¡Hola, caracola! ¿O calabaza? En esta época, no se sabe (?
Me he ido un poco de tiempo está vez, lamentablemente, pero espero que el capítulo de hoy compense por la espera. Si alguien esperaba que fuera a escribir algo halloweenesco, lo siento pero no ha sido el caso :( No tengo muy claro que vaya a volver a escribir cosas especiales así para el fic, a menos que sea algo corto y que me apetezca mucho, porque al final me lleva mucho tiempo y prefiero centrarme en las actualizaciones regulares, que ya me cuestan de por sí u.u
Aún así, bueno, el capítulo de hoy tiene algunas partes que quizá, tal vez... Bueno... Supongo que no está fuera de época, es lo que quiero decir.
¡Comentarios chulescos!
Isis
Hola hola ♡
Aaaaaa, como siempre todos tus dibujos son un placer de ver uwu Este en concreto me gusta mucho porque de hecho se parece un montón a lo que yo tenía en mente!! Quería haber hecho una ilustración yo también, pero nunca acabé de terminarla, bueno, he aprovechado para más o menos terminar un poco para que veas que nuestras visiones son bastante similares (?
Veo que te has convertido a la iglesia de Titirihiiro, y a eso tengo que decir... Allá cada cual, cada uno con sus caunadas (?) No parece la relación más sana del mundo, pero, ah, ¿no es esa la gracia del asunto?
Imagen adjunta que demuestra las similitudes de nuestras visiones artísticas, pero como es obvio es de mucha peor calidad que la de Isis porque ella sabe dibujar y yo no (?
Me gusta mucho dibujar pelo largo (?)
@Maera
jaja si ????
Ahora de verdad
Yo me leo todos los comentarios al completo, y varias veces además, porque siempre me hacen ilusión y me hace muy feliz ver que la gente lee mis tonterías uwu Así que créeme que estoy muy agradecido porque uses tu tiempo en escribir comentarios.
El Tito Rick es posiblemente una de mis mayores inspiraciones como escritor y también una de mis mayores influencias, sobre todo en temas de caracterización, le adoro uwu Aunque hace mucho que me descolgué de sus historias... Me quiero terminar la serie de Apolo...
Veo mucha mención a TDAH (? No sé si Nevra o Niels lo tienen, o si es que lo tiene el autor y por eso parece que los personajes también lo tengan lol Canónicamente, Erika es la única con diagnóstico de TDAH canónico (de hecho hay una mención a ello en este capítulo), y en términos de neurodivergencia creo que nunca he mencionado nada explícito, pero es “canon” que tanto Feng Zifu como Ezarel están en el espectro... De Ezarel quizá hable de ello en algún momento del canon (? Niels tiene otro diagnóstico distinto, del que hablaremos en el futuro también. Todo esto lo digo sin ser un especialista en estos temas, por supuesto; y yo digo lo mismo que digo siempre: se aceptan todo tipo de headcanons. Si a ti te parece que Nevra también tiene TDAH, ¿por qué no? La opinión del autor es siempre opcional, y siempre es chulo añadir nuestras propias ideas a los personajes, sobre todo con detallitos así que les “humanizan” un poco más y les acercan más a nosotros. Anyways, aceptamos Nevra como animal de compañía (?)
Todos los flashbacks en esta historia son deprimentes porque otra de mis grandes inspiraciones para la escritura es Eiichiro Oda, y si One Piece me ha enseñado algo es que todo personaje tiene un flashback traumático detrás esperando a ser revelado. ¡Disfruta de tus flashbacks! Todo el mundo fue un adolescente depresivo o es susceptible de serlo (Mery, calienta que sales). La teluroalquimia es la disciplina alquímica que se enfoca en plantas y vegetales varios. Los teluroalquimistas de eldarya son los encargados de intentar que la tierra se vuelva fértil, pero hasta ahora no ha dado muy buen resultado (? Ayleen es considerada una de las mejores teluroalquimiastas de Eldarya, si no la mejor.
Mi obsesión con el número 33 la llevo arrastrando varios años y va más allá de Fernando Alonso (? Tengo una serie de historias que giran en torno a ese número y, bueno, es algo simbólico (? Las referencias a Bleach están por todas partes El Titiritero se parece al villano que lo flipas, y ni siquiera estaba planeado pero sasuga Aizen-sama, keikaku doori, supongo A El resplandor no puedo hacer referencias porque no la he visto (? Okey, técnicamente en el canon de Eldarya (el juego) el Oráculo muere antes de que el Cristal se vaya a la porra al final de The Origins, así que mi lógica es que si El Oráculo la espicha, al Cristal no le pasa nada a menos que venga un loco con una bomba (?)
Lucien es completa y directamente responsable de todos los sucesos que ocurren en la historia, de formas que ni siquiera te imaginas aún (? El culpable de todo lo malo es él, siempre, y no dudes nunca de ello (? Giro y Hiiro lo tengo en la cabeza más de lo que me gustaría y a veces mis dedos lo escriben porque tengo problemas con cómo escribo las cosas en relación a su fonética- haha, la dislexia, en fin. La pelea con El Titiritero fue dos días antes, si mal no recuerdo, así que... No ha pasado mucho, aunque no lo parezca (? Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Muchas gracias por los comentarios (? Siempre que veo uno me hace muy, muy feliz.
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Ahora, bueno. Hora del capítulo de hoy. A ver qué pasa...
Capítulo 27.10-.
(Narra Nevra)
Pensándolo bien, quizá no haya sido la idea más brillante por mi parte lo de devolverle a Hiiro su espada.
Eso es lo que se cruza por mi mente cuando el metal de la misma choca contra el de mis dagas, a escasos centímetros de mi cara.
Agarrando el mango a dos manos por un momento, arrastra la espada de forma que hace el metal hace un sonido chirriante contra mis dagas. Con eso, consigue deshacerse de mi bloqueo y, ahora cogiendo la espada con la mano derecha, intenta atacarme por ese flanco. No tengo mucho problema en rápidamente bajar un brazo para bloquear el filo de su espada con una daga, y gracias a eso consigo dejarle en una postura perfectamente abierta para con la otra daga poder...
... no hacer nada, porque cuando voy a atacarle, ahora es él el que bloquea mi ataque con su brazo derecho. Mi arma se queda atascada en uno de los cristales oscuros que aún tiene en el brazo, pero en parte gracias a la fuerza que estaba usando y a que ya no está tan protegido como antes, el metal consigue alcanzar su piel y abrir una herida en la carne, abriendo una línea de sangre de un color antinaturalmente oscuro.
Hiiro se ríe, o al menos el sonido que hace a mí me parece una risa. Cuando presto atención a su cara, me parece leerle la intención de querer intentar pegarme un cabezazo como antes (le ha tenido que gustar mucho eso, debe ser), así que me adelanto a los acontecimientos, en su lugar avanzando un paso en su dirección y embistiendo con el hombro, de forma que le empujo fuera de mi alcance. Con eso, él tiene que retroceder, lo que me da un segundo de respiro, aunque aún permanezco atento a cómo él se prepara para la siguiente ronda de ataques, devolviendo la espada a su mano izquierda.
A estas alturas ambos hemos sufrido ya varias heridas, pero él no parece tener pinta de estar ni mucho menos cerca de caer al suelo. Por mi parte, aunque he recibido menos daño y posiblemente esté menos cansado que él, hay algo que me preocupa bastante. El éxtasis no dura para siempre. Ahora mismo estoy bien, pero conozco a mi cuerpo lo suficiente como para saber que no va a pasar mucho hasta que se me agote, y cuando eso ocurra... Voy a estar completamente indefenso. Y eso no es bueno, teniendo en cuenta que Hiiro está bastante dispuesto a cortarme en pedacitos.
Antes he dicho que, si era entre su vida y la mía... No dudaría en matarle. Hasta ahora, aunque tampoco me he contenido mucho, tampoco es que lo haya intentado. La pregunta importante es: ¿será necesario?
Espero, rezo porque no lo sea.
Pero ahora mismo, Hiiro... Aunque ya no esté bajo el control de Naytili, la influencia de la corrupción le impide pensar de forma racional. Tengo que buscar la manera de hacerle volver en sí, y algo me dice que la forma de hacerlo no es haciendo correr la sangre. Al contrario, a más nos pegamos, más...
-HhhheHEEHEheHEhehehe...
... desquiciado parece. Diciéndolo de forma suave.
Ignorando la risa escalofriante y extraña como si no acabase de ocurrir, y aún con la preocupación de que el éxtasis se me vaya a acabar antes de lo que me gustaría, decido hacer un intento de negociación, en caso de que sea posible hacerle entrar en razón antes de que ninguno de los dos acabe muerto en el suelo.
-Hiiro -Le llamo. La mención de su nombre hace que incline la cabeza, pero no se relaja; al contrario, su postura se tensa-. ¿No piensas que podamos resolver esto sin una pelea?
