vaso en la mano y riendo. Mi mirada vuelve de nuevo al humano que, aunque mira al suelo, está girado en su dirección. A su lado siguen estando Leiftan y Valkyon, hablando ellos dos con más ánimo, y Leiftan también ha procurado que, aunque en su lenguaje corporal no se lea nada, su espalda esté en dirección hacia donde estaba antes Erika, que vete a saber ahora dónde está.
Al viejales le he perdido de vista, quizá se haya ido a dormir ya. Mi segunda teoría sería que se estuviera dando el lote con Karuto en algún lado, pero al sátiro le veo de cuando en cuando entrando y saliendo de la cocina con cada vez más bandejas en las manos. Él también parece algo contentillo, a juzgar por las mejillas sonrojadas, y se ríe con gusto cada vez que es recibido con una ovación al salir de la cocina.
Tomo aire con fuerza. Agarro mi vaso y de una termino con lo que quedaba de su contenido, dejando el cristal con un golpe seco sobre la mesa antes de ponerme en pie para salir de la habitación. No me apetece seguir aquí.
Tengo que pelearme a golpes y a codazos para salir de ahí, pero al final consigo hacerlo y en cuanto siento el aire fresco de la noche golpear mi cara y los tonos cálidos del interior del comedor cambian por la oscuridad y las sombras, me siento mucho más tranquilo.
Inspiro, recolocando un poco mi ropa pero abriendo parte del cuello de mi abrigo para ayudar con la sensación de asfixia. Ya está, Ezarel, ya está.
Quizá sea inapropiado porque como invitado de honor debería estar en las celebraciones o lo que sea, pero la verdad es que yo no me siento muy honrado de todas maneras, así que creo que prefiero simplemente irme a dormir. Mañana volvemos a Eel así que debería estar descansado para el camino, prediciendo que el resto posiblemente estén un poco menos preparados para afrontar el viaje.
Aún con esas, no me apetece irme a dormir todavía. Con andares aburridos me muevo hasta la estatua esa del fénix enorme que hay en mitad del patio interior y a sus pies me dejo caer, casi resoplando. La hierba del suelo está fresca y la luna se refleja en el agua que rodea la estatua... Este sitio no está tan mal.
Dirijo mi mirada al cielo estrellado. La astrología nunca ha sido mi punto fuerte, pero aún así soy capaz de distinguir al menos algunas constelaciones en el cielo, despejado y brillante por las estrellas.
Hahh...
Qué estoy haciendo.
Ni siquiera yo lo tengo muy claro. Hay algo molesto en mi pecho que late con un ritmo irritante. Hay una nube de ruido en mi cabeza que hace llover palabras que preferiría no entender.
Como si fuera a servirme de algo, me encojo sobre mí mismo, agarrándome la cabeza con ambas manos y casi queriendo tirarme del pelo.
Qué es esta sensación agridulce. Qué es este vacío expectante. Por qué no es como siempre por qué no puedo simplemente fingir que no pasa nada, que no siento nada. Por qué no puedo dejar de pensar.
Y por qué no puedo simplemente hacerlo de una vez por todas. Por qué no... Simplemente...
-¿Ezarel?---
(Narra Erika)
Parece asustarse cuando le llamo, porque se sobresalta. Eso me hace preocuparme por él, porque normalmente debería haberme escuchado llegar...
-¿Te encuentras bien? -Me acerco un poco más a él, algo dudosa por si decide ser arisco y mandarme a hacer puñetas- Te he visto salir de la fiesta a solas y... No pareces tener muy buena cara.
-Estoy bien... -Soltando aire, se estira, dejando su espalda apoyada en el altar del fuego y sus piernas extendidas en el suelo- Solamente necesitaba un poco de aire. El ambiente ahí dentro es un poco agobiante para mí.
Supongo que tiene sentido. Tentando a mi suerte, me acerco un poco más a él, y disfruto de sus ojos siguiéndome cuando me muevo. Son muy bonitos con el reflejo de la luna.
-Si tú lo dices. Aunque es una pena que te pierdas las celebraciones. ¿Puedo hacerte compañía?
Él se lo piensa. Yo espero pacientemente.
-Sí.
Siento un poco de alivio al tener la afirmativa.
Me acerco a él y tomo asiento a su lado, con mucho cuidado de doblar bien mi vestido cuando le siente. No me gustaría estropearlo.
...
El chico mono... N-no estoy diciendo que sea mono, sino que es... Un mono... Bueno, tampoco es un mono, es... Eh... Voy a empezar esa frase de nuevo.
El chico mono ha venido a mí en mitad de la fiesta, lo cual me ha sorprendido un poco, y me ha invitado a bailar. Ha sido bastante inesperado, pero se lo he agradecido en ese momento... Haaasta que ha empezado a ligar conmigo y ya se me ha hecho un poco raro.
-¿Por qué...? -Cuando le he visto flirteando, no he sabido muy bien cómo sentirme, además de confusa- ¿Qué intentas conmigo?
-¿Prefieres que sea honesto o que me haga el inocente? -Ha preguntado él, en respuesta.
-¿Cuál de las dos es peor? -Y eso le ha hecho sonreír.
-Bueno... eres una chica guapa, así que lo que quiero es acostarme contigo -Y eso ha sido demasiado honesto para mí, y ha vuelto a pillarme por sorpresa-. Por eso te he invitado a bailar y por eso estoy intentando comerte la oreja. Confío que si sigo con eso me dejes comerte la boca también. O quizá otra cosa...
-Ummm... -Cuando ha dicho eso, le he soltado, y él ha hecho lo mismo y ha retrocedido un paso- No estoy... interesada, lo siento.
-¿Segura? -Incluso con el rechazo, él me ha sonreído- Se me da muy bien. ¿Es por Ezarel?
-¿Q-qu-¡N-n-
-Entonces es por el rubito semidesnudo.
-N-n-n-n--nn-n----n-n-
-Joooobar, qué pena -Ha chasqueado los dedos con fastidio-. Lo entiendo. Estás cogida.
-N-no estoy... “cogida”...
-Si no estás cogida, ¿entonces podemos coger?
-¡Vale ya! -Le he gritado con la cara ya roja de vergüenza, y él sólo se ha reído.
-Es broma, es broma; no te enfades... Anda, ¿a dónde se está yendo el elfo pomposo? -Es entonces cuando he visto a Ezarel yéndose de la sala... Sólo porque me lo ha dicho él, si no desde luego no me hubiera dado cuenta- Bueno... Hmm, qué faena, qué faena... Oye, tengo sed. Voy a ir a por algo para beber, ¿vale? No te muevas de aquí. Ni un músculo -Y me ha guiñado un ojo-. Luego podemos seguir hablando de lo nuestro, te enseñaré el poder de mis... feeromonas...
-...
-... Por qué nadie se ríe de eso, a mí me parece un chiste buenísimo...
