V i s i t a n d o l a B i b l i o t e c a
Sumire - Oz ❙ Abierto ❙ En curso
Ante la respuesta de Oz, primeramente Sumire asintió con la cabeza.
- De acuerdo - le dijo en su habitual tono tranquilo.
Y de esta forma, y después de que el joven pelinegro recogiera sus pertenencias, Sumire le siguió a través de los pasillos de la biblioteca. Durante el proceso, se fijo en como parecía estar buscando el libro para ella, concentrado en el proceso, por lo que Sumire no dijo nada, sino que solo se limito a seguirlo, aunque dándole cierto espacio para no molestarlo. Finalmente Oz tomó uno de los libros de la estantería, si bien, en lugar de dárselo directamente primero decidió hacerle su pregunta, algo que por otra parte a Sumire realmente no le molestaba, por lo que tras escucharlo con atención se quedó un breve momento pensando antes de pasar a responderle.
- Una rosa - pensó para si misma.
Sumire reconocía bien ese tipo de flor. Sin embargo, dada la pregunta que Oz que había hecho, y que era la única cosa que le había preguntado, quiso tomarse su tiempo antes de responder para hacer memoria de todo lo relacionado a ella que recordase. Sumire sentía que debía de ser algo que realmente era importante para él, por lo que quería intentar ayudarlo tanto como pudiera en la medida de lo posible. Y de esta forma, finalmente le respondió.
- En el lenguaje de las flores a nivel general las rosas simbolizan el amor y la belleza, aunque dependiendo de la tonalidad el significado puede variar un poco y significar también amistad o pureza - tras decir esto Sumire hizo una breve pausa - Pero imagino que ese tipo de información ya hablas podido leerla en algún libro - añadió con una expresión en su rostro que quería decir que de alguna forma se disculpaba por no haber dicho algo de más ayuda.
Sumire sabía que esta información era algo más bien general, y no algo que a ella realmente le recordase a esa flor, pero inevitablemente lo primero que pensaba en cuanto al simbolismo de cualquier flor siempre era su significado general.
Pero tras esto, continuó hablando.
- Mmm.. - comenzó a hablar algo dudosa - No se si realmente te pueda ser de alguna ayuda, pero personalmente es una flor que me recuerda a una antigua historia que leí en un libro. La historia trata sobre una diosa llamada Afrodita. Aunque también conozco otra historia donde aparece una rosa, se llama el Elfo maldito y la Joven doncella - Tras decir esto, hizo una breve pausa - También.. me recuerda a una buena amiga, aunque ella vive en otro mundo - le dijo terminando la frase en un tono de voz algo más bajo, pues se dio cuenta de que esto seguramente no sería de ninguna ayuda para él.
Si bien el hecho de recordar a su amiga, le había hecho recordar a otro de sus amigos, y por relación otra cosa más que le recordaba a dichas flores - También me recuerda a un objeto, aunque no es mio sino de un amigo, es.. - Sumire no sabía bien como explicarse ni hasta que punto explicarse, ya que ella no era experta en el tema de las armas, si bien recordaba como era aquella, con el peculiar grabado de una rosa en la empuñadura y el dibujo de su tallo incluyendo el detalle de las espinas descendiendo a la largo de la hoja, pero finalmente optó por decirlo de forma simple - .. como una especia de daga que según me dijo mi amigo está encantada. Me la recuerda porque tiene su dibujo en ella.
Y por último, y tras otro momento pensando, añadió - Y también me recuerda a una clase de té que se hace con esa flor. Conozco a algunas personas que las cultivan y utilizan la flor como emblema, aunque también son de otro mundo - terminó diciendo nuevamente en un tono de voz más bajo y con una expresión ligeramente desilusionada pues sentía que a pesar de todo lo que estaba diciendo, seguramente no estaba pudiendo ayudarle, por lo que terminó por disculparse - Perdón - dijo haciendo una leve reverencia - Creo que no he sido de mucha ayuda. Me disculpo también por si he hablado demasiado.
Sumire había tratado de hacer memoria de todo aquello que había podido recordar, por lo que también lamentaba si quizás en el proceso de responderle podría haberle resultado molesta al tener que escuchar Oz tantas cosas que no le eran de ayuda.
Sin embargo, y aunque ella no hubiera podido ayudarle, Sumire esperaba que Oz pudiera llegar a encontrar aquello que a su entender ella pensaba que estaba buscando, y por ello finalmente cambio la expresión de su rostro a una algo más positiva, como queriendo enviarle sus mejores deseos para con su búsqueda.
Por otra parte, y llegados a este punto, a Sumire le daba la impresión de que este casual encuentro estaba llegando a su fin. De forma que ahora ya solo le quedaba saber cual sería el libro que el joven pelinegro había seleccionado para ella.