-Te lo he dicho, Nevra: muere o mátame -Repite sus palabras de antes, levantando la espada en mi dirección como si me estuviera señalando con ella-. ¿Te acobardas ahora?
-No me acobardo -Se lanza a por mí una vez más, en respuesta vuelvo a bloquear el ataque de su espada, y el que viene inmediatamente después. El pasillo se llena del sonido de los metales chocando entre sí, ninguno de los dos cediendo-. Pero antes de tener que clavarte una cuchilla en el pecho, preferiría hacerte recuperar la razón.
-¿Y qué pasa si te digo -Haciendo casi una pirueta, girando sobre sí mismo, su siguiente ataque impacta con más fuerza que los anteriores, lo que me pilla por sorpresa por un instante... Lo suficiente para que él pueda avanzar un paso, cambiar su postura y embestir con su espada mientras yo aún me recupero del ataque anterior. Bajo una de mis dagas a tiempo para desviar su metal lo suficiente como para que me corte a un costado, por debajo de las costillas, en una herida que duele pero que podía haber sido infinitamente peor si no lo hubiera desviado-, que eso no es lo que yo quiero?
En respuesta a su corte, con mi otra mano acerco la segunda daga a su cuello, dándole tiempo de reacción para que desentierre su espada de mi cuerpo y en su lugar la levante para detener mi ataque. Tomo aire con fuerza al notar el escozor de la herida, que en seguida empieza a curarse sola, y retrocedo algunos pasos, poniendo distancia entre nosotros.
-No quiero hablar, no quiero recuperar “la razón”, no quiero hacer nada que no sea pelear contigo ahora mismo -Mientras habla, hace girar su espada en la mano para prepararla para el siguiente ataque-. Quiero pelearme contigo hasta que llenemos las paredes y el suelo de sangre. Quiero que me abras las entrañas, que me arañes la cara, que me arranques la piel a mordiscos, que me destroces por dentro y por fuera. Si no eres capaz de hacer eso...
Una vez más, vuelve a por mí. Aunque sus palabras me perturban, me mantengo centrado en el combate, poco dispuesto a dejar que esto acabe de la manera que él quiere. Desvío el tajo de su espada con un golpe de la parte no afilada de mi daga, haciendo que su arma se incline hacia abajo (con la mala suerte de que la punta me roza el muslo y abre allí una herida), y eso a él le deja en una posición muy incómoda, sobre todo cuando atrapo su brazo entre los dos míos. Le miro fijamente a la cara, él me devuelve la mirada, firme e intensa. A pesar de la corrupción, parece... Bastante más presente en su cuerpo de lo que yo esperaba.
En otras ocasiones, recuerdo que la corrupción le ha hecho entrar en alguna especie de estado de fuga, como si no fuera plenamente consciente de lo que decía o hacía, pero ahora... Ahora, no parece ser el caso. Sin el control de Naytili, y sólo con la corrupción restante, entonces... ¿hasta qué punto está Hiiro en control de su cuerpo ahora mismo?
Con un sonido que está a medias entre una risa y un jadeo, pega un tirón con el brazo, obligándome a soltarle si no quiero que me rebane uno de los míos. Inmediatamente vuelve a intentar un ataque, un tajo de su espada en un arco amplio que no me corta porque soy capaz de preveerlo y apartarme a tiempo, dando dos pasos rápidos para colocarme detrás de él. Antes de que él pueda recuperarse del movimiento siquiera, alargo un brazo y casi sin pensarlo cierro el puño en torno a su pelo y doy un tirón con fuerza, forzándole a detener su ataque para poder equilibrarse. Con el dolor, él hace un sonido que parece un gimoteo... ¿más o menos?
-Ooooh, that’s better... Get rough, I like it.
Qué... Me quedo un poco patidifuso entre el lenguaje extraño y el hecho de que cuando se gira para mirarme por encima del hombro, está sonriendo. Él aprovecha mi momento de sorpresa para, sin dudar un segundo, dar un tajo con su espada que corta el pelo por el que le tenía agarrado.
Retrocede con un salto, sacudiendo la cabeza como para deshacerse de los últimos mechones sueltos, y yo me quedo con un montón de pelo inútil en la mano. No tengo ni idea de cómo ha venido a ser que le ha crecido el pelo de repente, pero la parte estúpida de mi cerebro lamenta el corte de pelo, sobre todo teniendo en cuenta el destrozo que se ha hecho al cortarlo de forma tan irregular con la espada. Afortunadamente, la parte inteligente se recupera a tiempo para soltar el pelo y ponerme en guardia antes de que pueda atacarme de nuevo, cada una de mis dagas chocando con la parte alta y baja de su espada respectivamente.
-Si tan empeñado estás en tener una pelea... -Digo, mirándole entre los metales- Entonces, eso es lo que vas a tener.
Hago más fuerza con mis dagas, la suficiente como para forzar su brazo, y eso a él le obliga a retroceder. El agarre en su espada cambia para ir a rechazar mis dagas, pero no le doy oportunidad para poder quitárseme de encima tan fácilmente: En el segundo siguiente, hago un intento de puñalada en su dirección, y cuando él bloquea con su espada, hago lo mismo con la otra daga, forzándole a hacer dos bloqueos seguidos y que tenga que retroceder otro paso más, dejándole cada vez más cerca de la pared.
-Pero quiero que sepas -Continúo, mirada aún fija en sus ojos azules-, que forzarme a poner una daga en tu garganta es la cosa más cruel que puedes hacerme.
Por un momento, él vacila. Eso es suficiente como para que yo pueda ganar el pulso entre las espadas y sea capaz de dejarle, literalmente, entre la espada y la pared.
-Te mataré si hace falta, si es el último recurso necesario. Pero no quiero matarte -Es algo tan obvio, pero cómo lo digo parece como si fuera algún tipo de revelación importante-. Porque no quiero que te mueras, Hiiro. Quiero que vivas.
En un movimiento que parece más bien desesperado, con una de sus piernas intenta hacer un barrido para tirarme al suelo, pero no es lo suficientemente rápido como para que yo no pueda preveer el movimiento y devolverle la jugada, colocando una de mis piernas de forma que él se tropieza y trastabillee con el movimiento, lo que me da la oportunidad de, esta vez, ser yo el que avance, empujando su espada a un lado con suficiente fuerza como para arrancársela de las manos, y hay un segundo en el que quedo completamente frente a frente con él antes de agarrarle por el cuello de la camisa y de un empujón tirarle al suelo, siguiéndole en el movimiento para quedar encima de él.
-Te crees que has decidido unilateralmente que esto tiene que acabar con la muerte, pero no es así -Sigo hablando, sin cortar el contacto visual ni un instante-. No voy a rendirme así de fácil, sea la corrupción lo que te está haciendo actuar de esta forma -Aún cogiéndole por la camisa, le zarandeo, haciendo que su cabeza choque contra el suelo-, o tu propia cabezonería.
Con su mano izquierda tantea el suelo, y alcanzo a ver que consigue encontrar su espada y recuperarla justo a tiempo antes de que intente atacarme con ella. Coloco mis manos firmemente en sus brazos y hago mucha, mucha fuerza, efectivamente inmovilizándole para evitar que pueda acercar la espada lo suficiente a mi cuello.
-Sea la razón que sea por la que hayas decidido venir con El Titiritero, dudo mucho que haya sido por pura malicia -Digo-. Por mucho que puedas llegar a detestar a la Guardia. Y esto... -Miro en dirección a su brazo cristalizado, que sujeta su espada aún intentando hacer fuerza para pasar el filo por mi cuello- Esto no es algo que hayas elegido tú voluntariamente. Sé que odias esto, Hiiro, pero, lo siento mucho; he venido a salvarte. Y dudo mucho que matarte sea la forma correcta de hacer eso.
-Salvarme... -Frunce el ceño, con una expresión de enfado- Cómo no. Es lo que tienes que hacer siempre, porque sin ti no soy nada, ¿verdad? ¿Necesitas que te recuerde lo que pasó la última vez que intent-
-No hace falta que me lo recuerdes, porque no se me olvida -El desastre de Memoria, y lo que estuve a punto de hacer allí... Cuando le puse en peligro, queriendo protegerle-. Te hice... Te hice algo horrible, y luego intenté justificarlo diciendo que lo había hecho por ti. En parte es verdad, pero también intentaba... Buscar escusas para mí mismo, convencerme de que lo que había hecho había sido algo “bueno” porque había conseguido salvarte. Pero la realidad es que te hice daño. No sólo... No sólo por lo que te hice en aquel momento, sino todo lo que vino después. Incluso con todo eso... E incluso con todo lo que te afectó, tú has seguido ayudándome. Me diste de tu sangre, a pesar del miedo que te daba eso; a pesar de que había sido yo el que se había rehusado a beberla por su propio miedo. Eso fue hace dos días... -Cómo han podido pasar tantas cosas en tan poco tiempo. Suspiro, sintiéndome algo cansado de repente. El éxtasis llega a sus momentos finales. Si no... Si no consigo terminar esto aquí y ahora...- Siempre te sacrificas por los demás.... En muchas ocasiones, a costa de tu propio bienestar. Incluso todo esto que estás haciendo ahora mismo, siento que...