Se ha ido refunfuñando por lo bajo, y le he visto desaparecer entre la multitud en cuestión de segundos... Y, por supuesto, en cuanto le he perdido de vista he ido detrás del elfo pomposo. Y. Bueno. Aquí estamos.
Miro en todas direcciones, un poco sin saber qué hacer. Quizá... Quizá no debería decir nada. No sé si eso es mejor o peor. Me estoy poniendo nerviosa.
-E-el cielo está muy bonito hoy, ¿eh...? -Cállate por dios por qué estás hablando CÁLLATE CÁLLATE- T-tantas estrellas... En la ciudad no se ven estas cosas... -Salvo que aquí... no hay... ciudades con la suficiente contaminación lumínica como para POR DIOS PERO POR QUÉ NO ME CALLO- J-je, je, tantas estrellas... Lo que me gusta el cielo estrellado... Si Leift estuviera aquí podría hablarnos de ellas, ¿eh?
Por qué.
Por qué he hecho eso.
Por qué.
Me preparo mentalmente para que me diga que soy idiota, o que se enfade, o que simplemente se levante para irse y que me toque lloriquearle mis disculpas, pero... No hay nada de eso. Le miro, en vez de mirar al cielo, y me encuentro con que él me estaba mirando a mí. Me quedo sin saber qué decir. Lo cual en mi caso posiblemente sea algo positivo.
-Yo también sé algo de estrellas, ¿sabes? -Sus palabras me sorprenden. No tanto por su sentido sino por el hecho de que no es ninguna de las posibilidades que tenía contempladas.
-¿Sí? -Vuelvo a mirar al cielo- ¿Qué tenemos entonces?
-¿Te acuerdas de la constelación de la que Leiftan te habló en Memoria? -El hecho de que le mencione me sorprende tanto como que mencione a la isla- Num’Nahor -Yo asiento. El dragón al que le gustaban los marineros, así que le convirtieron en constelación, o algo...- Desde aquí no podemos verla del todo, pero... -Le veo señalar a una estrella concreta que brilla bastante potente en el cielo- Esa de allí es la más importante. Num’Nahor en sí. La estrella da nombre a la constelación. Dos estrellas más en dirección hacia el oeste -Y señala a través del cielo-, te encuentras con una fila de cuatro estrellas que van hacia abajo. ¿Las ves?
-Sí... -Esto nunca se me ha dado bien, pero lo intento...
-Ese es el cuello del cisne. En la tercera estrella puedes ver cómo hacia los lados hay otras estrellas que le hacen de alas... La constelación del cisne -Aaaah... puedo... verlo... Las estrellas las veo, desde luego, sí... El cisne no tanto.
-La veo, la veo... Um, Ezarel, ¿es posible que sólo conozcas constelaciones que tienen algo que ver con pájaros? -Él guarda silencio por unos instantes, así que me giro a verle- ¿Ezarel?
-... ¿Quieres ver la constelación de la grulla?
Supongo que sí.
Ezarel me guía a través de las estrellas, enseñándome constelaciones... De pájaros... Ezarel, tienes un problema. Aunque, no voy a mentir, se me hace adorable. Es bueno ver a alguien a quién aprecias disfrutar de sus pasiones.
Le escucho con más o menos atención, porque no termino de enterarme del todo de todas las cosas que me dice, pero intento esforzarme en ver las estrellas, incluso si no lo consigo al cien por cien. Inevitablemente, en lo que él me señala al cielo y yo me inclino hacia él para intentar entender su perspectiva, terminamos... Bastante cerca el uno del otro. Y él... No me rechaza ni hace ningún esfuerzo por apartarme.
Con el corazón latiéndome con fuerza, lentamente... Dejo que la mano que tengo en el suelo, junto a él, empiece a moverse. Hacia... La suya. Poco a poco, hasta que mi meñique roza con su piel de forma tentativa, como una advertencia, una pregunta. Su voz tiembla por un segundo cuando eso ocurre, pero aparte de eso no reacciona. No dice nada. No me rechaza.
Y, cuando mi mano sigue su camino, encuentro que la suya se acomoda a la mía, y mis dedos se entrelazan con los suyos con facilidad.
Imagino que debo estar sonrojada, y no me atrevo a mirarle a la cara, sigo mirando al cielo. Pero siento su mano debajo de la mía, siento el latido de mi corazón retumbar con más fuerza que nunca. No sé qué hacer. N-no sé... Esto yo no me lo estaba esperando, ay, dios...
-Y eso es todo lo que puedo enseñarte, creo -Así termina su explicación, y yo devuelvo mi atención a su voz en vez de a mis propios gritos internos-. No se me ocurre nada ahora mismo.
-B-bueno... gracias -Tomo aire antes de hablar, para procurar que mi voz suene lo menos nerviosa posible-. Posiblemente en veinte minutos se me olvide todo, pero... Gracias.
-Si se te olvida, puedes preguntarme de nuevo -Así responde-. Te lo explicaré otra vez. Todas las veces que quieras.
Me giro a mirarle. Una vez más me sorprendo al ver sus ojos fijos en mí. Sus mejillas están también algo coloreadas. Siento su mano apretar la mía de forma amable.
Una corriente de aire sopla suavemente, haciendo que tanto su pelo como el mío se agiten con la brisa. Un mechón de mi pelo se sale de su sitio y, como si apenas fuera nada, Ezarel lleva su mano libre a mi rostro para colocarlo detrás de mi oreja. No aparta su mano de mi mejilla cuando termina de hacerlo.
Una vez más me vuelvo consciente de la fuerza con la que mi corazón late. En mi estómago, noto un mariposeo nervioso. En sus ojos veo reflejado el brillo emocionado que tienen los míos.
No me atrevo a decir nada, no me atrevo a moverme. No quiero estropear esto.
Así que simplemente espero.
Y espero.
Y espero.
Y, como siempre, espero algo que no llega.
Retira su mano de mi mejilla, suelta la que yo había cogido, se aleja de mí y mientras mi cuerpo se enfría con desilusión y tristeza, abre la boca para darme su excusa, la que sea que ahora se le ocurra, cualquier motivo patético e insignificante que sea capaz de ingeniar para evitar enfrentarse a mí.
-No puedo. Erika, y-
Le agarro por el cuello de su abrigo y tiro de él para hacer chocar nuestros labios. Su cuerpo se agarrota con miedo por un instante, sus manos se aferran a mis brazos y hacen tanta presión que por un instante me hacen daño, pero luego simplemente se relaja y se deja llevar. Sus labios son suaves, como esperaba, y la sensación es reconfortante y agradable. Siento alivio, siento calidez. Como si por fin hubiera encajado una pieza, como si al fin volviera a casa después de mucho tiempo fuera, como si... Como si todo estuviera bien. Por una vez.
