Relato:
Mientras esperaba el subterráneo sus ojos fríos se fijaban en algún punto imaginario del anden, pensando en si dejar una carta de despedida o solo irse sin decir nada, después de todo no eran tan cercanos ni mucho menos parecía que tuvieran esa intensión de formar un vinculo familiar, solo eran conocidos que compartían cuatros paredes, sin cruzar palabras ni miradas, ignorando la presencia de cada uno.
En todo el trayecto, sintió la necesidad de dejar algo antes de marcharse a su nueva residencia, no por algún motivo sentimental más bien para pagar una deuda que el creía tener, en el trayecto fueron los minutos más largos y cortos de su vida siendo torturado por esos pensamientos que consideraba innecesarios, la caminata hasta el edificio por primera vez se acortó tanto que de un momento a otro estaba frente a la puerta, su mente quedo en blanco los pensamientos al fin cesaron.
— Espero no tener que dar explicaciones.— murmuro antes de abrir la puerta seguido de un suspiro.
El pelirrojo no se inmuto ante la presencia de su compañero estaba tan acostumbrado a ser ignorado por este que no imagino que le dirigiera la palabra.
El silencio se rompió con un nombre que hace tiempo el joven no escuchaba.
— Misael.
— ¿¡Q que!? Amós hey... Hola, sabes no tienes que llamarme así es... Raro.
— ¿Raro? Que yo recuerde ese es tu nombre.
— Si sobre eso... A pasado tiempo, tu entiendes aquí no le puedes dar tu nombre a cualquiera.
— No soy cualquiera, te recuerdo yo estuve el día que te bautizaron con ese nombre no lo olvides.
— ¡No! no quise decir, solo... Solo dime Caín ¿Si?.
— Es ridículo... Solo te dirigí la palabra para decirte que me marcho, es TODO, no hay necesidad de ser tan... Fraternales, es repugnante.
Ante los comentarios tan crueles el joven se quedo sin palabras, por primera creyó que su hermano tendría la iniciativa de querer conocerlo
sin embargo esas esperanzas se desvanecieron al momento que se dio la vuelta ignorando nuevamente su presencia, al cruzar la puerta paso de decir unas ultimas palabras, tomó un taxis hasta su destino.
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La residencia se veía mas grande de lo que recordaba, a penas puso un pie a dentro una joven lo recibió con una presentación muy amable la cual respondió de una forma cordial, mientras Isamu llevo su equipaje en la recepción le explicaban lo básico tenia curiosidad por el establecimiento aun que prefirió dejarlo para el día siguiente, esa discusión lo dejo mentalmente ajotado. Al llegar a su habitación una sensación de paz lo invadió al fin tenia su lugar anhelado, con calma acomodo sus pertenencias cuando se topo con un pequeño dispositivo en el escritorio lo tomo para ver de que se trataba.
— Mmm Que será... Se pregunto, en ese momento una luz se encendió.
Buenas noches, mi nombre es D4RK soy tu I.A personal así como tu guía ¿Con quien tengo el gusto de hablar?.
— ¿Mi I.A personal? Supongo que puedo decirte mi nombre... Amós, estoy un tanto confundido...
No se preocupe, Amós, permita me explicarle mi funcionamiento.
La I.A respondió todas sus dudas así como una pequeña charla personal sobre el trabajo que maneja, en lo que terminaba de configurar su sistema con el celular del albino, este le dio permiso de administrar sus futuros encargos para mayor facilidad.
— No meteré en problemas al lugar por esto ¿verdad?.
En lo absoluto, para mayor privacidad de los residentes nuestra red esta bien protegida.
— Vaya... Es una caja de sorpresa la residencia.
Si desea puede explorar el lugar cuanto guste.
— Realmente no tenga tanta energía, comida... creo que mejor iré a la cafetería.
Perfecto, lo guiare hasta ahí.
— Muchas gracias, D4RK, será solo por un tiempo hasta memorizar las áreas.
El comedor contaba con una gran variedad de platillos, algo liviano y un postre fueron suficiente para dejar satisfecho al albino. Cuando estaba a punto de levantarse D4RK le notifico de un mensaje de un contacto desconocido, creyó que se trataba de trabajo sin embargo fue una sorpresa que su antiguo compañero lo contactará.
(...) No creas que te puedes librar de mi tan fácilmente, conozco esta cuidad mejor que tu! me necesitas aun que no quieras.
— Que ser tan molesto... Hazme un favor, bloquea a ese idiota.
Contacto bloqueado ¿Alguna persona indeseada? Las amenazas no puedo pasarlo por alto.
— ¿Amenaza? no tiene las agallas para ello, déjalo así, se le pasara la rabieta en un rato o unos días... Es peor que un niño.
Dio un respiro de resignación antes de levantarse de la silla, no tenía las ganas de seguir pensando en esa discusión tan infantil
antes de ir a su habitación, paso por la biblioteca para escoger un libro y leerlo en la cama.
Un baño ayudo a tranquilizarlo del todo, tomo el libro para comenzar a leer sin embargo no termino el primer capitulo que lo dejo en la mesa de noche
le pidió a la I.A que fuera su despertador así como su agenda el día siguiente tenía mas encargos de lo que quisiera, pero esas almas le darían la fuerza necesaria para llevar el día a día, se acomodo en su nueva cama para posteriormente caer en un sueño profundo.