Escucho el tintineo metálico de su espada cayendo al suelo, lo que me desconcentra por un segundo. Al ver la espada caer, por un momento me invade una sensación de alivio... Que en seguida se evapora, cuando Hiiro me sacude un puñetazo en el costado, con su brazo corrupto, haciéndome soltar el aire de los pulmones
-Deja de. Hablar así. De mí -Habla mientras continúa golpeándome-. ¡Deja de asumir cosas!
Frustrado con la situación, y adolorido por sus puñetazos, dejo ir uno de sus brazos para ahora arrearle a él en la cara, justo como quiere, el golpe mucho más efectivo al darle con la empuñadura de mi daga. El impacto le hace gruñir con dolor, e imagino que es cuestión de minutos hasta que se le ponga el ojo morado y se le hinche.
-¡Pues explícamelo! -Exclamo- ¡Si hay algo que quieres decir, entonces tienes que decírmelo! ¡HABLA!
Con su mano libre, se agarra a mi bufanda y tira de ella, forzándome a que me agache sobre él. La otra mano deja de golpearme, y por un momento todo lo que oigo es ambas nuestras respiraciones jadeantes y el sonido de su corazón acelerado, tan poderoso que por un momento me parece sentirlo como si latiera no sólo en su pecho, sino en el mío también.
-¡PIENSAS QUE TODO ES UN SACRIFICIO! -Me grita directamente en la cara, ojos azules tan cercanos fijos en mí con una expresión enfadada y dolida- ¡Y NO ES ASÍ! ¡HAGO LAS COSAS PORQUE ME APETECE HACERLAS! ¡Te di de beber porque eras TÚ el que estaba en problemas, porque quería ayudarte! ¿¡Te piensas que las cosas que hago las hago porque me apetece poner mi vida en juego!? ¡NO! ¡Las hago porque tengo un objetivo, porque TENGO QUE HACERLAS! ¡Y estoy cansado de que actúes así siempre! Henry me dio su vida para que yo viviera la mía -Con fuerza, me sacude, haciendo que casi nos choquemos con el zarandeo-, y no quiero desperdiciarla. ¡Pero! ¡La vida tiene riesgos! ¡Eso es lo que tiene vivirla! ¡Y si no tomo esos riesgos, no voy a cambiar nada!
Se interrumpe con un jadeo. Por la forma en la que respira, parece al borde de empezar a hiperventilar. El retumbar de su corazón es tan intenso que hasta resulta preocupante.
-Yo no tengo poderes mágicos, ni soy tan fuerte o tan hábil como cualquiera de vosotros -Sigue hablando, a pesar de eso-. La alquimia que yo hago es mediocre, como mucho. No sé combatir. Apenas sé nada de este mundo y la gente que vive en él. Pero intento hacer lo que puedo. Porque yo también quiero ayudar.
Suelta aire de forma cansada, una última vez, y luego parece que se rinde. Sus manos me sueltan, extiende sus brazos antes de dejarlos caer al suelo de forma pesada. Su cara tiene ahora una expresión más bien... Apática.
-Al final, supongo que da igual. Todo lo que hago acaba saliendo mal, terriblemente mal. Y acabo haciéndole daño a otras personas. Como a ti, ahora mismo. A pesar de que... A pesar de que eso es lo último que quiero hacer.
>>Está bien. Tú ganas. Enhorabuena. Arrástrame a Eel para que Miiko pueda encerrarme en una prisión para siempre, o peléate con quién quieras para intentar “curarme” de la corrupción, o ponme hasta arriba de medicación a ver si eso me ayuda en algo. Haz lo que quieras conmigo, si no vas a matarme.
Después de decir eso, cierra los ojos y vuelve a soltar aire otra vez.
Me incorporo un poco, aún encima de él pero dejando algo de distancia, y miro al humano debajo de mí. Le veo tan cansado y herido.
Algunas de esas heridas, la mayoría, son culpa mía a causa de este combate. Otras de ellas... Me pregunto cuánto tiempo lleva cargando con ellas. Si son culpa mía también. Si hubiera podido hacer algo por aliviarlas, si le hubiera ofrecido la cura que necesitaba en vez de centrarme tanto en evitar heridas nuevas por las que, quizá, no debía haberme preocupado tanto. Y me hago una pregunta:
¿Qué es lo que necesita Hiiro de mí ahora mismo?
Puedo noquearle en seco, atarle y arrastrarle de vuelta a la Guardia conmigo. Puedo hacer lo que quiere y dejarle aquí muerto. Pero, ¿es eso lo que Hiiro necesita? Qué es lo que puedo hacer, ahora mismo, para ayudarle. Sus heridas físicas sanarán con el tiempo. Las otras, las que no puedo ver, las que a él le cuesta tanto expresar, ¿qué puedo hacer para sanarlas?
Pienso en ello, mientras veo su respiración hundir y alzar su pecho y escucho su corazón bombardearme con el sonido de su vida.
-Esto aún no se ha acabado -Digo, finalmente.
Sus ojos no se abren, ni hace gesto alguno de haberme escuchado. Pero su respiración, su corazón, me dan una respuesta.
-Aún tenemos que recuperar a Ykhar y Eweleïn y volver a casa. Y, después de eso, tenemos que pensar en un plan contra El Titiritero. Tú eres el que más sabe sobre él. Has estado investigándole todo este tiempo, y sé que has tenido que descubrir algo que nadie más sabe. La relación que tienes con Él no la tiene nadie más. Eres el único capaz de ayudarnos a detenerle, ahora mismo. Así que tienes que ponerte en pie y-
-El Titiritero quiere convertirse en Dios.
... ¿Qué?
Hiiro abre los ojos. Me mira fijamente Yo le devuelvo la mirada, a pesar de la confusión.
-Quiere tener control completo sobre la muerte y sobre la vida, y convertirse en Dios -Repite-; y yo soy la única persona de Eldarya que puede darle lo que quiere, pero eso él no lo sabe -Se incorpora, apenas sin esfuerzo, como si sus heridas no fueran nada para él, y quedamos cara a cara. La expresión en su rostro es seria. La corrupción sigue haciendo efecto sobre él, puedo notarlo perfectamente, pero... Ahora mismo es casi... Como si estuviera en control, a pesar de eso-. Lo que quiere no puedo dárselo. No puede tenerlo. No sé si tengo un plan, pero tengo que hacer algo. Tengo que hablar con- Hay alguien con quien necesito verme. Nevra.
>>Necesito que me ayudes.
Asiento, pero cuando hago el movimiento con la cabeza, el éxtasis desaparece de repente y me mareo al instante, lo suficiente como para estar a punto de caer al suelo en redondo, de no ser por la mano acristalada que me sujeta en el último segundo.
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(Narra Eweleïn)
-Arriba, arriba; venga -El Titiritero da algunas palmadas, como urgiéndome a que me dé aún más prisa... que es lo último que quiero hacer ahora mismo-. No tenemos tiempo que perder. Si no te apresuras, me parece que vamos a tener que dejar a tu amiga atrás o, bueno, si no nos va a servir de rehén, mejor sacarla de su miseria ahora mismo, ¿no?
Frunzo el ceño. Supongo que esa es una buena razón para obedecerle.
Lanzo una mirada a Ykhar, arrastrada a medias entre la chica quimera y yo. Aunque está consciente, aún está demasiado sedada como para enterarse de todo lo que está pasando... Siendo sinceros, yo tampoco me he enterado de mucho.
Por lo poco que sé, en los cuatro gritos que ha pegado El Titiritero cuando de repente ha irrumpido en la sala, la Guardia de Eel está aquí y él y su titiripanda quieren salir corriendo. Yyyy aparentemente Ykhar y yo somos rehenes en todo esto. En el estado en el que está Ykhar, está más vulnerable que nunca, así que no puedo... No puedo permitir que El Titiritero considere que ella no es necesaria.
Así que, sin otra opción, y no queriendo meternos a ninguna de las dos en problemas, no me queda otra más que ayudar a la quimera a mover a Ykhar... Um... ¿a dónde, exactamente? Desde que llegué a este sitio, me han tenido confinada al sótano, así que no tengo ni idea de dónde estamos exactamente.
-Llévalas al patio interior -Como si me hubiera leído la mente, El Titiritero le da instrucciones a la otra chica-. Tengo que recoger un par de cosas e iré yo también.
-Ummm, vale... -La chica no parece muy segura de sí misma, y hace una mueca cuando ve a El Titiritero alejarse por el pasillo- Vamos, arriba.
-¿La Guardia de Eel está aquí? -Decido preguntar al respecto, aprovechando que estamos a solas. Dentro de todo el titiricirco, esta chica parece la más amistosa... O la menos violenta. Parece llevarse bien con Hiiro, al menos.