Él nunca iba a hacerlo. Así que he tenido que hacerlo yo.
Le dejo ir aún con las manos agarradas a su abrigo, y le miro con ojos llenos de lágrimas que se esparcen por mis mejillas.
-¿Tan difícil era? -Le pregunto, con una voz que amenaza con romperse.
Él me mira sin respuesta durante unos segundos, aún con labios entreabiertos y ojos sorprendidos, como si no fuese capaz de entender qué es lo que acabo de hacerle.
-Es siempre lo mismo contigo... -Le suelto y, sorbiendo por la nariz, intento secarme las lágrimas con una mano- Siempre tan... frío, tan distante, tan arisco. Como si no te importara nada ni nadie. Y luego de repente te vuelves la persona más dulce del mundo durante unos instantes, sólo cuando no puedes vernos nadie; y cuando pienso que al fin, al fin vas a... No. Nunca lo haces. No eres capaz. No te atreves.
Sigue sin responder. Tomo aire. Duele, pero no... No quiero seguir perdiendo el tiempo con algo que sólo va a seguir doliendo.
-Sé que no es culpa tuya -Tener que seguir hablando me rompe un poco el corazón-. Sé que te cuesta, que te duele. Pero a mí también me duele... Dar tanto, y recibir tan poco. Y no... No sé si puedo seguir así, porque lo estoy intentando con todas mis fuerzas, pero siento que no sirve para nada, que todo cae en saco roto.
>>Ezarel.
>>Ezarel, por favor.
>>Por favor, dime que merece la pena. Dame una señal. Dame... Algo. Lo que sea.
Espero pacientemente. Una vez más.
Sus manos me abandonan. Las veo temblar según él retrocede para alejarse de mí. No aparta la mirada de la mía, y veo sus labios intentar moverse para decir algo pero no... No salen las palabras.
Reprimo un sollozo, pero las lágrimas siguen cayendo de mis ojos. No hay nada que las detenga.
Me pongo en pie, simplemente, y nada me detiene.
Nada me detiene cuando me alejo de Ezarel y del altar en dirección al templo, cuando subo las escaleras, cuando llego hasta mi habitación y ni siquiera soy capaz de llegar a la cama antes de caer al suelo y romper a llorar contra mis manos.
No es justo. No es justo. Nada es justo.
¿Por qué?
¿Por qué me hacen esto?
¿Por qué me miente, por qué me trata como si fuera lo que más quiere en este mundo, sólo para romperme el corazón mientras me da una disculpa vacía?
¿Por qué finge que no hay nada, por qué ignora toda nuestra historia y mis propios sentimientos, pero luego me da la esperanza de que algún día podrá corresponderme?
¿Por qué me engañan?
No me merezco esto, lo sé. Lo único malo que he hecho es enamorarme. Y sé que tampoco es culpa suya, posiblemente, pero no... No lo entiendo, porque no tengo respuestas, porque sólo tengo excusas sin sentido, sólo tengo palabras dulces que no alivian mi dolor.
Soy capaz de ponerme en pie de nuevo sólo para desvestirme, dejando en el suelo sin que ya me importe el vestido de Huang Hua, y deshago las trenzas en mi pelo para dejarlo caer antes de tirarme yo misma en la cama.
Abrazo la almohada con fuerza, con la misma fuerza con la que me gustaría que alguien me abrazase a mí, y contra ella lloro, y grito, y sufro. Sufro por un corazón roto dos veces, por aquello que nunca será, por las ilusiones que continúan muriendo, por la espera sin sentido, por las palabras vacías y las acciones escasas; y por todo, y lloro, y lloro, y lloro, hasta que ya ni recuerdo por qué.
Simplemente lloro por todo.
Ya no sólo por ellos.
También por mis padres y por el mundo que dejé atrás; por este mundo que parece condenado y que, aunque sé que tengo que salvarlo, no sé cómo; por los compañeros que he visto caer en batalla y los enemigos a los que me he visto obligada a frenar; lloro por tantas emociones contenidas y escondidas debajo de una sonrisa que sé que anima a todo el mundo, por tener que ser la luz, la alegría, la que no pierde la esperanza; porque se supone que soy “la elegida”; porque se supone que tengo que ser alguien, que tengo que hacer algo, pero no soy nadie.
Sólo soy una chica tonta y simple, sin ningún talento, sin experiencia en combate, sin nada especial, que ni siquiera sabe usar sus poderes, y se supone que tengo que ser alguien porque un Oráculo que no quiere hablar conmigo me lo ha dicho.
Bueno pues ahora mismo no me apetece.
Ahora mismo sólo quiero llorar, porque estoy triste.
Y eso es lo que hago.
Hasta que escucho los toques en mi puerta.---
(Narra Leiftan)
Incluso cuando es noche cerrada, soy incapaz de dormir.
No dejo de dar vueltas en mi cama, torturado por todo tipo de pensamientos. Sobre lo que ha ocurrido con Erika esta mañana. Sobre ella, en general. Sobre Ezarel. Demasiadas cosas.
Al final, me rindo y me levanto de la cama con un suspiro.
Me acerco a la ventana de la habitación, bajo la cual hay un pequeño hueco con un asiento acolchado y algunos cojines. Allí me siento, cogiendo uno de los cojines para abrazarlo mientras miro por la ventana el cielo estrellado.
Las estrellas brillan con fuerza hoy, iluminando el cielo nocturno de forma que me fascina y me robaría el aliento si no fuera porque ya estoy falto de él hoy. Siempre es capaz de atraparme... Siempre me ha gustado mirar las estrellas, desde aquella noche que pasé con Roy durmiendo bajo ellas por primera vez, cuando me contó mil historias sobre la bóveda celeste y me hizo sentirme tan ilusionado ante la idea del nuevo mundo que iba a poder explorar a partir de entonces.
Me pregunto qué opinaría Roy de... todo esto.
No, en realidad eso es una pregunta estúpida. Sé perfectamente lo que haría, y puedo escuchar su voz perfectamente clara en mi cabeza. Lo primero que haría sería reírse de mí por ser así de patético, luego me echaría la bronca por no tener “lo que hay que tener” para ir a por la chica (o el chico, o le chique) y luego me diría...
Que no está bien hacerle eso a la gente. Traicionar sus sentimientos de esa manera.
Roy decía que le daba miedo enamorarse. Ahora entiendo por qué.
Siendo honestos, no quiero seguir dándole vueltas, porque siento que ya me he dejado suficiente la cabeza en eso. Simplemente miro por la ventana, hacia las estrellas, con la esperanza de que el cielo nocturno sea lo suficiente como para calmar mi alma y dejarme lo suficientemente somnoliento como para al menos tener algunas horas de sueño.
Algo llama mi atención en el cielo cuando dirijo mi mirada a él a través de la ventana. Y abro mucho los ojos al verlo, sorprendido y a la vez... Encantado.