-Yo no los he visto, pero Naytili dice que sí... -Habla aún un poco insegura- Eeeeh... No intentes nada extraño, ¿vale? Si tengo que usar la fuerza, la usaré.
-Vale...
No puedo negarme. No tengo manera de oponerme a ella y, aunque la tuviera, seguramente acabase con todos los huesos de mi cuerpo rotos... E incluso si le gano en una pelea por puro milagro, aún tengo que preocuparme de Ykhar.
Obedezco, que es todo lo que puedo hacer, y la ayudo a subir a Ykhar escaleras arriba. La sigo también cuando nos lleva por los pasillos hasta lo que debe ser el famoso patio interior, donde quedamos a la espera. Observo los alrededores, intentando discernir algo que pueda ayudarme... Nada. Al menos, es bueno volver a ver la luz del sol, incluso si preferiría ver la de la luna.
Cuando afino el oído, puedo escuchar el sonido de la pelea a lo lejos. Mis sentidos élficos están más bien atrofiados, pero aún así eso no me lo pierdo. La Guardia ha venido a por nosotros...
Eso me hace plantearme una pregunta que no se me había ocurrido hasta ahora.
-¿Dónde está Hiiro? -Pregunto, notando la ausencia del humano por primera vez.
Sigo sin tener ni idea de qué es lo que se trae el chico entre manos, o por qué El Titiritero parece tenerle en tan alta estima... Pero él claramente está mucho más involucrado con esta gente de lo que lo estoy yo. Aún así, dudo mucho que vaya a ir a pelearse contra la Guardia... al menos no de forma voluntaria. ¿Cierto?
-Está... -La chica, de repente, pone cara de pena, con lo que el corazón me da un vuelco- N-no lo sé.
-Sí lo sabes -Frunzo el ceño-. No me mientas.
-No es asunto tuyo...
-Sí lo es -Me mantengo firme-. Estoy preocupada por Hiiro. Él y tú sois amigos, ¿no? -O algo así, creo. Por lo que he entendido, lo eran cuando la chica era una niña normal-. Tú también pareces preocupada. Si le ha pasado algo malo, quiero saberlo.
Sigue con cara de angustia, lo que a mí me preocupa cada vez más. Escucho un estruendo en la distancia, el sonido de alguien peleándose...
-E-es como pasó con Cam -Me distraigo por un segundo por el estrépito, pero cuando vuelvo a mirar a la chica, me parece que está al borde de las lágrimas-. Tiene un... Cr-cristal muy grande en el brazo...
-¿Cristal? -El corazón se me cae al suelo- Eso es... el efecto de la corrupción.
Recuerdo cuando, hace ya muchos meses, me trajeron corriendo a la consulta a un Hiiro moribundo con el brazo lleno de cristales. No era ni la primera vez que me traían a Hiiro, y no es como peor le he visto, teniendo en cuenta lo que ocurrió en Memoria, pero... Lo que vi en su brazo me perturba hasta ahora. No sé cómo tratar la corrupción, no sé si hay “cura”. Fue un milagro que la última vez consiguiéramos que la corrupción retrocediera, a base de prácticamente tener que arrancarle los cristales del brazo...
-¿Qué ha pasado? -Pregunto. Si la corrupción se alimenta de sus emociones negativas, y teniendo en cuenta la situación en la que estamos- Ha... tenido que ocurrirle algo muy malo para que...
-Ha sido Naytili -Confiesa la chica-. Le ha hecho un conjuro o algo y de repente, Hiiro se ha... L-le está pasando lo mismo que a Cam...
Cierto, su hermano. Personalmente, no le vi, pero he oído lo que ocurrió con él y por lo que me contó Ezarel... Debió ser horripilante. Si a Hiiro le ha pasado algo similar...
Abro la boca para preguntar por más detalles, pero me corto en cuanto escucho el sonido de los tacones de Naytili anunciando su presencia. Efectivamente, en seguida aparece desde uno de los pasillos que salen de la habitación, con su fenrisulfr siguiéndola de cerca.
-¿Dónde está El Titiritero? -Pregunta de inmediato. La chica tarda un segundo en contestar, claramente angustiada por todo lo que está pasando, y eso a Naytili no parece gustarle- Responde.
-H-ha dicho que tenía que coger algo...
Naytili chasquea la lengua con desagrado al oír eso. Su atención pasa a mí entonces, y cuando nuestras miradas se cruzan, se me corta la respiración por un segundo. Ahora mismo, preferiría que se olvidase por completo de mi existencia. Nunca he tenido la suerte de presenciar las peores facetas de Naytili, pero sé que esta mujer puede hacer cosas horribles sin inmutarse.
-Si intentar hacer cualquier cosa fuera de lo normal, la mato de inmediato -Dice, mirándome fijamente a los ojos, como para validar mis pensamientos.
El peso de Ykhar sobre mis hombros es de repente más severo. Sin querer arriesgar nada, lo único que hago es asentir.
Esperaba que El Titiritero fuera el siguiente en aparecer, pero para mi sorpresa es la bruja la que lo hace primero, jugando con su sombrilla mientras se acerca como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo, y detrás de ella vienen los otros dos perros de Naytili. Eso significa que toda la titiritropa, a excepción de su líder, está aquí... ¿Qué ha pasado con la Guardia, entonces?
-¿La Guardia? -Pregunta Naytili, seguramente con los mismos pensamientos que yo.
-Están distraídos, tal y como te dije -Contenta consigo misma, la bruja hace una sonrisilla-. ¿Ves? La violencia es divertida a veces, pero de cuando en cuando se pueden buscar otras soluciones también... Más importante, ¿dónde está Nevra? Es el único que se me ha escapado...
-Está entretenido -Naytili responde secamente. Sumo dos más dos en la cabeza para imaginar que Hiiro posiblemente tenga algo que ver con eso, y el pensamiento me aterra... Pero también me da un poco de esperanza. Nevra consiguió hacer que su corrupción se calmase una vez, así que... No, pero, recientemente, diría que una de las mayores fuentes de ansiedad de Hiiro es su relación con Nevra, así que... Aaaaggggh, por qué tienen estos dos que ser tan complicados... Nevra, haz algo, por amor al Oráculo-. No te preocupes por él.
-¿¡Que no me pre- ¡No te voy a dejar que hagas con él lo que te dé la gana! -La bruja rápidamente protesta y se gira en dirección por donde ha venido. En cuanto lo hace, los dos perros que había detrás de ella responden con un gruñido- Si hablo con él, puedo convencerle de que se venga con nosotros, y...
-No tenemos tiempo para nada de eso, me temo.
La nueva voz viene desde detrás, y todas las presentes nos giramos para ver a El Titiritero aparecer en escena, con la respiración un poco cortada quizá porque ha tenido que subir las escaleras corriendo. Lleva encima un bolso lleno hasta los límites, y del bolso también cuelgan múltiples bolsitas de todo tipo... Intuyo, ingredientes alquímicos valiosos o similares. Ha debido de intentar coger todo lo de valor para no perderlo y, además, no dejárselo a la Guardia.
-Nos vamos, de inmedia... -Se corta rápidamente y frunce el ceño- ¿Dónde está Hiiro?
-Entretenido -Dando la misma respuesta de antes, Naytili sonríe. Eso afirma mis sospechas... Ha debido hacer que Hiiro y Nevra tengan un encontronazo, de alguna manera-. No te preocupes por él.
-Que te haya dado permiso para usar la pulsera es expresamente para-
-Bueno, ya no se le puede hacer nada, ¿no? -Naytili se encoge de hombros. La tensión podría cortarse con un cuchillo... Lo que sea que ha hecho con Hiiro claramente contradice los planes de El Titiritero- Acabas de decir que no tenemos tiempo. No lo tenemos. Si no vamos a luchar, entonces vámonos ya.
-¿Y dejarle atrás? -El Titiritero pone cara de enfado también. Los dos parecen estar intentando matarse mutuamente con la mirada. El resto de la sala enmudece, nadie mueve ni un músculo- ¿Sabes cuánto tiempo llevo intentando convencerle? No voy a dejarle ir ahora que casi le tengo porque t-
-Para empezar, en la condición en la que está ahora mismo, ese niñato es un cadáver andante ahora mismo, si no termina de rematarle la Guardia en cuanto le pillen -No... Hiiro...-. Para seguir, no te engañes a ti mismo. No le “tenías”, al contrario, es él el que te ha estado controlando todo este tiempo. Eres El Titiritero, ¿no te da vergüenza que un niñato humano te manipule de esa manera? ¿Cuánto le has contado de tus planes? ¿Hasta qué punto te has rebajado sólo para ganarte su confianza, en lugar de usarle a él para lo mismo? Espabila. Es un humano inútil cuyo único beneficio ahora mismo es servir de pelele contra la Guardia. Si puede matar a alguno de ellos antes de que le maten a él, mejor. Pero además de eso, ya ha cumplido su única función, que era hacer que dejases de gritar. Y no te engañes: Si lo que sea que te ha pasado te ha hecho perder la cabeza lo suficiente como para dejar atrás todo lo que hemos hecho hasta ahora, si ese humano te ha idiotizado lo suficiente como para que reconsideres sacrificarlo todo por un capricho, si de verdad piensas que tenerle a él es más importante que todo lo demás, dilo ahora mismo para que pueda matarte aquí y ahora con mis propias manos. No voy a permitir que arriesgues mi vida y mis planes por ese humano.