Una estrella fugaz. Oh, es tan bonita... Siempre me han fascinad-¡A-ah, un deseo, rápido!
Junto las manos y cierro los ojos. Un deseo... Un deseo... Lo que deseo es...
...
Abro los ojos.
No. No voy a pedir ese deseo. Porque para cumplirlo, todo lo que tengo que hacer es levantarme e ir a hablar con ella.
...
Así que.
Me levanto.
Y salgo de la habitación.
Es una noche fría en la que corre el aire, y los pasillos del templo están vacíos. Después de la larga fiesta, que se ha estirado hasta tarde, todo el mundo debe estar lo suficientemente cansado... O indispuesto, quizá; como para andar correteando por los pasillos ahora. Dicho eso, es... espero no molestarla. Hay un momento de la fiesta donde la he perdido de vista, así que imagino que ha debido de irse a la cama pronto, um... A lo mejor la pillo dormida...
Llego hasta su habitación, tan metido en mis pensamientos que apenas me doy cuenta de nada hasta que no estoy justo delante, y es entonces cuando, con mucha sorpresa, me percato al fin del elfo que está frente a la puerta con su puño en alto como si estuviera a punto de llamar a ella.
Le miro.
Me mira.
Mi confianza vacila instantáneamente y ahora me siento estúpido, avergonzado y casi traicionado.
Ninguno de los dos dice nada durante unos instantes.
Hasta que Ezarel baja la mano, resopla y niega con la cabeza.
-Olvídalo... -Se gira, sé que con la intención de irse, pero yo le sujeto por una muñeca para evitar que lo haga.
-No. Soy yo el que sobra. Me... Me iré.
-No sobras en ninguna parte -Se deshace de mi agarre (o más bien yo le dejo que lo haga), pero no se mueve de dónde está-. No tenía que haber venido de todas formas. No... me lo merezco -Y hace una mueca-. La he liado.
-No eres el único que ha hecho eso... -Admito, soltando aire- ¿Qué... ibas a decirla?
-Bueno. No tenía pensado decir nada -Oh. Entiendo-. ¿Qué hay de ti?
-Iba a pedir perdón, lo primero. Y, si aceptase mis disculpas...
Quizá también nos sobrasen las palabras entonces.
Palabras nos faltan durante algunos instantes. Esto es... Muy incómodo.
-Bueno, creo que ya he perdido la confianza en mí mismo, así que... -Gesticulo hacia la puerta- Buena... Buena suerte.
Salvo que no me muevo de donde estoy. Y él no hace nada por acercarse a la puerta. Suspira. Yo le imito.
-Vamos a beber. Tienen que quedar sobras de la fiesta.
Asiento ante la propuesta.
En cuestión de minutos estamos en el comedor. Ezarel ha ido en búsqueda de alcohol, mientras que yo he sabido encontrar algunas sobras de comida de entre aquí y allí. Sigue todo un poco patas arriba después de la fiesta, imagino que porque nadie tenía ganas de ponerse a recoger... De lo cual no les culpo.
Nos sentamos el uno junto al otro en una de las mesas de la habitación, donde Ezarel deja dos vasos cortos que tintinean y una botella de algo potencialmente tóxico y yo los pocos platos de comida que he recuperado, con alimentos de todo tipo.
-¿Qué es esto? -Coge una de las piezas de comida y la examina con ojo crítico- No le he prestado mucha atención a la comida, la verdad, pero sé reconocer lo que tiene un montón de azúcar.
-Feng Zifu ha dicho que son pasteles de luna -Indico-. Dice que no son temporada, pero que son los dulces favoritos de Huang Hua, y como era una ocasión especial -Y como Karuto quería aprender más de comida fenghuang-, ha pedido que hicieran para la celebración...
Se encoge de hombros y se lo lleva a la boca, mientras yo agarro la botella que ha traído para servir dos vasos. Teniendo en cuenta lo que pasó la última vez, debería vigilar esto, así que creo que la botella me la voy a quedar yo. Ezarel parece satisfecho con el dulce, mientras que yo ataco la bebida directamente. Está... Está bien. No muy fuerte. Me gusta.
No decimos nada. Él mastica en silencio, yo doy sorbos de cuando en cuando.
-No me lo estaba pasando muy bien en la fiesta -Él abre la conversación, mirando la mitad de sándwich masticado que tiene en las manos mientras habla-. Mucha gente. Mucho agobio. No suelen gustarme esas cosas. Así que salí a tomar el aire. Y Erika decidió seguirme. Y, como siempre hice algo estúpido. Y la he puesto triste.
-Esta mañana he ido a hablar con ella -Aunque no le debo ninguna explicación, ni él me la debe a mí, compartimos nuestras penas-. Ayer me confrontó sobre mi decisión de romper con ella, y eso me ha hecho reflexionar. Y cuando he hablado con ella hoy... Me ha ofrecido darme una segunda oportunidad para que volviéramos. Y deduzco que imaginas cuál ha sido el resultado.
-¿Y quieres volver con ella?
Dejo el vaso vacío sobre la mesa y me tomo unos segundos para responder.
-Sí. Pero no es así como funcionan las cosas -Le miro a él y me encuentro con un par de ojos aguamarina que me miran fijamente-. Porque tú también quieres estar con ella, pero tú tampoco lo has hecho.
-No -Niega con la cabeza, y luego mira al frente en vez de a mí-. Esa es la diferencia entre tú y yo, y esa es la razón por la cual soy incapaz de entenderte. Mi problema es que no sé si quiero estar con ella. No sé si estoy preparado, no sé si me la merezco, no sé si es lo mejor para ninguno de nosotros. No sé si puedo darle lo que quiere, no sé si puedo hacerla feliz como se merece. Si supiera con certeza que pudiera darle todo eso, y que no voy a decepcionarla o a decepcionarme a mí mismo, entonces... Entonces tendría las cosas más claras.
Guardo silencio de nuevo. Es extraño ver a Ezarel así de sincero y... Vulnerable.
Cuando deja su propio vaso sobre la mesa, lo hace con una mano temblorosa que hace que se me encoja el pecho.
No me lo pienso antes de llevar la mía a la suya para cogerla, gesto que parece sobresaltarle un poco y que hace que me mire raro por un instante, pero no dice nada al respecto, tampoco cuando mi pulgar traza una curva sobre su mano que tiene la intención de calmarle.
Le escucho tomar aire, y su mano libre va a su frente.
-Por qué -Pregunta.
-¿Hm? -Yo me hago el inocente.
-Por qué no puedes dar tú el paso. Ya lo diste una vez.
No respondo por unos instantes. Simplemente pienso en qué decir. Hasta que me rindo.
-Ya lo sabes, Ezarel.
Cuando se gira hacia mí para protestar, para gritarme, para quejarse, para decirme que eso no puede ser y que soy idiota, todo lo que hago es llevar mi mano libre a su mejilla y hacer el medio camino que queda a sus labios entreabiertos, de forma que sus palabras mueren en mi boca. Le beso con todo el cariño que tengo, con la fuerza de mis sentimientos contenidos, y con la misma pasión de aquel beso que compartimos hace ya tantos años atrás y que revolucionó mi mundo de tal manera que a día de hoy he sido incapaz de recuperarme.
Me alejo con delicadeza, esperando su reacción mientras me pierdo en sus ojos. Espero rechazo, repulsión, miedo, odio.
Pero no encuentro nada de eso.
No se aleja, no se mueve, no hace nada para rechazarme. Así que me acerco para unir nuestros labios de nuevo en un beso tierno y dulce, al menos para mí. Y luego le beso de nuevo, con más fuerza. Y una cuarta vez, a la vez acariciando su mejilla con delicadeza.
Y entonces me vuelvo a separar de sus labios, pero junto nuestras frentes para poder hablar con él, como si de esa manera fueran mis pensamientos y sentimientos a transmitirse mejor así que meramente con palabras.
-Te amo de forma que no te imaginas -Susurro mis palabras, sintiendo la calidez expandirse por todo mi cuerpo cuando lo hago. Teniendo en cuenta que lo he dicho a dos personas hoy, sé que cualquier persona dudaría de la sinceridad de mis sentimientos, pero sólo yo soy consciente de lo muy reales que son. Hacia ambos-. Ojalá supiera el por qué. Ojalá tuviera sentido, porque eso me permitiría alejarme de ti. Ojalá fuera fácil. Pero no lo es. Es complicado, y duele, y es amargo también, pero es lo que hay. Y, a pesar de todo, no puedo guardarles rencor a estos sentimientos que tengo por ti. Al contrario, los disfruto de la misma forma que disfruto aquellos que tengo por Erika. Quizá seas incapaz de comprenderlo, quizá pienses que es una mentira, o que es irreal, o...
Uno de sus dedos se apoya sobre mis labios, silenciándome. Yo lo beso con ternura igualmente, antes de soltar a Ezarel para dejarle ir ahora definitivamente, dejándole el espacio que sé que tanto aprecia y necesita y que me he atrevido a profanar.
Me mira fijamente con ojos acuosos y rostro coloreado en rojo. Eso me hace sonreír con ternura, a mi pesar. Está muy lindo así.
Aún aguantando esa sonrisa, reúno fuerza para ir a levantarme y alejarme de él, pero en cuanto voy a hacerlo y mi mano se escurre de la suya, me encuentro con que su temblorosa mano me atrapa de nuevo.
-No -Habla de forma firme, pero con voz débil y callada-. No. No vas a irte. No tú también.
Su mano aún tiembla aunque tenga sujetada a la mía. La expresión de su rostro se me hace difícil de leer, pero sus ojos me miran con seriedad y certeza, pero también con ruego. Y sé que no tengo otra opción.
-De acuerdo -Asiento-. No me iré. Pero, Ezarel... Si me pides eso, entonces tienes que asumir mis sentimientos. No puedes fingir que esto no ha ocurrido.
-Lo sé -Cierra los ojos por un instante y le veo inspirar-. Lo siento.
-No lo hagas -Buscando algo que me distraiga de él y de la idea de besarle de nuevo, empiezo a jugar con su mano, trazando figuras con un dedo en ella-. Yo no lo siento.
-Sabes que yo no puedo...
-Lo sé, lo tengo asumido. Ya era consciente de ello cuando descubrí mis sentimientos... -Y mi sonrisa se convierte en una de resignación- Pero eso no me ha impedido fantasear con la idea. Me hubiera gustado mucho poder hacerte feliz, Ezarel. Pero sé que yo no soy esa persona.
-... Quién ha dicho que no lo seas.
-Per... ¿Perdón?
Eso me deja completamente descolocado. Ezarel evita mi mirada, pero aunque gire la cabeza puedo ver el color de su cara.
-Soy feliz. Cuando estoy contigo. Porque puedo hablar contigo, porque te he dicho cosas que no me había atrevido nunca a pronunciar en voz alta. Me hace feliz que confíes en mí tus secretos también. Me hace feliz que sepas cómo lidiar conmigo, que no te asuste caer en mis bromas y que me trates con tanto cariño aunque no me lo merezca. Hay muchas cosas que me hacen feliz cuando estoy contigo. Siento... siento que no sea de la misma manera en la que tú quieres que sea, pero eres... Importante. Para mí. Y, yo... Me sentiría increíblemente afortunado si, a pesar de todo, decidieras... Seguir en mi vida. Si eso no es mucho pedir.
Escucharle decir eso me hace feliz a mí también.
-Por supuesto que no, Ezarel -Ahora aprieto ligeramente su mano-. Me siento más que honrado de poder permanecer a tu lado. Honestamente, pensé que... Que te enfadarías y que no querrías volver a saber nada de mí... -Niega con la cabeza- Y quiero que sepas que... Sí que te mereces cariño, y amor, y gente que te haga feliz y... Todo. Todo lo que el resto de la gente puede tener también.
-Y tú también -Habla con el mismo tono firme con el que le he hablado yo-. Tú también te lo mereces. Te has esforzado por aprender a amar cuando tanta gente ha dicho que para ti era imposible. Y tienes amor y cariño para todo el mundo. A veces te envidio porque me gustaría poder ser tan honesto con mis sentimientos como tú eres, porque me gustaría poder amar como amas tú, sin tener dudas como yo las tengo, sin que te asusten tus sentimientos.
Aunque eso me enternece, lo que él dice es mentira. Mis sentimientos no son tan puros y amables como él los hace ver, al contrario. Me cuesta toda mi fuerza de voluntad mantenerlos a raya. La envidia cada vez que veo que él y Erika interactúan, la codicia que me hace querer robarlos para tenerlos sólo para mí, la ira que me me pide que destruya el mundo entero para mantenerlos a mi lado, y en momentos como este, tan íntimos, la lujuria que quiere que haga cosas que no debo.
Cojo su mano para poder llevarla a mis labios, donde beso sus nudillos con cariño, con ese amor que él considera tan puro, a pesar de que no lo sea.
-Déjame que te muestre la honestidad de mis sentimientos -Le miro fijamente a los ojos, consciente de que los míos titilan ahora con un color verde intenso-. Quizá sea mucho pedir, quizá sea algo absurdo. Pero... Por favor, por una noche, permíteme que te ame.
>>Déjame hacerte mío por una noche.
Despliego mis alas, que se abren en todo su esplendor, arrojando plumas negras y sin brillo que se derraman entre nosotros. Ezarel las mira con sorpresa, pero no con miedo, sino con fascinación, antes de mirarme a mí a los ojos.
Asiente.