La idea de que estos dos puedan empezar a pelearse ahora mismo y a mí me pille en medio me aterra, y la adrenalina se encarga de causarme taquicardias que no ayudan en absoluto con ello. Hay unos instantes de silencio tenso, muy, muy tenso; y mi mente estudia las opciones posibles... Naytili mata a El Titiritero, o al revés, o se matan entre ellos, o intentan matarse entre ellos y yo puedo intentar salir corriendo con Ykhar y esperar que todo el mundo esté demasiado ocupado como para prestarme atención, o...
-Vámonos.
La respuesta de El Titiritero, después de todas las acusaciones de Naytili. Claramente no parece satisfecho con ello, por la cara que tiene, pero imagino que no le queda otra. Suelto aire con alivio, pensando que me he salvado de una nueva... Sólo para recordar que “vámonos” para mí es una de las peores situaciones que pueden ocurrir ahora mismo.
El Titiritero mete una mano en su bolsa llena de cosas y saca algo pequeño, diminuto, que no entiendo lo que es hasta que no lo deja caer al suelo.
Una semilla.
A nuestro alrededor se forma, de repente, un círculo de setas brillantes.
No.
No, no, no, no, no.
No puedo- No puedo dejar que nos lleven a-
Mi pulso acelerado se vuelve incluso más rápido mientras la desesperación araña mis entrañas. No se me ocurre qué hacer, cómo salir de esta, cómo puedo salvar a Ykhar, pero si, si dejo que esto ocurra... La Guardia no va a poder salvarnos si se nos llevan...
-¡¡EWELEÏN!!
Ezarel.
Reconozco su voz, el grito de mi nombre. Levanto la mirada del círculo de setas y le veo en la distancia, desde uno de los pasillos, corriendo hacia nosotros, hacia mí. Hay varias exclamaciones de sorpresa entre la gente que me rodea, pero mi mente se centra solo en el sonido de mi nombre.
Corre como nunca he visto correr a nadie en mi dirección, veo en su cara tanta desesperanza como la que siento yo mismo.
Es la cara de mi amigo más fiel, una de las personas a las que más quiero en este mundo, que tanto ha hecho por mí sin pedir nada a cambio. Ezarel. Ezarel está aquí, ha venido a por mí, para salvarme.
Una nueva fuerza que no sé de dónde sale invade mi cuerpo de repente. Ignorando el peligro en el que estoy, tomo aire, la adrenalina potencia mis músculos y hago el esfuerzo para empujar a la niña quimera, para tirar de Ykhar y dejar que su peso quede sobre mí, apartar a la otra, y avanzo un paso, dos; y...
Sin ninguna delicadeza, y lo siento por eso, arrojo a Ykhar por encima de mi hombro, fuera del círculo de setas, fuera del alcance de las personas que quieren hacerle daño. Naytily me coge por la cadera con una fuerza que me impide el movimiento, otra persona agarra mi izquierdo, pero el derecho, con el que he hecho el lanzamiento, aún queda libre.
Veo el pánico en los ojos de Ezarel, cada vez más cercano, y eso me aterra. Extiende un brazo hacia mí, en un gesto que espeja el mío, y por un momento siento el tacto con su piel, nuestros dedos llegando a rozarse por un instante.
Todo eso desaparece al segundo. El maana recorre mi cuerpo, sobreponiéndose a cualquiera de mis cinco sentidos. El mundo entero deja de existir..
Cuando vuelve a reaparecer, un pestañeo después,, Ezarel ya no está aquí.
Estoy en un sitio desconocido, frío y en penumbra. Algo duele. Delante de mí, mi mano extendida chorrea sangre a partir de tres dedos cercenados.
El grito que suelto está lleno de un dolor que no sé si es físico o emocional. No lo tengo claro. Mis ojos se llenan de lágrimas que en seguida se escapan, mis piernas ceden y yo caigo al suelo de rodillas cuando las manos que me sujetaban me sueltan.
Delante de mí, todo lo que puedo ver además de mi propia mano mutilada es, en el suelo, la punta de otros tres dedos que hace un segundo rozaban los míos, el único recuerdo que tendré de Ezarel durante el resto de mi vida.
Si es que no me matan en los próximos cuarenta segundos, que es lo más probable.
Un golpe fuerte en mi cabeza me tira al suelo del todo, y apenas reacciono más que con un sonido adolorido. Intento incorporarme para alejarme de la fuente del dolor, pero es esa misma la que al final me levanta, a base de sujetar mi pelo en un puño y tirar de él.
-¿¡Qué te crees que haces!? -El grito de Naytili me ensordece por un segundo. Levanto la mirada a ella y veo su rostro enfurecido de una forma que nunca he visto antes- ¿Intentas hacerte la heroína, elfita? Espero que estés contenta, porque tú también has servido tu propósito y ya no-
El agarre que tiene en mi pelo se suelta de repente y su voz se interrumpe con un sonido muy agudo, casi un chillido.
Con ojos muy abiertos veo su brazo caer al suelo, su puño aún cerrado en torno a mi pelo. La expresión de Naytili pasa del enfado a la sorpresa, y luego de nuevo a la ira, una ira tan intensa como nunca he visto nunca en nadie.
-¡¡TÚ!!
Naytili se gira hacia El Titiritero. En comparación con la furia de Naytili, en su rostro hay una frialdad que no sé si es incluso más aterradora. Hace un gesto con su mano extendida, como si estuviera soltando algo, y entiendo de repente qué es lo que ha pasado. Sus hilos...
-El precio a pagar -Indica El Titiritero, en un tono de voz perfectamente neutro, sin rastro de enfado alguno, como si lo que estuviera diciendo no tuviera ninguna importancia-, por ir en contra de mis planes, Naytili. Hiiro Allen era una parte integral de ellos, corrupto o no. Por tu desobediencia, le hemos perdido.
De Naytili sale un sonido gutural horrible, una especie de gruñido y a la vez un grito, y algo más. Algo que es un sonido que no consigo comprender del todo, pero que es tan siniestro que me estremece hasta la médula. Llevo las manos a mis orejas en un intento inútil de bloquear el sonido, especialmente cuando el gesto me hace recordar que acabo de perder tres dedos y estoy sangrando.
Peor está Naytili, sin embargo, porque ella acaba de perder un brazo entero y también se está desangrando, más que yo. Su sangre cae al suelo en cascada, pero hay algo... Extraño... Es casi como si estuviera en ebullición, emitiendo vapor... O... ¿algo? El ambiente se inunda con un olor ácido y sulfuroso, y por un instante dudo de si es la sangre lo que huele así...
-C-cómo te atr... -Naytili se acerca un paso hacia El Titiritero, que ni se inmuta, ni ante ella ni ante la amenaza de sus tres perros, que gruñen igual que su dueña- ¡¡VOY A... MATARTE!!
-No, no vas a hacer eso; y si lo intentas, te mataré antes yo a ti -El Titiritero responde-. Lo que vas a hacer es calmarte y retirarte con Chloé para que pueda curarte tu... herida. Hablaremos de qué hacer con tu brazo más tarde. Puedes retirarte.
Naytili se lanza contra El Titiritero con un grito de rabia, y el hombre responde cambiando su postura a una de combate inmediatamente... Pero no le hace falta, porque tanto Naytili como sus perros se dan de morros contra una pared de luz rosa que aparece delante de ellos para proteger a El Titiritero.
-¡No! -La bruja chilla- ¡Y-ya está bien! ¡No tenemos que pelearnos entre nosotros!
-¿Quieres morir tú primero? -La amenaza Naytili.
-Naytili, puedes retirarte -El Titiritero repite la frase, esta vez más... firme. Empieza a caminar, y siento un escalofrío de terror cuando me doy cuenta de que es en mi dirección-. Puedes enfadarte si quieres e intentar matarnos a todos, pero no te lo recomiendo. Es posible que te desangres antes de que lo consigas. Tú verás si quieres asumir ese riesgo... -Cuando llega frente a mí, se agacha a mi lado. Estoy a punto de retroceder, pero entonces agarra mi mano aún sangrante, examinando el... corte-. Hmmm. Doctora, lo que has hecho no está bien, lo sabes, ¿no? -Su mirada... esa mirada aterradora, tan fría, se fija en mis ojos y me deja congelada- Ahora eres nuestra única rehén, y me caes un poco peor que antes. Una noble causa, la de intentar salvar a tu amiga brownie, pero ahora vamos a descubrir si vale la pena el precio a pagar. Antes de eso... -Su mirada cambia de objetivo, ahora dirigiéndose al suelo, de donde recoge uno de los tres dedos caídos- No es exactamente el mismo tono de piel, pero... -Vuelve a mirarme, con una sonrisa en la cara. Una sonrisa escalofriante- Es mejor que perdelo, ¿no?