De modo que yo le abrazo, envolviéndonos a ambos con la envergadura de mis alas y reclamándole para mí.
Comentarios post-capítulo
¿Contentos? ¿Estáis contentos? PORQUE YO NO.
Esto no era del todo lo que tenía planeado. PARA NADA.
Escribí el capítulo sin setas. Me arrepentí, borré, escribí con. Me arrepentí, borré, tuve una crisis de identidad. Hice una lista de pros y contras, salieron más contras. Pedí una tercera opinión a alguien neutro y la opinión se mostró en contra. Al final lo eché a sorteo cara o cruz; con cara siendo que sí y cruz siendo que no, Y SALIÓ CRUZ.
Todo el universo me estaba diciendo que no tenía que hacerlo, así que lo escribí sin.
Me arrepentí, borré y lo escribí con.
...
Bueno, ya no se puede hacer nada, supongo.
Tengo el presentimiento de que esto va a tener consecuencias horribles.
Pero en fin. Como dije, esta es mi versión del Episodio 20 del juego, y ya sabemos lo que ocurre en ese episodio, así que tenía que pasar.
¿Qué significa esto? Literalmente nada.
¿Qué va a ocurrir ahora? Ese es un problema para el Prin del futuro?
¿Quién ha llamado a la puerta de Erika? Ya se descubrirá?
¿Hay setas? Las habrá, pero con tiempo que para la semana que viene tengo que escribir la última parte del Capítulo, el Interludio XXIII y el especial de Halloween.
Hale. Que aproveche.
Ahora voy a dejar esos extras que dije que habían surgido en mis desvaríos del capítulo, para que nos olvidemos de lo que ha pasado.
Nevra es un REY
¡Justo al empezar el capítulo!
(Narra Hiiro)
A la mañana siguiente, no consigo decidir qué emoción es la que estoy sintiendo. Estoy… Algo decepcionado por lo que pasó anoche. Enfadado, también, porque simplemente me echase de una patada. Me siento avergonzado y arrepentido, porque quizá simplemente no tendría que haber dicho nada, porque como es obvio, posiblemente Shin no querría hablar de eso. En cierto sentido, incluso pienso que quizá le haya… Traicionado, y eso me hace sentirme muy mal, porque es lo último que quiero. Ahora que al fin conseguía contactar con él… Quizá si no hubiera preguntado por El Titiritero hubiera podido tener otro tipo de relación… Poder hacerle compañía de cuando en cuando. Hacer que se sintiera menos solo. Eso es lo que realmente quiero.
Arrastro mis pies hasta el comedor y pido el desayuno antes de llevarlo, aún arrastrando los pies, hasta la primera mesa que me viene a mano y allí me siento, una vez más en seiza porque para una vez que puedo, voy a aprovecharlo.
Cuando, después de ordenar mi desayuno, levanto la cabeza para ir a dar el primer bocado, mis ojos se fijan en la otra persona que hay al otro lado y de la que no me había percatado.
Nevra, que me mira con la misma expresión de sorpresa con la que le miro yo a él.
Cuando la galleta se me parte y se cae de nuevo en mi taza con una salpicadura, él rápidamente desvía la mirada hacia otro lado, mientras yo intento minimizar daños con una servilleta, aunque por supuesto ya me he manchado la ropa… Maldita sea.
Después del momento de primer pánico, me preparo para aunque sea dar unos incómodos buenos días, pero apenas me da tiempo a ello. Le veo agarrar la bandeja con su desayuno (el mismo café y cruasán de siempre), listo para irse a cualquier otra mesa en la que yo no esté y, la verdad es que eso no me sienta para nada bien.
-¿Vas en serio? -No puedo evitar escupir las palabras, antes siquiera de que él pueda levantarse del todo. Veo que se congela en el sitio.
-Lo siento… -Murmura sus palabras.
-Lo que sea… -Simplemente resignado, empiezo a pescar mi galleta perdida, que ya tiene que estar hecha puré en el fondo de la taza.
-¿... prefieres que me quede?
-Haz lo que quieras... -Me da igual lo que hagas.
-Fuiste tú el que dijo que quería espacio -Lo dice casi con tono acusatorio. Eso a mí me molesta un poco.
Sí, le dije que quería espacio. Pero lo dije pensando que, no sé, a lo mejor cuando los dos nos hubiéramos arreglado un poco podríamos aunque fuera mantener una relación cordial, quizá mantener la amistad… Pero debe ser que para él “dar espacio” significa que la otra persona deja de existir.
Pues vale. Que haga lo que quiera. De verdad, me da IGUAL.
-Tienes todo el espacio del mundo para irte o para quedarte, efectivamente -Resoplo.
-... entonces quieres que me vaya -¿De dónde en mis palabras has sacado eso? ¿De DÓNDE? ¿¡Es que ahora sabes hacer magia y haces aparecer cosas de la nada, o qué!?-. No tienes que forzarte a estar conmigo. Ya lo tengo asumido, así que no hace falta.
-¿Forzarme a-¿¡Pero se puede saber qué te pasa!? -No puedo evitarlo y exploto. Él pone cara de sorpresa, como si no se lo esperase, a pesar de que se lo ha estado ganando desde hace un tiempo- ¡Llevas todo este tiempo haciendo como si no existiera! ¿De verdad te parece que esa la forma más adulta de llevar las cosas?
-Si no es eso lo que quieres, ¿entonces qué es? -Suelta la bandeja, que cae sobre la mesa con el tintineo de la vajilla- ¡No lo entiendo! ¡No te entiendo, no sé lo que quieres!
-¿¡Qué más da lo que yo quiera!? -Tengo ganas de arañarme la cara- ¡No todo lo que hagas tiene que depender de mí! ¡Simplemente vive tu vida y deja que yo viva la mía!
-¡Pues eso es lo que estoy haciendo!
-¡Pues vale!
-¡Pues hala, a la mierda!
-Go to hell!
-¡Muérdele a tu madre!
-¡Está en otro mundo, imbécil!
Olvido mi desayuno, mi galleta perdida, el resto de las galletas y todo, y simplemente me voy fuera del comedor dando zancadas porque POR QUÉ DEMONIOS TIENE QUE SER ASÍ DE-¡UGH!
Me vuelvo a la cama. A lo mejor cuando me despierte se me ha pasado el cabreo, o a lo mejor me da un infarto en el sueño y me muero.---
(Narra Nevra)
Soy idiota.
Es el único pensamiento que se pasa por mi mente una vez Hiiro abandona la habitación. No sólo por el último comentario sobre su madre, que desde luego no tenía que haberlo hecho bajo ninguna circunstancia, sino por… Toda la discusión.
Pero es que no sé qué hacer. No sé cómo encararle. Cada vez que le veo me siento… Mal. Me siento culpable, me siento triste y… Y, de verdad, no sé qué hacer. Quiere espacio, ¿no? Pues es lo que le estoy dando… ¿Qué es lo que estoy haciendo mal?