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(Narra Erika)
-¡Ezarel!
Nos apresuramos a correr a su lado, yo con el grito de su nombre en la boca mientras lo hacemos. Apenas hemos tenido un segundo para ver a El Titiritero y compañía, y la luz del círculo de setas... Ezarel se ha puesto a correr como si estuviera poseído, se ha tirado al círculo como si no le importase nada más que llegar a él, y... Bueno, no lo ha conseguido.
Ahora está de rodillas en el suelo, donde antes estaba el círculo, y cuando llegamos a él finalmente lanzo un grito de horror al ver el estado de su mano. Me agacho junto a él en el suelo, con Leiftan a su otro lado.
-¿Q-qué ha...? -Intento hacer la pregunta, pero ni siquiera me sale.
-No he llegado a tiempo.
Lo dice en un susurro, con prisa, como si ni él mismo se lo acabase de creer. No nos dirige la mirada, en su lugar mirando al suelo a un punto fijo, donde hay... ¿Son esos sus... dedos...? Oh, no, no son suyos. ¿Qué es lo que ha pasado?
-El círculo ha debido de cerrarse mientras estabais en contacto con él -Dice Leiftan, con voz suave-. La magia teleportiva es peligrosa por cosas como estas.
Sin pensárselo muy bien, va a colocar una mano sobre el hombro de Ezarel, y el elfo en seguida reacciona con violencia, sacudiéndosela de encima como si el contacto le hiciera daño.
-No me toques, ¡QUE NADIE ME TOQUE! -El grito nos asusta tanto a Leiftan como a mí, y Leift en seguida retrocede, dejándole espacio. Yo aún tengo mis reservas, porque...
-Tu mano... -Murmuro, mirándola. Está... sangrando, mucho- ¿P... puedo curarla?
-No -El tono de voz es tajante, y quiero protestar, aunque sé que si lo hago se va a poner a gritarle, y tampoco quiero estresarle más...-. Mi mano puede curarse, pero si los dedos se quedan así no...
Empieza a hablar para sí, demasiado deprisa y demasiado bajito como para que pueda entenderle, y además juraría que está mezclando algo de élfico en sus palabras. Verle así duele, pero sé que no puede compararse con lo que puede estar sintiendo él ahora mismo.
Como si no tuviera que pensárselo siquiera, como si fuera la única opción posible, recoge los dedos que hay en el suelo (son... son los de Eweleïn, ¿verdad?) y se pone en pie para colocarse en un espacio del patio donde la luz del sol pega de lleno. Cuando comprendo lo que va a hacer, abro la boca para ir a protestar, para decirle que no lo haga y que por favor guarde esos dedos, pero Leiftan me coloca una mano en el hombro para interrumpirme antes de que pueda hacerlo.
-Pero...
-Déjale... que haga esto -Leiftan también mira la escena con el ceño fruncido, pero parece menos perturbado que yo por lo que Ezarel quiere hacer-. Vamos a dejarle estar, por un momento. Que... que procese esto como pueda.
Procesar... Lo está diciendo como si Eweleïn... como si ya no hubiera forma de...
-Ykhar está bien.
La voz de Valkyon, algunos metros a la derecha, llama mi atención. Está agachado en el suelo examinando a Ykhar, junto a Harim. Ni siquiera me había dado cuenta de que Ykhar estaba aquí, y verla hace que mi corazón pegue un brinco... Aunque me siento algo culpable por no darme cuenta antes.
-¡Ykhar! -Exclamo su nombre, rápidamente yendo junto a la coneja, Leift siguiéndome de cerca- ¿C-cómo es que se la han dejado?
-La elfa la ha empujado fuera del círculo en el último momento -Responde Harim-. O eso me ha parecido ver. Ella es vuestra amiga que tuvo el accidente en el desierto, ¿correcto?
-Sí -Miiko asiente. Agachada junto a Ykhar, ha dejado apoyada su cabeza en su regazo y con delicadeza le aparta el pelo de la cara, en un gesto tan dulce como triste-. Está inconsciente y claramente muy desmejorada, pero dentro de lo que cabe parece... Que han cuidado de ella, hasta cierto punto.
-Niels dijo que le pidió a El Titiritero que la dejase con vida -Menciona Valkyon-. Me sorprende un poco que no se... librasen de ella, en cuanto Niels les dio la espalda.
-Han sido unos días muy caóticos para todo el mundo -Responde Leiftan-. Quizá ni siquiera hayan caído en ello... O quizá han sabido usarla de alguna manera para presionar a Eweleïn a ayudar a El Titiritero.
Me llevo una mano al pecho, que me duele al pensar en esta situación. Al final, Eweleïn ha conseguido salvar a Ykhar... Pero a qué precio.
Mientras todo el mundo examina a Ykhar (salvo Ezarel, que sigue a lo suyo y no puedo evitar lanzarle miradas preocupadas porque por cómo se le sacuden los hombros juraría que está llorando pero no quiere que nadie se entere), yo echo un vistazo alrededor, mis ojos yendo a parar al círculo de setas en el medio de la estancia. Aún brilla un poco, su magia desvaneciéndose a cada segundo... Agh, maldita sea. Conseguimos por fin abrir uno de estos para llegar a la guarida de El Titirtero y ahora se nos vuelve a escapar... ¡Siempre lo mismo! Y además ha tenido que ser en el último momento, cuando le teníamos tan, tan cerca...
Algo más llama mi atención, algo que se acerca por el pasillo y que, a contraluz, es difícil de distinguir exactamente... Me fijo mejor, escuchando el sonido de los pasos arrastrados que se acercan, y veo más cabezas levantarse y girarse en esa dirección. Cuando al fin lo veo... Un nudo se forma en mi garganta, se me para el corazón en el pecho.
Hiiro. Hiiro, aún corrupto, su brazo lleno de cristales, y él cubierto de sangre y heridas... Y cargando consigo a Nevra, que no se mueve, arrastrándole consigo, su pelo cayendo sobre su rostro de forma que es imposible saber si está...
Hiiro... No... No has...
-¡TÚ!
La voz de Ezarel interrumpe el silencio sepulcral. Me giro hacia Ezarel y le veo con una expresión llena de enfado, de... de odio... Y ojos llenos de lágrimas. Avanza con pasos amplios hacia Hiiro, sus manos cerradas en puños.
-¿¡QUÉ HAS HECHO!? -Grita, y su voz suena como un trueno- ¡TODO ESTO ES-
-Relájate, elfo, que no todo es culpa mía, aunque pienses lo contrario -Hiiro le corta en seco, también con voz de enfado y frunciendo el ceño, pero pare menos... agresivo que antes. Al menos ya no parece estar a punto de empezar a echar espuma por la boca.
-Hiiro -Leiftan, poniéndose en pie, se dirige a él con la voz más tranquila que puede, pero bastante... firme. Le mira de forma que me hace pensar que está dispuesto a saltarle al cuello si hace falta, y que quizá se esté conteniendo para no hacerlo... Hiiro le devuelve la mirada prácticamente lanzándole puñales con la misma-. Qué ha pasado. Nevra, qué...
-Se le he acabado el éxtasis y sa’ funao’ -Responde Hiiro. Como si nada le arrea una sacudida y un golpetazo a Nevra-. WAKE UP!!
En respuesta al grito directamente en su oreja, el vampiro reacciona con un gimoteo y levanta un brazo para taparse el oído. Me vuelve a latir el corazón, pasado el susto, quizá más rápido de lo normal. Está vivo...
-¿No le has...? -Leiftan deja la frase a medias.
-¿No le he, qué? -Hiiro frunce el ceño- Sabes qué, no respondas. No me hables. No me apetece verte la cara, a ti. Tú, espabila -Vuelve a sacudir a Nevra, que se queja de nuevo.
-Dame dos minutos más... -Dice eso, pero al fin consigue incorporarse un poco. Sigue apoyado en el hombro de Hiiro, lo cual es... un poco gracioso, teniendo en cuenta la diferencia de altura. Tiene cara de estar grogui, pero al menos ambos dos parecen... Estar bien.
-Sigues corrupto -Ezarel vuelve a hablar. Viendo que Nevra está vivo, parece haberse tranquilizado un poco, pero sigue claramente muy enfadado-. No es una pregunta, es una observación.