Es un poco mezquino, pero como sé que ya no va a comérselas, robo las galletas que le han quedado en el plato y empiezo a mordisquearlas, más por estrés que por otra cosa. No lo entiendo, no entiendo nada. Estoy muy perdido. Si lo que se supone que tengo que hacer es rehacer mi vida, ¿cómo se supone que tengo que hacerlo con él todavía pululando por ella? Simplemente no puedo…
Termino de aniquilar las galletas. No quiero seguir comiéndome el coco con esto, así que salgo del comedor para ir a buscarme algo que hacer. Poco hay, en realidad… Ayudar con las reconstrucciones, supongo.
Así que me acerco al jardín del… ¿ganso blanco? Lo que sea, el que entiende de pájaros es Ezarel, yo sólo sé cosas sobre cuervos. Allí hay algunas pocas personas ya ayudando a quitar pedruscos… El mencionado Ezarel, Leiftan y el brownie mono ese que es amigo de Eweleïn (lo cual me choca un poco porque no parece ser el tipo de persona con el que ella se junta… ¿Le van ese tipo de chicos? Siempre pensé que su tipo era más como Ezarel, teniendo en cuenta eso de que fueron novios que tanto niegan pero que yo sé que es verdad... Lo que sea... Este paréntesis se está alargando demasiado... Debería poner menos puntos suspensivos). Valkyon no está, quizá esté por ahí escalando montañas o haciendo cualquier otra barbaridad de su entrenamiento matinal.
-Buenos días… -Así saludo mientras me acerco.
-Buenos… -Al verme, Leiftan pone cara preocupada- Nevra, ¿todo bien? No tienes muy buena cara…
-Tónico revitalizador ciento veinte maanas la unidad -El brownie no pierde un segundo en hacer negocios...
-No, gracias…
-A ver -Ezarel suspira-. ¿Qué ha hecho el humano tontito ahora? -Eso me hace fruncir el ceño.
-¿Quién ha dicho que tenga nada que ver con-
-Tienes cara de Haru, Nevra -Se justifica así-. Siempre que te la lía tienes la misma cara de crysalym degollado. Así que, ¿qué ha hecho?
-Hemos discutido… -Admito entre dientes.
-Oh, no… -Leift me pone cara de pena- ¿Qué ha ocurrido? Si quieres hablar de ello…
-No, habla; tú habla, que yo vivo para estas cosas… -El mono parece ser el más interesado, por alguna razón.
-Bueno, hemos… coincidido en el comedor -El pánico que he sentido cuando he visto de repente que se ha sentado delante de mí sin darse cuenta siquiera-. Y he cogido mi bandeja para irme y de repente ha empezado a gritarme porque le estoy ignorando…
-Esa te la estabas buscando -Vaya, gracias, Ezarel.
-... Y nos hemos acabado gritando el uno al otro y le he mandado a que muerda a su madre -Los tres arrugan la cara cuando digo eso. Ya, ya…
-Eso no es muy educado -Comenta Leiftan. En mi defensa, él también me ha gritado algo en inglés… Gotoel… No sé qué significa eso-. Ummm… Quizá deberías disculparte… O disculparos ambos, supongo. Pero no ahora mismo, será mejor dejar que ambos os enfriéis… -Hmmm… Pero si me acerco a disculparme a lo mejor me grita de nuevo…
-Pero kapasao, kapasao -El mono me mira como pidiendo explicaciones… Y eso que ni siquiera sé su nombre-. ¿El tal Haru es tu novio y os estáis peleaos?
-Ex-novio… -Suspiro. Me cuesta un poco esa palabra.
-Aaaaah… -Parece comprender muchas cosas de repente- Aahá. Ahora todo tiene más sentido. En ese caso, no te disculpes por nada.
-¿Perdón? -Leiftan le mira como si acabase de apuñalarle.
-¿Quién la rompió?
-... él.
-Pues ya está todo dicho -Asiente, satisfecho por algo-. Escucha, tío, escucha… ¿Se está quejando porque le ignoras? ¡Bah! ¡Que le den, lo único que quiere es tener tu atención porque ya no la tiene!
-No creo que eso sea-
-Shhh, déjale, esto puede ser interesante -Ezarel interrumpe a Leift.
-No se la des. ¡No le des lo que quiere! No le debes nada. Fue él el que rompió, ¡pues se lo hubiera pensado mejor el amigo! Eres un REY, y los reyes no tienen que inclinar su cabeza ante nadie.
-¿Soy un rey? -Las palabras me sorprenden.
-¡Pues claro que lo eres! -Un rey, hmmm…- En los de mi especie hay una canción que viene de la leyenda del Rey Louie, aquel que trató robar el fuego a los humanos, la canción dice: “Yo soy el Rey del ja-”
-Te vas por las ramas, primate -Ezarel le corta.
-Ah, sí… -Carraspea- Bueno… La cosa es que, tú te tienes que poner a ti primero, y los demás se tienen que joder. Si el otro pavo es tonto y no ha sabido ver todo lo que eres, entonces la culpa es suya, y no tienes que dejar que haga que te sientas mal. ¡Ha sido él el que te ha hecho daño! ¡No puede venir ahora y fingir que no ha pasado nada y que tooodo está bien y que sois amigos! ¡No señor! ¡Tienes derecho a estar triste, y a estar enfadado, y a mandarle a morder a su madre también!
-Su madre está en el mundo humano -Aporta Ezarel.
-¡No le mandes a morder a su madre! -En seguida rectifica ese punto- El resto, ¡hazlo todo! Y no dejes que ese cretino dicte cómo tienes que vivir tu vida. Si se pone a llorar porque ahora no le haces caso, ¡ánda’ la mierda!
-¡Eso es lo que he dicho yo! -¡Este tipo me entiende! ¡Entonces no soy yo el que está tonto, es Hiiro!
-¡Exacto, y muy bien hecho, rey! -¡SOY UN REY!- Eres el dueño de tu vida y no vas a dejar que un plebeyo te detenga! ¡Todo sigue! ¡Sal ahí y haz tu vida sin él, diviértete, tríscate a todo lo que ande-
-No -Ezarel vuelve a cortarle.
-No -Leiftan también habla firme.
-¿No? -Él parece confundido. Yo niego con la cabeza.
-La última vez que me trisqué a alguien un pueblo entero acabó muerto -Le veo arrugar la cara y para cerrar la boca se muerde un dedo.
-Bueno… Pues… no te trisques a nadie… -Le cuesta un poco volver a coger impulso- Em… ¡Tríscate a ti mismo! ¡Amor propio! ¡Se pueden hacer cosas muy divertidas aún así! -No, si ya, si ya me estoy teniendo que buscar yo mismo mi propio entretenimiento…- ¡LO QUE SEA! ¡Que eso! ¡No dejes que ese tipo te ate al pasado! ¡No puede herirte! ¡No puede tocarte! ¿¡Qué eres!?