-Ya, yo también tengo ojos en la cara y un brazo hecho mierda y lleno de cristales, ¿tú sabes lo que pica? -Hiiro mira su propio brazo, que efectivamente sigue lleno de cristales, de color... bastante oscuro. No es tan malo como antes, al menos ahora no parece tan deformado, pero... Sigue siendo terrible- Por no hablar de las voces en la cabeza que me están gritando de continuo así que, bueno, ¿qué tal si por el momento no me hacemos pensar en eso, hm?
-Ahora mismo, ¿cuál es tu est-
-QUE NO ME HABLES -Se gira hacia Leiftan para gritarle en cuanto abre la boca, haciendo que Leift pegue un respingo con el tono. La expresión de Hiiro cambia al instante, pasando del enfado más puro a la apatía-. Las voces. No les caes bien. Te tienen especial manía, Mr. Luc-, Leiftan, Leiftan; este es Leiftan, no eres Mr. Lucien, Lucien está muertooOOHOHOHO AHAHAHAheheheeee hehehee... Ejem.
Hay unos segundos del silencio más incómodo que he oído en mi vida. A su lado, Nevra le lanza a Hiiro una mirada severamente preocupada.
-Hiiro aún está... -Hace un esfuerzo por incorporarse del todo, separándose de Hiiro- Aún está afectado por la corrupción. Pero es él el que está en control. Más o menos.
-Con ese nivel de corrupción... -Miiko, que también se ha puesto en pie, dejando a Ykhar en manos de Valkyon, pone cara preocupada- No sé si...
-Con ese nivel de corrupción, lo mejor que podemos hacer es matarle -Ezarel interviene de nuevo.
-¿Por qué no lo intentas, a ver qué pasa? -Hiiro le responde al segundo, con tono agresivo- A lo mejor te llevas una sorpresa s-
-Nadie va a matar a nadie, ¿vale? -Nevra le interrumpe con voz firme. En la mirada que le lanza a Ezarel hay reproche, y eso al elfo no parece gustarle- Y mejor no decir ese tipo de cosas. Todos estamos muy enfadados ahora mismo, pero enfadarnos más no es la solución a nuestros problemas, ¿de acuerdo? Vamos a intentar solucionar los problemas que tenemos entre manos antes de ponernos a señalar culpables...
-Tengo TRES dedos con los que ponerme a señalar, Nevra.
Mientras grita eso, Ezarel extiende su mano derecha donde, efectivamente... Hay tres dedos que destacan porque parte de ellos tienen un color de piel distinto. Al verlo, no puedo evitar una exclamación de sorpresa. Lo... Lo ha hecho de verdad. Esos son los dedos de... d-de Eweleïn.
-Es todo lo que me queda de ella -Ezarel vuelve a hablar. Su voz se rompe en la última palabra, pero luego toma aire y coge fuerzas-. Porque ese maníaco se la ha llevado, otra vez. Y eso es porque ÉL le ayudó a llevársela en primer-
-¿¡Y qué vas a solucionar matándole!? -Nevra salta, también enfadado- ¡No vas a conseguir nada ahora mismo! ¡Me da igual lo enfadado que estés, Ezarel, no es el momento! ¡Entre otras cosas, porque si queremos recuperar a Eweleïn, necesitamos a Hiiro!
-¿¡Puede Hiiro abrir ese círculo de setas!? -Grita Ezarel, en respuesta- ¿¡Puede hacer eso!? Hasta donde yo sé, es un humano normal y corriente, y si nos han hecho falta la magia de Ayleen y UN DRAGÓN para abrir el otro, ¡ya puedes explicarle cómo este tipo va a abrirlo!
El dragón lo tenemos, pero... No a Ayleen. La tensión está demasiado alta y me da miedo que, si Ezarel no intenta matar a Hiiro, que él y Nevra vayan a liarse a golpes. Hiiro tampoco parece contento con el griterío, y su mano izquierda tiene sacudidas como si quisiera moverse por su cuenta, en un momento directamente se la tiene que sujetar con la otra mano... Le lanza miradas de reojo a su espada, que ahora mismo tiene Nevra. En el estado en el que está, es mejor que la siga teniendo el vampiro, creo.
-Vamos a intentar calmarnos -Miiko interviene, dando un par de golpes con su báculo en el suelo-. Nevra tiene razón, ponernos hostiles con Hiiro no va a servirnos de nada ahora mismo, ¿de acuerdo? -Suspira- Hiiro. ¿Sabes cómo abrir el portal?
-... -Se lo piensa por un segundo- No -Ezarel pone los ojos en blanco en cuanto escucha la respuesta-. Sé dónde está el laboratorio en el que guarda las semillas, pero no sé si habrá dejado alguna con la que podamos seguirle...
-Pregúntale si sabe a dónde han ido -El susurro de Leiftan me sobresalta, cuando se acerca a mí y me dice eso al oído. Parece haberse tomado en serio lo de no hablarle.
-¿S-sabes a dónde han ido? -Y yo repito la pregunta, en voz alta.
La mirada de Hiiro se fija en mí, y tengo un momento de... Miedo. Casi retrocedo un paso, de no ser por la mano de Leiftan tras mi espalda. Sigue mirándome fijamente, más de lo que sería respetable o cómodo (sobre todo en Hiiro, que ya tiene problemas de por sí con mantener el contacto visual), y eso a mí me pone nerviosa por segundos. El silencio se alarga también un poco más de lo que debería.
-... a su base principal -Termina diciendo, después de esos instantes de tensión. Aparta su mirada, dirigiéndola al suelo-. Donde El Titiritero guarda su ejército de marionetas. Aún no ha recuperado las suficientes fuerzas para controlarlas, pero no creo que tarde mucho más en hacerlo. Todo lo que sé del sitio es que está en el centro de un lago, en algún lugar montañoso.
-¿Cuánto sabes sobre El Titiritero, Hiiro? -Pregunta Miiko- ¿Cuál es tu relación con él?
-Es... -Frunce el ceño, y por un segundo parece... dolido- Más complicado de lo que parece. No soy su subordinado, si esa es la pregunta. No he hecho un trato con él. Pero eso es porque no conseguimos ponernos de acuerdo en uno.
-¿O sea que tu intención era aliarte con él? -Ezarel, por dios, deja de meter cizaña, que desde luego no está ayudando...- ¿Con el hombre que mató a tu hermano?
-Una persona más, una sola persona a más, menciona a mi hermano, and I swear to FUCKIN-
-Vale, vale -Nevra le coloca una mano en el hombro, como para calmarle, pero no sé si hace mucho.
-La próxima vez que le menciones en una conversación, lo haces para agradecerte que te te salvara la vida, a ti y al resto, o si no te callas la puta boca, got it? -Lo dice mirando a Ezarel muy fijamente. Ezarel no responde, le veo apretando la mandíbula... Quizá, quizá comprenda que hablar de Henry haya sido un golpe bajo. Hiiro suelta aire, antes de seguir hablando- Si tengo que elegir un bando entre El Titiritero y la Guardia, estoy en la Guardia. Aunque vosotros sois los culpables de todo esto, SOBRE TODO TÚ -Y levanta un brazo para señalar directamente a Leiftan, que una vez más pone cara de sorprendido-. TÚ FUISTE EL QUE- No, no, no es Lucien, no es Lu-
-El Titiritero -Miiko vuelve a llamar su atención chasqueando los dedos, lo que parece distraer a Hiiro lo suficiente como para que deje de tirarse del pelo-. ¿Cuánto sabes de él?
-¿Cuánto? Conozco hasta el apellido de soltera de su madre, y no exagero -Se... ríe. Es siniestro, pero es mejor eso a que se enfade-. Conozco su vida entera. Pero eso no importa ahora mismo.
-¿Cómo que no importa? -Miiko frunce el ceño- Si tienes información, nec-
-Lo que tenemos que hacer ahora es encontrarle para rescatar a Eweleïn -Hiiro la interrumpe-. ¿Cómo lo habéis hecho para llegar aquí, exactamente?
-Ayleen consiguió abrir el círculo por el que El Titiritero entró en la Guardia por primera vez -Explica Nevra. Imagino que mientras se estaban peleando no había mucho tiempo para explicaciones-. Con su magia, y tomando maana prestado de Alessa, hizo que las setas volvieran a crecer y a activarse... Pero eso es algo que sólo puede hacer ella.
-Pues que lo vuelva a hacer aquí.
-... Hiiro, Ayleen está en Eel ahora mismo, manteniendo el portal abierto.
-Bueno, pero si está abierto puede venir y... Ah. I swear to god, tener tantas voces en la cabeza me idiotiza.
Bienvenido al maravilloso mundo del TDAH, Hiiro... Te ofrecería una pastilla, pero las tengo en casa.
La conversación sigue de fondo, pero yo vuelvo a mirar a los restos del círculo de setas que se han quedado aquí. Si tuviéramos a Ayleen, ¿podríamos abrirlo otra vez? ¿Podría hacerlo Ezarel? Tendría que hablarle a las setas, ¿no? ¿O cómo lo ha hecho ella, exactamente?
Me acerco a las setas, y me agacho junto a ellas. Recuerdo aquel círculo de setas que tan de sorpresa me pilló hace ya dos años y que me trajo a este mundo. Cuando aquel día salí a dar un paseo, no esperaba que nada de lo que ha ocurrido pudiera suceder. Mi vida cambió por completo, gracias a... un montón de setas.
Han cambiado tantas cosas desde entonces. Casi siento que soy una persona distinta. Aunque sigo siendo yo, sigo siendo la misma chica que cruzó el círculo de setas en aquel entonces. Salvo que ahora...
Soy mucho más consciente de el poder que poseo.
-Voy a abrir el círculo de setas.
Lo anuncio con voz firme, sin atisbo de duda... A pesar de que no tengo idea de si puedo hacer eso o no. Pero no se trata de “poder”, sino de “tener”. Si no lo hago, Eweleïn...
-¿Q-qué vas a hacer qué? -Pregunta Miiko, caminando para colocarse a mi lado- ¿Puedes hacer eso?
¿Quizáaaaaaaa...?
-Tengo que poder -Respondo, completamente convencida (?)-. Soy... Soy la elegida del Oráculo. Si ella puede abrir círculos de setas, no sé por qué yo no iba a poder. Y, um. Soy una estrella. Lo que significa que soy muy, muy poderosa...
-Pero Ayleen dijo que necesitaba al menos un dragón para abrir el círculo -Dice Nevra. Ya, bueno...
-¿N-no es una estrella más poderosa que un dragón? -Debería serlo...
-O... Yo puedo servirte de fuente de magia, como hizo Alessa -Propone Leiftan. Se acerca también, examinando el círculo-. Un daemon también debería servir, a fin de cuentas... Pero, ¿estás segura de que puedes abrir el círculo, Erika? ¿Has tenido una revelación o algo?
¿Revelación...?
Mi mirada se mueve a Ezarel, que tiene su atención puesta en mí. Su mano izquierda acaricia la opuesta, donde una cicatriz a medio curar por el sol marca el lugar en el que ha ocurrido el corte. Aún tiene los ojos rojos y parece a punto de ir a echarse a llorar de nuevo en cualquier momento. Parece tan... desesperado. No puedo dejarle así.
-A-algo así -Miento-. Um, dame un... Dame un minuto.
Me coloco de rodillas frente al círculo, como he visto a Ayleen hacer antes, y apoyo las manos en la tierra junto a la que crece el círculo. Tomo aire, y cierro los ojos.
Puedo sentir el maana, de alguna manera. El rastro que ha dejado el portal al cerrarse es lo suficientemente poderoso como para que su energía aún quede en el aire, en la tierra. Aún está aquí, así que si consigo... Activarlo de nuevo.
No sé demasiado sobre mi propia magia. No he tenido tiempo para aprender o para experimentar con ella. Leiftan ha intentado ayudarme, pero para él parece ser algo tan desconocido como lo es para mí... El poder de una estrella, ¿qué significa eso?
No lo tengo para nada claro, pero... Pero si tengo algún tipo de poder, sea lo que sea... Lo necesito ahora. Lo necesito ahora para ayudar a Ezarel, para rescatar a Eweleïn. Si mi magia no puede ayudarme a esto, ¡entonces no la quiero! ¡Qué magia más inútil!
Así que... ¡ábrete, sésamo! O, como dicen en Eldarya...
-¡Ábrete, orégano!
Cuando digo las palabras, siento que algo se agita en el aire en reacción a ellas. Magia. El círculo de setas. Como un mechero, cuando salta la primera chispa...
Sé que mis manos no se mueven, pero... En algún sentido, noto que me aferro a esa sensación de magia. La siento chispear en mis manos, la siento recorrer mi cuerpo y responder a mi propia magia. Y, teniéndola agarrada, la... ¡fuerzo a abrirse!
Sé que estoy haciendo algo, aunque no tengo muy claro el qué. Hay algo que se opone a mí, es como... como si estuviera intentando abrir una puerta a la fuerza, pero simplemente no... No tengo suficiente fuerza como para....
-¡Leift!
Le llamo, y al instante noto sus manos sobre mis hombros. Al segundo después, un torrente de maana, cálida y luminosa como es él, me invade, y abro la puerta de par en par, a la fuerza, a lo bestia... Pero la abro.
Abro los ojos. Frente a mí, el círculo se enciende con su luz azul, brillando de forma que indica que está... activo. Abierto. Que he conseguido abrirlo.
Un sonido de genuina sorpresa, pero también alegría, se escapa de mí cuando lo veo. L-lo he hecho... ¡¡lo he hecho!! ¿¡Lo he hecho yo!? ¡¡Lo he hecho!!
-¡Lo has conseguido! -Leiftan exclama detrás de mí, sus manos dando un pequeño estrujón en mis hombros- ¡Has abierto el...! O-oh, caramba, sí que necesita maana...
-¡No me sueltes que se cierra! -Ahora mismo, siento que puedo mantener la puerta abierta, gracias a la magia de Leift, pero... No sé por cuánto voy a poder mantenerlo, y tengo la sensación de que si Leiftan me suelta, se va a cerrar y además me va a pillar los dedos como a Ez- Uuuuuuhm, ¡c-creo que podéis pasar!
-¿S-segura? -Miiko parece algo... reticente. Del portal de Ayleen nadie ha dudado, joé.
-Tenemos que intentarlo -Ezarel se acerca al portal. La nueva posibilidad parece haberle devuelto algo de esperanza, y eso a mí hace que me den ganas de sonreír. Sus ojos cambian del portal a mí, y la expresión de su rostro es...-. Erika... gracias.
... puro agradecimiento.
-Si vais a hacer esto, cuanto antes mejor -El que habla es Harim, de cuya presencia casi me había olvidado. Está junto a Ykhar también, atendiéndola con Valkyon-. Yo puedo llevarme a la chica de vuelta a Eel. Su salvaguarda en el desierto era responsabilidad mía, a fin de cuentas -Con Ykhar a salvo, si hay algún problema o alguna pelea, creo que todo el mundo se quedaría más tranquilo.
-Por favor, haz eso -Miiko asiente. Harim imita el gesto en respuesta, antes de recibir a Ykhar de manos de Valkyon y, tras maniobrar de forma un poco incómoda para cargársela, comienza a caminar con prisa pero con delicadeza de vuelta por donde hemos venido-. Erika y Leiftan tienen que quedarse aquí, lo que significa que perdemos la ventaja numérica. Hiiro...
Hiiro justo entonces termina de susurrarle algo a Nevra, que asiente de forma solemne, y luego los dos fingen como si eso no acabase de pesar... Lo que a mí me deja con la incógnita, ¿qué secretitos pueden tener ahora mismo? ¿Está Hiiro confesando sus sentimientos a estas alturas de la película? No parece buena idea hacer eso ahora mismo...
-Yo también voy -Anuncia-. Creo que puedo negociar con El Titiritero, si fuera necesario.
-¿Y si se re vuelve a ir la olla e intentas matarnos a todos? -Gruñe Ezarel, todavía muy enfadado con Hiiro.
-Intenta apartarte de en medio a ver si mato a Naytili antes que a ti -Es la respuesta de Hiiro, que se encoge de hombros como si nada.
Con eso, está todo dicho y hecho, porque no hay ni un segundo que perder. Entre que abro el portal y se decide todo, no pasa ni un minuto. Mientras el resto se encaminan al portal, tomo aire para decir:
-Siguiente parada del b-
-Vamos a por la segunda ronda -Interrumpe Ezarel, mientras cruza el portal.
En realidad, es la tercera ronda o, bueno, la 3,5 teniendo en cuenta la escaramuza en la Gran Puerta... Erm... Bueno.
No tenéis ni idea de lo mucho que me ha costado escribir la pelea entre Hiiro y Nevra. Hay tantas cosas que quieren gritarse entre sí, pero este no es el momento para todas ellas, así que he tenido que hacer una muy minuciosa selección, pero... Hm. He acabado contento, hehe.
Como soy la persona más graciosa del planeta, he querido ilustrar la amistad entre Ezarel y Eweleïn. Ojo que hay spoilers.
Los mejores amigos lo comparten todo
He estado leyendo Kagurabachi últimamente. Quizá todo eso explique todas las cercenaciones de este capítulo, huh. Parte de mí había pensado en hacer que Ezarel consiguiera meterse en el círculo de hechicería a tiempo y que el teletransporte le cortase la coleta otra vez... Pero esto es un poco más dramático.
Y... eso es todo por hoy, parece ser. ¿Para cuándo el próximo capítulo? Alrededor de un mes. Quizá un poco más. Intentaré ser puntual, dentro de lo que cabe (?
Hasta entonces, os mando muchos saludos (? Tened cuidado de no pillaros los dedos en ninguna puerta y esas cosas. Y si alguien va a celebrar Halloween... ¡Que lo disfrute mucho! Hale, que vaya bien. Gracias por leer~