-¡Soy un rey!
-¡Más alto!
-¡¡SOY UN REY!!
-¡ESO ES! ¡ERES UN REY Y TE MERECES EL MUNDO ENTERO!
-¡ME LO MEREZCO!
-¡Y NADA NI NADIE VA A PARARTE LOS PIES!
-¡NO VA A HACERLO!
-¡SOBRE TODO EL TONTO DE TU EXNOVIO!
-¡SOBRE TODO EL- P-pero no es que sea tonto precisamente…
-Vamos a ver, tío, que me cortas la energía -Suspira-. ¿Por qué puñetas rompisteis, para empezar?
Hay unos instantes de silencio.
-Um… estuve a punto de matarle bebiendo de él.
El mono me mira fijamente. Ya. Uh…
-En ese caso, tiene todo el derecho del mundo a estar enfadado contigo. Quítate la corona -Algo triste, me quito mi corona imaginaria-. Siempre me he sentido más bien anarquista, a fin de cuentas…
Quiero echarme a llorar.
---
Sé que tanto Nev como Hiiro están un poco ooc en su discusión, pero por alguna razón disfruto mucho haciéndoles los ex-novios picados que no se soportan el uno al otro y no pueden estar en la misma habitación sin empezar a gritarse el uno al otro. Lo siento (?)
TDS PRS
Después de que Erika mande a Leiftan a hacer puñetas
(Narra Erika)
-Erika, quizá debieras... -Feng Zifu habla con duda, sin saber cómo reaccionar ante esto- Tomar un tiempo para... calmarte...
-Los hombres son todos unos cerdos -Karuto simplemente suspira.
-¡Lo son! -Yo estallo, enfadada- ¿¡A qué viene eso!? ¿Por qué...? ¡Ghhhhh! ¡Ni el uno, ni el otro, ni el de la moto, ¿se puede saber qué es lo que les pasa?!
-Que son tontos, y no saben qué hacer contigo porque eres demasiado buena para ellos -Dudo mucho ser tan “buena”, teniendo en cuenta que todo lo que sé hacer es hacer tartas, ahogarme de cuando en cuando y hacerme trenzas en el pelo, pero incluso si lo fuera, ¿¡qué tipo de motivo es ese!?-. ¡Bah! Tú te mereces algo mejor que ese par de tontos.
-¡Pero yo quiero a ese par de tontos! -Feng Zifu me tiende una bandeja con galletitas y yo empiezo a roer una detrás de otra- Ezarel ya, pues, lo tengo asumido; su único amor es la tarta de miel y listo, pero, ¿¡y Leift!? ¿Por qué me dice que me quiere tanto y todo eso si luego a la hora de la verdad no se atreve a dar el paso?
-¡Porque es un cobarde y lo que no quiere es que le dejes, así que te entretiene con milongas para que no te vayas con otro! -¡PUES MUY MAL POR SU PARTE!- ¿Sabes lo que tendrías que hacer? ¡Dejarles a los dos y buscarte a otro!
-¡Pero yo no quiero a otro! ¡¡NO SÉ LO QUE QUIERO!! -Creo que estoy teniendo un ataque de nervios ahora mismo. No lo tengo muy claro porque no me suena haber tenido muchos de esos- Sólo quiero tener las cosas claras...
-Lo que deberías es-
-Karuto -Feng Zifu le corta colocando un dedo sobre su boca aún entreabierta, y el otro guarda silencio de inmediato. Respira hondo antes de seguir hablando, y yo imito el gesto-. Erika... Dice el refrán: Aquel que espera fruto del árbol cien veces sacudido por la tormenta; cien veces decepcionado se verá.
-¿Sí? -No me saques el refranero...- P-pues en mi tierra se dice que "Cuando menos te lo esperas, de repente llueven peras".
-El que espera desespera -Karuto asiente firmemente.
-¿M-me estás diciendo que tengo cara de pera?
-Ejem -Feng Zifu carraspea-. Lo que pería decir con eso... Es que, en ocasiones, aquel árbol que ha sido agitado puede no darnos aquello que deseamos. Hay causas externas que no siempre podemos controlar... Y en casos como ese, no es siempre fructífero continuar sacudiendo el mismo árbol -Está... ¿e-está siguiendo de verdad la temática de las peras?-. Eso no significa que sea siempre algo imperoductivo. Es cierto que en ocasiones puede peradecer una tarea ardua e imposible, empero, a mis ojos diría que tu situación con ese jovencito no es tan terrible como tú pudieras peransar...
-F-Feng Zifu, ¿se encuentra bien? -Karuro le mira con algo de angustia. Sí, olvídate de Leiftan, esto es todavía más peraocupante... Perocu... Preocu... Aaggghhhh, ¡peras!
Feng Zifu se toma un instante para sorber su té. Creo que no me imagino el rubor de sus mejillas.
-Pensé que quizá lo... Aperaciarías... -Karuto se ríe de forma algo incómoda.
-S-sí, bueno, e-es simplemente inusual verle hacer ese tipo de... -Carraspea, cortándose a mitad de frase, y yo creo ver un tono de decepción en los ojos de Feng Zifu, pera tengo la sensación de que me lo imagino más que otra cosa-. Eeh, bueno... La cosa es, niña, que hay más peces en el mar, y no merece la pena estarse ahogando por uno.
-Eso desde luego no se asemeja a lo que yo he intentado decir... -Feng Zifu entrecierra los ojos.
Sí, bueno. Ha sido un poco difícil entenderle con tanta.
---
Cuando menos te lo esperas, de repente llueven peras.
Yyyy, esos han sido los pequeños extras, un poco una tontería, pero a mí me hacen gracia (? Por supuestísimo, nada de ello es canon.
Eeeeeso es todo por hoy, que creo que ya habéis tenido bastante. ¿Cuándo nos vemos a la próxima? Pues no lo sé.
Depende de cómo se me dé la semana. Me gustaría publicar el especial de Halloween el domingo de la semana que viene, y no sé qué tan largo puede ser ese capítulo, pero si tomamos como referencia lo que he hecho los últimos años es... Eh... mucho texto. Así que a lo mejor me salto la actualización del juernes y publico el domingo directamente, o quizá prioritice el capítulo y deje las calabazas para la semana siguiente; o a lo mejor me da tiempo a todo y puedo sacarlo en horario, oye. No se sabe, no se sabe. Cosas raras pueden pasar (?
De mientras, os mandaré muchos besitos y muchos agradecimientos por haber leído hasta aquí. Nos vemos a la próxima, sea cuando sea eso. ¡Adiós!
Última modificación realizada por Prirenna (El 21-10-2021 à 16h48)